Cuando a mediados de febrero se aprobaba en junta de accionistas la puesta en marcha de una ampliación de capital, los responsables del Real Murcia se frotaban las manos. Las perspectivas no podían ser más positivas. La rebaja de la deuda, la estabilidad del día a día y la aparición de varios empresarios con ganas de popularidad hacían que en Nueva Condomina confiaran en que el proceso tendría un éxito rotundo. Si los aficionados no respondían como a finales de 2018, cuando se llegaron a ingresar 1,3 millones de euros, serían varios inversores los que saltarían al podio del libro de socios. La buena respuesta que tuvo en diciembre el llamamiento para conseguir dinero a cambio de acciones también daba esperanzas. Pero solo un mes y algo después de la puesta en marcha de la ampliación, el proceso no consigue levantar.

«Esta crisis puede tener un efecto devastador en la ampliación», explicaba Francisco Miró a esta redacción hace un par de semanas, avanzando que en el consejo de administración ya se estaban estudiando soluciones, entre las que destacaba el lanzamiento de otro aumento de capital en el momento que el país supere la crisis sanitaria provocada por el coronavirus. No había muchas esperanzas en las oficinas del Real Murcia, pero en los últimos días, después de iniciarse la segunda fase, pocos confían en que la venta de acciones vaya en aumento.

Estas dos semanas iban a ser claves. En esta segunda fase podrían invertir los empresarios que llevan meses posicionándose. Este era el momento sobre todo de Enrique Roca o de Mariano Albaladejo. Ambos habían prestado dinero al club a cambio de acciones el pasado mes de diciembre, y ambos querían seguir escalando posiciones en el libro de socios durante la ampliación. De hecho, según algunos medios, ellos dos fueron de los que más mostraron su malestar al no tener prioridad para adquirir títulos en la primera fase. No querían esperar. Pero al final, mucho ruido, y pocas nueces.

Superada ya una semana de la segunda fase -dura un total de quince días-, apenas se han conseguido recaudar 185.000 euros, de los que 64.000 han salido del bolsillo de Francisco Tornel, presidente y máximo accionista. Quedan 2.107.000 euros, suficientes para que los empresarios que se habían posicionado puedan satisfacer sus ganas de entrar no solo en el accionariado sino también en el órgano de control de la entidad, sin embargo uno de ellos ya se ha autodescartado.

El lorquino Enrique Roca, que cuenta con 215.000 euros en acciones después de su inversión en diciembre, no aumentará su poder, quedándose por detrás de Francisco Tornel. El empresario dedicado sobre todo a la construcción no entrará por la puerta grande de Nueva Condomina. Así lo ha comunicado ya a gente de su círculo. La incertidumbre económica que se ha instalado en el país después de la paralización de todos los sectores empresariales por la crisis del coronavirus ha hecho que Roca no quiera en estos momentos inyectar más dinero al Real Murcia.

A la hora de la verdad, el lorquino ha tirado del freno de mano. No entrará en una ampliación para la que desde hace meses sonaba su nombre. Y es que el lorquino ha sido el gran inversor en esta temporada del club. En verano firmaba un acuerdo para que Nueva Condomina llevase su nombre, un contrato de varios años de duración y, aunque los términos se mantienen en las oficinas del club bajo siete llaves, según se ha dicho permitirá ingresar unos 200.000 euros por temporada.

En diciembre volvió a estar en primera fila cuando el consejo de administración pidió dinero para pagar a los acreedores y así poder levantar el concurso. Puso, en dos pagos, un total de 215.000 euros, colocándose, una vez aprobado que ese préstamo se convirtiese en acciones, en el máximo accionista.

Tornel, el único que ha acudido

Pero el reinado ha durado al constructor apenas unas semanas. Si nadie consigue zarandear una ampliación que parece muerta, al término del proceso, Francisco Tornel, que en la primera fase invirtió 64.000 euros, seguirá como máximo accionista. A los 200.000 euros que ya tenía hay que añadir las acciones que compró hace unas semanas y que, aunque están lejos de lo que prometió, le sirven para poder seguir a la cabeza.

Entre el paquete del presidente grana y lo que controla el KBussines -150.000 euros-, sociedad en la que también está el notario murciano, el Real Murcia podrá seguir con la política del último año. Eso sí, las necesidades económicas del club obligarán a abrir una nueva ampliación de capital, como ya avanzó en este diario Francisco Miró, consejero del club.