El 25 de abril de 1980 nació en Murcia un deportista que después de 40 años se ha convertido en leyenda pese a estar aún en activo. Hoy, en el domicilio de Alejandro Valverde Belmonte, confinado junto a sus hijos y su mujer, se celebrará un cumpleaños muy especial. El campeón del mundo de 2018 alcanzará las cuatro décadas y lo hará, como todos los días desde que comenzó el confinamiento, subido a un rodillo. Mientras que todos sus compañeros de generación y de otras posteriores llevan ya tiempo 'jubilados', el 'abuelo' del pelotón mundial, el más veterano del World Tour y el tercero en activo con más victorias (127) -solo dos sprinters le superan-, sigue soñando con hacer un buen papel en el Tour de Francia, con ganar de nuevo el maillot arcoíris o subir al podio de unos Juegos Olímpicos. ¿Pero por qué un ciclista de esta edad, con diecinueve temporadas en activo y la vida económicamente resuelta, sigue teniendo la motivación para exprimir su físico diariamente?

Tres personas que conocen a fondo a Alejandro Valverde desvelan a La Opinión, coincidiendo con el cumpleaños del ciclista del Movistar, cuáles son las claves de esta extremada longevidad. «Evidentemente es un superdotado desde el punto de vista fisiológico y genéticamente ha nacido para este deporte», afirma el doctor Paco Esparza, el médico que dirigió la recuperación del deportista tras esa terrible caída que sufrió en el Tour de 2017, cuando creyó que su carrera deportiva se había acabado. Fran Pérez, exciclista profesional y en la actualidad Fisiólogo del Deporte en Cardiosalus Sport, piensa que su secreto «está en la grupeta con la que entrena. Ya sé que es muy poco científico este razonamiento, pero la ilusión que él tiene por entrenar todos los días con sus amigos es la clave. El final de un deportista llega cuando te cuesta entrenar, sacrificarte, pero a él no le pasa eso. Aparte de que fisiológicamente está tocado y que sale uno de cada millón, esa es la clave», dice.«Lo ha dado todo, nunca se ha guardado nada. Puede tener más o menos nivel en estos momentos, pero es injusto exigirle ahora que sea campeón del mundo. También hay que pensar que la vida pasa, que él sigue en activo y está con los buenos. No te olvides que el año pasado fue segundo de la Vuelta a España. Tiene 40 años y un gran pasado y eso es suficiente mérito», opina Javier Mínguez, el seleccionador con el que Valverde fue campeón mundial en Innsbruck.

La motivación para seguir en activo con 40 años es muy diferente a cuando hace 19 años -2002- debutó con el Kelme y uno después, en una Challenge de Mallorca, se hizo con el triunfo en la general. «Para correr en bicicleta el físico pesa, pero lo que más te mata es la cabeza. Hay corredores que lo han dejado andando muy bien porque mentalmente están fatigados, pero no es el caso de Valverde», ahonda Mínguez. El doctor Esparza incide en el aspecto mental: «Alejandro tiene una cabeza muy competitiva, se pelea con su sombra, compite contra todo y eso le hace muy especial. Tiene un gran cuerpo, pero ese cuerpo lo pueden tener también algunas personas. En cambio, la cabeza es lo que le hace especial porque es muy disciplinado a la hora de hacer deporte», una reflexión que refrenda Fran Pérez. «Su mejora sustancial en los últimos años ha sido más de cabeza que de físico. No creo que ahora ande más que cuando ganó la primera Lieja, en 2006, pero sí sabe entrenarse mejor, tiene más confianza. Siempre ha sido muy anárquico en los entrenamientos, nunca ha llevado preparador al uso, se ha entrenado por sus sensaciones», apunta. El doctor Esparza también incide en la experiencia. «Ahora tiene más capacidad de rendimiento porque la propia experiencia hace que biomecánicamente ahorre esfuerzos innecesarios. Hay muchos gestos que logras eliminar con los años de experiencia y que todos vayan encaminados exclusivamente al rendimiento deportivo», recalca el traumatólogo. Fran Pérez también ve en la posibilidad de medir los vatios de potencia un hecho que ha ayudado a prolongar la vida deportiva de Valverde: «Los vatios te ayudan a conocerte muchísimo, han sido una revolución en el ciclismo», aunque puntualiza que «el secreto de que haya llegado a los 40 es porque no se ha acomodado nunca».

Valverde ha anunciado que el punto final de su carrera deportiva será en octubre de 2021. Sin embargo, ya nadie apuesta que sea así después de este parón por el coronavirus. «Tras ganar el Mundial, delante mía y ante el jefe de Telefónica, dijo que hasta 2020. Después rectificó y renovó hasta 2021. Valverde puede seguir corriendo, pero no como líder del equipo. Él tiene el oficio aprendido y puede seguir más tiempo para enseñar a los compañeros y explicarles esta profesión. Pero si él tiene que correr para ganar...», opina Mínguez sobre el futuro del corredor de Las Lumbreras. El vallisoletano también desliza un condicionante que puede afectar: «Los ganadores tienen un problema, que siempre salen a ganar. Cuando no lo consiguen, se decepcionan y odian la bicicleta. Pero Valverde tiene una virtud sobre los demás, que él sale todos los días a entrenar porque le gusta. A otros no les ha pasado eso», señala el exseleccionador nacional.

El doctor Esparza va más allá: «Valverde ha roto los libros, ha desecho todos los tratados de medicina del deporte, es la excepción que confirma la regla», dice el murciano, director de la Cátedra Internacional de Cineantropometría de la UCAM y del Máster Traumatología Deporte. « La fisiología dice que cuando pasa el tiempo, la fibra explosiva va desapareciendo, por lo que sería lógico que ahora tenga más fondo, pero a Valverde siempre le va a quedar explosividad. Es una persona inteligente, con experiencia, y todo eso unido a esa clase genética, hace que perfectamente esa explosividad que se pierde con los años la suple sabiendo mandar a sus compañeros cuando tengan que trabajar para él. La fisiología dice que debe ser así, pero no me atrevo a hacer una apuesta porque Valverde es único», termina diciendo.