Los ciudadanos, el tejido empresaria y las administraciones públicas andan estos días intentando adaptarse a las medidas tomadas por el Gobierno para frenar el avance del coronavirus. En el ámbito deportivo la situación es idéntica. Y los clubes de fútbol de la Región también van asimilando que están en el mismo barco que el resto. Por ello, en los últimos días, han ido improvisando para adaptarse a la realidad que vive el país. El Real Murcia, el FC Cartagena, el UCAM y el Yeclano conocían la pasada semana que sus dos próximos partidos eran aplazados sin fecha por la decisión de la Federación Española de parar todas sus competiciones. Desde ese momento han ido planificando, aunque con cambios continuos de opinión.

La primera decisión tras conocerse que la competición se paraba fue común para todos los clubes del Grupo IV. Seguirían entrenándose hasta que se diera la orden de volver a jugar. La idea pronto fue cuestionada por la propia Federación Española, que recomendó parar las sesiones diarias de trabajo para evitar cualquier riesgo de contagio. El Linense y el UCAM Murcia, en el Grupo IV, fueron los primeros en entender la crisis sanitaria abierta en toda España, y no dudaron en comunicar que suspendían los entrenamientos de sus equipos profesionales. El resto de rivales preferían, en ese instante, mantener su rutina diaria, aunque a puerta cerrada.

Pero, el viernes, después de que las medias del Gobierno fueran endureciéndose, la mayoría de conjuntos del Grupo IV se sumó al lema 'Yo me quedo en casa'. El FC Cartagena comunicaba que se suspendían los entrenamientos y que los jugadores se marchaban a casa con planes específicos de trabajo. El teletrabajo se convertía en tele-entrenamiento. No fueron los únicos los albinegros. Clubes como el Badajoz, el Mérida, el Marbella, el Don Benito, el Granada B, el San Fernando, el Córdoba... decidían mandar a sus jugadores a casa para evitar cualquier tipo de contagio que agravara la crisis sanitaria que se está viviendo en el país.

Siete clubes, después de entrenar el viernes, mantenían su intenció de ejercitarse el lunes. Entre ellos se encontraban el Real Murcia y el Yeclano. La única medida tomada por ambos había sido cerrar al público las sesiones de trabajo de sus plantillas profesionales. Sin embargo, el sábado, una vez declarado el estado de alarma por parte del Gobierno, esas entidades tuvieron que corregirse a sí mismas para esta vez sí asumir la realidad y entender que no quedaba otra que mandar a todo el mundo a casa. El domingo, el Real Murcia emitía un comunicado anunciando que «se suspenden los entrenamiento del primer equipo hasta nuevo aviso y siempre dependiendo de cómo evolucione la situación. Los jugadores de la primera plantilla realizarán un plan especifico de entrenamientos en casa durante todo este tiempo». También ese día el Cádiz decidía que su filial cesaba momentáneamente la actividad.

Pese a la declaración del estado de alarma, cinco clubes se resistían a parar sus entrenamientos. Hasta primera hora de ayer ni Yeclano, ni Algeciras, ni Recreativo de Huelva, ni Sanluqueño ni Talavera habían informado de que sus jugadores se quedaban en casa. Sin embargo, todos ellos entraron en razón finalmente. Incluso el Talavera conocía ayer mismo que uno de sus futbolistas, el portero Iván Buigues, había dado positivo, lo que obliga al club a poner a su plantilla en cuarentena.

Con los diecinueve equipos del Grupo IV de Segunda B en casa, y a la espera de ver qué ocurre con la competición, a los jugadores les toca entrenar de manera individualizada. En las últimas horas muchos de los futbolistas han utilizado las redes sociales no solo para concienciar a la gente de que no salga a la calle sino también para enseñar cómo llevan a cabo los ejercicios que les han recomendado los preparadores físicos. Gimnasios improvisados en casa, tablas de entrenamiento y buen humor para afrontar unos días de encierro que nadie sabe lo que se van a alargar. Algunos de ellos incluso han cambiado los toques al balón por los toques a un rollo de papel higiénico.