La crisis sanitaria por la que estamos atravesando no está dejando indiferente a nadie. No existen apenas sectores que no se hayan visto perjudicados por las consecuencias que ha traído la epidemia del coronavirus. El deporte no iba a ser menos. Y es que todas las competiciones han tenido que suspenderse de manera temporal. Más aún en deportes que reúnen tal cantidad de personas como es el fútbol. La situación ha obligado a los futbolistas a permanecer en casa y a permanecer a la espera de saber -siempre poniendo la salud por delante- lo que va a suceder con sus respectivas ligas. En el grupo IV de Segunda B, uno de los clubes que más pendiente está de ese desenlace es el líder. El FC Cartagena. Y es que en el horizonte los albinegros avistan escenarios muy positivos -como un play off de forma directa e incluso el ascenso de categoría-, pero también más oscuros, como supondría que se diera por nula la temporada.

La plantilla albinegra, mientras tanto, permanece trabajando en casa a la espera de que se resuelva esta situación que nos mantiene a todos en confinamiento. Uno de los componentes de la misma es David Andújar. El central de Torrejón de Ardoz (Madrid) se tuvo que quedar en la ciudad portuaria alejado de su familia: «Es bastante complicado. A la familia se le echa de menos. Pero desde un principio teníamos claro que lo lógico era que ni ellos vinieran a verme ni yo volviera a casa. En estos casos hay que ser responsables y así lo hicimos». Sus padres, su pareja y el resto de la familia están a bastantes kilómetros, pero Andújar asegura que todos los días habla con ellos por Skype o por WhatsApp, y estuvieron muy pendientes desde que se empezó a complicar la situación: «Cuando aquí no habían empezado los contagios, me transmitían su preocupación porque pensaban que esto se podía extender. Además, hemos podido ver que la gente no es lo suficientemente responsable. Uno se iba de vacaciones a la playa, otro a no sé dónde€».

Al margen de la salud y los evidentes problemas que está causando la epidemia, también se están viendo afectados los contratos de los jugadores. Hace pocas horas el Cartagena anunciaba que se aplicaba el Expediente Temporal de Regulación de Empleo (ERTE), algo que para la plantilla no fue una sorpresa: «Era algo que sabíamos que iba a suceder. Al menos, en mi caso lo tenía claro. Porque en todos los clubes de Segunda B va a pasar tarde o temprano y porque en la sociedad en general estaba pasando. Entonces es algo que no le gusta a nadie. Ni a mí ni al que está trabajando en otro sitio. Pero es algo que tenemos que asumir. Tampoco había muchas más soluciones para el propio club. No creo que Paco haya querido hacerlo así ni mucho menos, pero es algo necesario para el bien del club», comenta.

«Paco se lo transmitió así a los capitanes. Que había que tomar esa decisión para que el club siguiera en marcha y nosotros lo hemos asumido con toda la naturalidad. Al final te vas haciendo a la idea poco a poco, conforme ves que se alarga el estado de alarma y que no había muchas más alternativas», asegura el central.