El fútbol sala conocerá la semana próxima qué final de temporada vivirá. Todo apunta a que se disputará un play off exprés y sin público, una opción que no termina de gustar a los jugadores, aunque aceptan que es el único escenario posible: «Jugar sin afición es feo, a mí me gusta con gente, para que nos den caña y nos animen también. Pero si hay que jugar sin público se hará porque lo que quiero es volver, aunque cuanto antes haya público, mucho mejor porque sin los aficionados se pierde la esencia del fútbol sala», dijo ayer el canterano de ElPozo Murcia Alberto García en los encuentros en Instagram de La Opinión, donde contó numerosas anécdotas y pidió a todos que «tengamos responsabilidad» para acabar cuanto antes con la pandemia.

Mini, como es conocido, es un sevillano del barrio de Triana. El jugador está viviendo el confinamiento en su domicilio, junto a su familia, ya que se había quedado solo en el piso que comparte con otros compañeros en Murcia. «Cuando saltó el estado de alarma iba a pasar el fin de semana con mi familia en Sevilla. Me quedé en Murcia, pero cuando pasaron tres días le pedí el favor al club de venirme porque lo estaba pasando mal yo solo», relató el cierre, uno de los jóvenes valores que han salido de la cantera. Ayer, en el primer día con permiso para salir a hacer ejercicio a la calle, no dejó pasar la oportunidad, aunque lo hizo a primera hora: «Me he levantado temprano para empezar a hacer un poco de deporte y he acabado muerto, destrozado, ni en pretemporada termino tan agotado. De hecho he llegado a casa y me he vuelto a acostar», contó este sevillano que se considera un murciano más y que incluso «que se me está pegando el acento vuestro, pero menos mal que me he venido a Sevilla para quitármelo. Llevo desde agosto de 2015 en Murcia y estoy muy a gusto porque es un ambiente muy parecido a Sevilla».

Uno de sus compañeros de equipo, Fernando, participó activamente durante el encuentro. Gracias a ello se descubrió el pique que tienen entre ambos por ser Alberto seguidor del Betis y el ala del Granada. «En mi familia somos todos del Betis menos un primo que nos ha salido rana y es del Sevilla», comentó entre risas en una conversación donde contó varias anécdotas, entre ellas, cómo se fraguó su fichaje por ElPozo cuando era juvenil de segundo año. «Me comprometí a jugar un torneo de 24 horas con un chaval y estaba resfriado. Mi madre me dijo que no fuera, pero había dado mi palabra y quería cumplirla. Y allí estaba Elías, que entonces estaba en ElPozo. En una falta me la pasó y la metí por la escuadra. Después ocurrió que el club tenía dos brasileños fichados que no pudieron venir por temas de papeles y llamaron a Loren, portero del Jumilla, y a mí. Me fui a probar y me quedé», recordó.

Sus partidas a Fortnite con Pito, exjugador del equipo murciano que en la actualidad milita en el Movistar Inter, y jugar a las cartas y al parchís con su familia, son entretenimientos que le han hecho más llevadero el confinamiento, «porque tocar el balón solo lo he hecho dos días en la azotea con mi madre que me lo pasaba y yo lo devolvía. Soy muy impaciente y tengo que estar mucho en movimiento, pero con la familia ha sido más ameno». De hecho, de esa impaciencia suya le viene el apodo que tiene el vestuario: «Me dicen el Cabra porque corro mucho, para todos lados, no puedo estar quieto y no me puedo parar. Pero luego algún compañero se lleva algún caño y se queja», dijo entre risas un joven que estudia Ciencias de la Actividad Física y el Deporte porque su vocación es ser profesor.

Alberto García también está agradecido a Diego Giustozzi por apostar por él desde su llegada al banquillo: «El mismo año que el entrenador llegó no sabía si me iba a quedar en el filial, pero cuando me enteré que le gusta la gente guerrera, con mis características, decidí quedarme un año más en el filial para ver si subía. Me dio confianza, empecé la pretemporada con ellos y aquí sigo», dijo el jugador, al que le queda un año más de contrato y quien no olvida que cuando llegó al filial de ElPozo «me raparon al cero e incluso pensaban que estaba malito», recordó.