Icono de la selección española femenina de balonmano, la expivote internacional Begoña Fernández apura los últimos días de baja maternal antes de reincorporarse como una 'guerrera' más en la batalla contra el coronavirus a su trabajo de auxiliar de enfermería en un centro hospitalario de Vigo.

"En estos momentos el cuerpo me pide ponerme a trabajar, porque hace falta. Es el momento y quiero estar", señaló Fernández en declaraciones a la Agencia EFE.

Begoña Fernández, una de las integrantes del equipo español que se colgó la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, confía en poder aplicar todo lo que aprendió a lo largo de su carrera deportiva en su trabajo hospitalario.

"Yo lo veo en el hospital. Es un trabajo de equipo al cien por cien. Los médicos son importantes, las enfermeras son importantes, las auxiliares, los celadores, el personal de la limpieza todos son importantes y como en un equipo, ninguno puede llevar a cabo su trabajo sin el trabajo del otro", explicó la exjugadora.

En este sentido y pese a lo arduo de la situación Begoña Fernández, al igual que hacía cuando saltaba a la pista, prefiere aferrarse a lo positivo, la ola de "generosidad" que ha desatado la batalla contra el coronavirus.

"La gente está cansada psicológicamente, porque es una situación de mucho desgaste, pero quiero quedarme con lo bueno, con la generosidad que está mostrando la gente, porque cada uno en la medida de lo posible está arrimando el hombro, está poniendo su granito de arena", señaló Fernández.

Tal y como espera poder hacer la propia Begoña Fernández cuando regrese a su trabajo en el hospital, el escenario donde esta 'guerrera' de leyenda quiere ganar su partido más importante, la batalla contra el coronavirus.