Antonia Asensio López (Murcia, 5 de noviembre de 1954) es una mujer incombustible. Toñi, siempre acompañada por su marido, Juan Ernesto Peña, ha corrido en once países. Ha hecho casi 600 carreras en su vida, acumula 500 trofeos y tiene cinco medallas en los Juegos Mundiales de la Medicina, además de un Nacional de media maratón. Ahora compite con Zancadas sobre Ruedas.

¿Desde cuándo hace deporte?

De niña era excesivamente delgada. Con 12 años pesaba 24 kilos y me hicieron estudios de tiroides y solitaria pensando que algo tenía porque comía muchísimo y estaba delgadísima. Los médicos le dijeron a mis padres que me dejaran porque lo único que pasaba es que tenía el metabolismo muy alto. Hice gimnasia rítmica hasta los 16 años por equipos y fuimos subcampeonas de España por equipos en Madrid. Después ya lo dejé porque en COU y en la Universidad, por el enfoque deportivo de nuestro país, no podía. También hice baloncesto, pero como soy bajita era complemento, una más del equipo.

¿Y cuándo le dio por correr?

Cuando mi segundo hijo tuvo dos años empecé a hacer aeróbic porque hasta ese momento no había hecho nada, cero pelotero. Durante nueve años estuve en gimnasios haciendo una hora tres veces a la semana, pero mi marido era corredor, hacía baloncesto en el pueblo y también corría. En la San Silvestre de Cartagena me motivaba un mes o dos antes para ponerme un poco en forma y hacerla. Desde el año 90 estoy haciéndola, pero llegó un momento donde me empecé a enganchar. Eso pasó en 2001, teniendo 46 años, vino una carrera detrás de otra y empecé a picarme. Durante un año seguí haciendo aeróbic pero también carreras de 5 kilómetros, pero ya salté a distancias más largas. Entrenaba lunes, miércoles y viernes y competía los domingos. Al final, cuatro días a la semana constantes. Me busqué un entrenador porque quería competir y hacerlo mejor. En 2001 entré en el Club Marathon Cartagena, con el que he competido en más de 550 carreras con algunos pequeños parones por lesiones, aunque en 2011 estuve parada.

¿Qué le pasó, una lesión?

Sí, una fascitis plantar que me supuso un año de parón, pero no paré en el deporte porque hacía spinning y pilates, lo suplía con otras cosas.

¿Cómo lo hace para sacar el tiempo para entrenar?

Porque me organizo mi consulta. Me dejo libre tres mañanas para entrenar a la semana.

¿Siempre ha sido constante?

Sí, de hecho yo tengo la teoría de las tres C. Tengo cualidades físicas, constancia, que siempre la he tenido, y cumplimiento en el entreno que manda el entrenador. Ahora estoy en el grupo de entrenamiento de José Francisco Campillo y soy la mayor a la que entrena. Siempre me decía que competía demasiado, pero he llegado a hacer 54 competiciones en un año, es decir, todos los domingos y alguna fiesta. Ahora estoy frenada porque el año pasado volví a tener una lesión que me frenó y actualmente solo hago carreras de 10 kilómetros. Ahora me he apuntado a unas clases de mantenimiento y cuando acabe el confinamiento, al pilates porque es un complemento para los que corremos.

Y ahora corre tirando de una silla de ruedas.

Sí, compito con el club Zancadas sobre Ruedas y participé en los 10 kilómetros de la Media Maratón de Murcia, donde hicieron una categoría de 60 años para adelante, pero yo, teniendo 65, fui la mejor. Me da mucho gusto ver que a pesar de acompañar la silla, logré la victoria. Algunas veces voy a carreras donde se apunta alguna más de 60 años.

¿Cuántas mujeres corrían cuando empezó en 2001?

Había ya un pequeño bloque en 2001, pero en los siguientes años fue el despegue del running. Antes era una ginecóloga que corría y ahora soy una que corre y que también es ginecóloga. Lo bonito aquí es que en una carrera popular se admite a todos, todo el mundo tiene cabida, tanto los más lentos como los más rápidos. Todos somos amigos, nos ayudamos, nos saludamos, por eso ha sido un boom en los últimos años, porque puedes hacerlo a cualquier hora y momento.

¿Cómo fue su progresión?

El primer año solo hice entrenamientos para 5.000, el segundo para 10.000, el tercero medias maratones y en el cuarto hice mi primera maratón. Es decir, que me tiré cuatro años para hacer esa distancia. Y como a mi marido le gusta, nos hemos recorrido once países corriendo, es decir, que hemos hecho turismo deportivo. He hecho cinco maratones, en los que he utilizado en todos un país diferente. Valencia, París, Atenas, Estocolmo y Praga. Y ahí me quedé porque la lesión de 2011 me impide entrenar para distancias tan largas. He hecho 5 maratones, 55 medias maratones, más de 500 carreras y tengo más de 400 trofeos, de los que solo me quedo los conmemorativos o especiales, porque el resto los regalo.

También participó en una carrera en el Metro de Lisboa. ¿Cómo fue eso?

Fuimos seleccionados mi marido y yo por separado, sin saber la organización que estábamos casados. Corrimos a las dos de la mañana, con la catenaria desconectada y con muchas exigencias de seguridad. Nos conocimos los 25 españoles que fuimos, que éramos de diferentes sitios todos, y aún somos una piña.

¿Recuerda haber hecho en los últimos turismo sin un motivo deportivo?

Poco, sí que hemos hecho algo, pero muy poco porque siempre estamos pensando en carreras raras que hemos ido.

Usted tuvo el honor de portar la antorcha olímpica en 1992.

Sí, fui una de las privilegiadas. Me tocó en bici y la llevé en un tramo de cinco kilómetros por el barranco de Los Asensio, donde mis abuelos tenían allí unas tierras. La antorcha original que nos dieron a todos los voluntarios la tengo en casa, porque se transmitía el fuego, pero la antorcha nos la quedábamos.

¿Y la carrera más rara al margen del Metro?

Otra en el Metro de Bilbao. Nos hicieron mandar un vídeo y yo hizo uno muy original. Los convencí poniéndome la bata de médico, un foneto y una mascarilla. Salí como la doctora Asensio y de repente me quitaba la bata y salí corriendo.

¿Correr por el metro no le da claustrofobia?

No porque encienden todas las luces pero no es fuerte. Yo llevaba un frontal para ver la pisada, para no tropezar. También hemos hecho carreras de disfraces en Cuenca y, por supuesto, la San Silvestre, donde hemos ganado durante muchos disfrazados, en este último de astronautas con el club Zancadas sobre Ruedas, que convertimos las sillas en cohetes.

Vamos, que vergüenza no tiene.

Para nada. Y además, cada año, si no es de una manera o de otra, he salido disfrazada todos los años de algo. Hace muchos años en Cartagena se hacía la San Silvestre el último domingo de diciembre y así nos daba tiempo para hacer el 31 la Vallecana porque tenemos familia allí. Pero también hice un año todas las Carreras de la Mujer que se celebraron en España, en 2007, y solo tres mujeres lo conseguimos. Nos dieron un premio especial en la última, pero yo no sabía que nos iban a dar nada y yo conseguí trofeo en todas. Una fue una azafata que las hizo por una amiga suya que había sufrido un cáncer, otra era la novia de uno de los organizadores y por eso lo tenía muy fácil, y la tercera fui yo, que lo hice por turismo.

Entre sus logros está ser la primera campeona de la Running Challenge.

Sí, la gané con 57 años. ¿Y cómo la conseguí yo con esa edad? Porque las hice todas, no falté a ni una, y por puntos resultó que me quedé la número uno. Yo pensaba que era solo en mi categoría, pero no, fue en la general. Al año siguiente empezaron a espabilarse las más jóvenes y ya cambió todo, pero siempre me he quedado la primera de mi categoría.

¿Pero tiene instinto competitivo?

Sí, muchísimo, pero si ya lo tenía desde pequeña y lo he seguido siempre. Lo tengo para todo. Si no lo tienes, te quedas en un entrenamiento y fuera.

¿Ha logrado animar a mujeres de su edad?

Sí, aunque a mujeres de 65 años ya sabes que no la vas a animar a salir a correr. Puedes conseguir que vaya a gimnasia de mantenimiento, pilates, pero tú no le puedes decir que compita. Pero desde que empecé con 46 años he motivo a muchas chicas que medio entrenaban y formé equipo en el club Marathon. De hecho participábamos con la Liga de Cross y he hecho un Campeonato de Europa y un Mundial. En 2017 fui campeona de Europa de carreras de montaña y tengo muchas medallas, como un título de campeona de España de media maratón.

¿Cómo lleva una mujer acostumbrada a ese ritmo de vida esta confinada?

Pues no me siento confinada por el trabajo. Quien está atado a la farmacia es Juan Ernesto y yo tengo reducida la consulta a la demanda. Para hacer deporte salgo un poco por la terraza, y ahora con la cinta y el spinning va a ir mejor.

Lo que también ha evolucionado mucho es la indumentaria que utilizamos para correr.

Cuando en 2001 empecé, tenía un equipo muy sencillo. En invierno era catastrófico porque las prendas térmicas vinieron después, pero entonces no entrenaba con esa calidad de ropa.

Pero también ha sufrido lesiones. ¿Esto no es tan sano como parece?

Sí. Es salud porque te mantiene a nivel óseo y muscular, pero no hay que pasarse. Las lesiones que yo he sufrido han sido también por exceso acumulado, pero me permite seguir entrenando y corriendo. Ahora mismo estoy para 10.000 metros, pero más no preparo nada, no hago ni medias maratones ni maratones.

Acostumbrada a correr sola, ¿qué experimenta cuando lleva a una persona discapacitada en silla de ruedas?

Es gratificante porque se hace un equipo, ya que el mínimo es cinco. Vas entretenida, se te pasa volando el tiempo y hay una norma, que el ritmo se adapta al más lento. Y es una satisfacción ver al discapacitado cómo se lo pasa y también el grupo, que va veces cantamos y gastamos bromas. Cuando corres en solitario la cabeza predomina sobre ti.

¿Y hasta cuándo?

Pues hasta que no pueda. Ahora ya me estoy limitando porque solo hago carreras de 10 kilómetros, pero cuando estaba bien era capaz de hacer una media maratón cada fin de semana.

¿No se ha jubilado pese a que ya tiene 65 años?

No porque en la consulta privada soy mi jefa, no es como en el SMS, donde te jubilan a los 65 años. Cuando me jubile será porque no tengo clientas, no esté sana, algo que no me pasa ahora mismo, y si existe alguna necesidad en la familia de tener que atender a alguien. Como ninguna de estas tres las tengo, voy a seguir trabajando.

¿A sus pacientes les mete presión con el deporte?

A todas les meto caña con la dieta, los ejercicios y que se cuiden. Para ellas antes era una ginecóloga que corría, pero ahora soy una que corre y es ginecóloga.