El coronavirus ha dejado al ciclismo sin 'monumentos' y sin ninguna clásica de primavera. A la suspensión ya confirmada de la Milán-San Remo, ayer se unieron los aplazamientos sin fecha de las tres grandes carreras de un día que organiza ASO (la empresa francesa propietaria del Tour) en el mes de abril. No habrá adoquines en la París-Roubaix, ni muros en la Flecha Valona y la Lieja-Bastoña-Lieja, dos pruebas donde tenía previsto participar el murciano Alejandro Valverde y que ha ganado en cinco y cuarto ocasiones, respecticvamente. Las bicis están aparcadas y en el mejor escenario posible, que ya empieza a amenazar al Tour, no se pondrán en movimiento hasta el mes de junio con el Critérium del Dauphiné y la Vuelta a Suiza, como únicas posibilidades de preparar sin apenas kilómetros una ronda francesa programada para que dé inicio el sábado 27 de junio.

La París-Roubaix debía correrse el 12 de abril, mientras que la Flecha Valona estaba reservada para el 22 del mismo mes y la Lieja para el día 26. Todavía no ha sido suspendida la Amstel Gold Race en los Países Bajos, pero no tiene ninguna posibilidad de supervivencia en abril, en un mes en el que también se ha suspendido la Vuelta al País Vasco, que une su baja a la conocida de la Volta.

ASO también canceló este martes las pruebas cicloturistas, de gran arraigo, que se celebraban con diversos recorridos el día antes de la París-Roubaix y de la Lieja-Bastoña-Lieja. «Trataremos y ya trabajamos para tratar de recolocar estos monumentos del ciclismo», indicó ASO en un comunicado. Son carreras que datan del siglo XIX.