El fútbol también es un deporte en el que prima mucho la capacidad psicológica, la cabeza, la inteligencia. Saber colocar un balón en un espacio determinado, recibir un pase o chutar el esférico con una potencia determinada. Además del desgaste físico, hay que tener en cuenta la carga psicológica que lleva un futbolista tras estas semanas de cuarentena. Francisco Ortín, psicólogo de la Universidad de Murcia especializado en deporte, nos cuenta que han cambiado muchas cosas en la vida de un deportista.

«En primer lugar, han cambiado sus objetivos porque todas las fechas de competiciones cambiado. Por lo tanto, han tenido que cambiar, no solo el tipo de entrenamiento porque estarán entrenando en casa, sino que cambian sus objetivos y sus planes. Es un cambio vital realmente importante. A todo esto, hay que sumarle todos los aspectos psicológicos que todos vivimos por el confinamiento: la incertidumbre, la posible soledad, no tener un espacio abierto o la propia salud», explica el especialista. Añade una recomendación que está aconsejando a todos los que le piden asesoramiento: «Tienen que centrarse en el día a día, en los nuevos planes de trabajo que le hayan enviado, y en mantener esos mínimos para cuando se alcance la normalidad volver a rendir».