Alba Carrillo Marín es tenista profesional. Esta murciana de Beniaján estudiante de Psicología está confinada en Valencia y había tenido un buen inicio de temporada 2020 después de brillar en 2019, un año donde ganó un torneo individual y tres de dobles del circuito ITF. Ayer, en una entrevista en directo a través de Instagram con La Opinión (@laopiniondemurcia), la jugadora se mostró clara: «Entre compañeros comentamos que no creemos que a nivel internacional vayamos a jugar algún torneo este año. No sabemos ni cuándo podremos volver a tocar bola, pero a competir, ahora mismo no lo veo claro», expresó la jugadora, quien apuntó que «en España, siendo muy optimistas, nos dejarán entrenar a final de verano porque nosotros estamos empezando a estabilizar la curva, pero hay países donde están empezando ahora. Hasta que no salga una vacuna y la situación global se controle, no tiene sentido estar dando vueltas por el mundo».

Durante el confinamiento, la jugadora de Beniaján sigue a rajatabla un plan de entrenamiento y de alimentación, aunque admite que «una copa del vino al día no me la quita nadie». La tenista explicó que su preparador físico está aprovechando «para meternos caña, con entrenamientos muy duros. Como es lo único que hacemos durante el día, nos aprietan un montón. El otro día comentaba con una compañera que no puede ser que esté encerrada en casa y me esté muriendo de las agujetas».

Además, está desarrollando algunas habilidades desconocidas para ella: «Estoy aprovechando para pintar, algo que no había hecho en mi vida, leer y hacer yoga, y siento que podría aguantar más tiempo así», explicó. También contó algunas anécdotas que ha vivido por coincidir su nombre con la exmujer de Feliciano López -«he llegado a recibir mensajes en Twitter de Jorge Javier Vázquez y Leticia Sabater creyendo que era la cuenta de la que chica que salía en Supervivientes y que sale en programas del corazón»-, y admitió también que está aprendiendo a bailar salsa durante estas semanas.

Durante el encuentro en Instagram también se incorporó Fita Boluda, una compañera suya habitual de dobles, con la que ha ganado varios torneos y con la que «tengo una gran química. Siempre que jugamos juntas nos tenemos que estar aguantando las risas».

La suspensión de los torneos ha ocasionado un gran revés económico para jugadoras de su tipo, que ganan solo para vivir: ««El tenis es un deporte donde solo ganas dinero si estás entre los 150 mejores del mundo. Por ello, solo hay 300 en el mundo que se ganan la vida, mientras que el resto tenemos que ir luchando por escalar. En mi caso voy tirando para adelantar gracias al esfuerzo familiar y alguna pequeña ayudita. La gente de mi nivel sobrevivimos con las competiciones por equipos. Yo, por ejemplo, juego con uno de París y otro del norte de Italia. Esos clubes me pagan y me sirve para mantenerme».

La murciana lamenta que toda esta situación le haya llegado en un momento donde tenía planeado dar un salto en su carrera deportiva: «Venía del mejor año de mi carrera el año pasado. En 2019 logré buenos resultados y queríamos dar el salto definitivo en 2020 a torneos más grandes. Ahora iba a hacer una gira por Francia, pero ha sido un parón completo, como lo es para todo el mundo», explicó a los usuarios.