­Los primeros síntomas aparecieron allá por el mes de agosto. Dos recién ascendidos, el Cádiz B y el Algeciras, ponían a temblar al murcianismo. Una derrota en tierras gaditanas y un empate en el debut en Nueva Condomina no eran la mejor forma de empezar para unos jugadores que parecía que no las tenían todas consigo. Para aumentar los nervios, tras tres jornadas, los granas ya estaban en zona de descenso. Se avecinaba tormenta, pero los murcianistas no tardaron en despejarla. Victorias frente al Talavera, Villarrobledo y Mérida, y empate contra el UCAM Murcia. La dinámica positiva hacía olvidar el mal inicio, pero los de Adrián Hernández recibieron un aviso en el campo del Don Benito. La derrota en el partido que podría haber sido un punto de inflexión hizo que las dudas se mantuvieran, para agravarse una semana después cuando el Sanluqueño conquistaba Nueva Condomina.

Cuando el calendario ofrecía etapas llanas, los resultados no llegaban, especialmente a domicilio. Aunque se ganó al Granada B, equipo de la zona de abajo, la visita a Villarrubia hacía que los granas siguiesen coqueteando con el descenso. Encima, se avecinaba un mes de diciembre para echarse a temblar. Derbis frente al FC Cartagena y al Yeclano, y visita a Badajoz.

Pues, surgiendo desde las sombras, el Real Murcia se inyectó una buena dosis de adrenalina ganando al Cartagena en Nueva Condomina, en un partido que además fue muy superior. La derrota también en el estadio murciano frente al Yeclano desilusionaba, pero no tanto, porque una semana después se empataba en Badajoz, otro de los campos potentes de este Grupo IV.

El resfriado parecía curado cuando comenzó el 2020 y el Real Murcia empezó a encadenar victorias. Por fin se respondía ante equipos recién ascendidos. Se ganaba al Cádiz B con sufrimiento y mal juego y se lograba en Algeciras la segunda victoria a domicilio de la temporada. Además, el Córdoba caía en Nueva Condomina.

En una zona tranquila de la clasificación, con un colchón de puntos sobre el descenso, sin ninguna presión por parte de un consejo de administración que se ha mantenido fiel al objetivo inicial y con un calendario suave, los de Adrián Hernández tenían una oportunidad única para ilusionar a su afición. Coquetear con el play off hubiese sido suficiente para unos seguidores condenados a una temporada sin grandes retos, algo imposible en la historia del Murcia.

Pues el calendario asequible se ha convertido en el principal enemigo de los murcianistas, que han vuelto a demostrar que se descosen ante los equipos con urgencias clasificatorias. El Talavera no solo ganó en Nueva Condomina sino que además sacó todos los defectos de los murcianistas en uno de los peores partidos de la campaña. Llevaban los manchegos siete partidos sin ganar y no lograban los tres puntos a domicilio desde el 27 de octubre, pues el 9 de febrero conquistaron el estadio grana con un gol de Cristian en el minuto 54.

Si para los aficionados murcianistas fue un castigo ver esos 90 minutos, la condena se alargó una semana más, porque el 16 de febrero el Real Murcia empataba a cero en el campo del Villarrobledo, colista del Grupo IV y que en 24 jornadas había recibido 39 tantos. Pues ni una ocasión de gol tuvieron los de Adrián Hernández a lo largo del encuentro.

De tres victorias consecutivas se pasaba a tres semanas sin ganar, pero un nuevo derbi, esta vez frente al UCAM Murcia, demostró que a los granas les van los partidos atractivos. Están realizando los universitarios un curso decepcionante, sin embargo parecía que Asier Santana había reactivado a sus jugadores. Nada más lejos de la realidad. En Nueva Condomina, el técnico vasco fracasó y el Real Murcia lo aprovechó para firmar otra victoria de caché.

Apagados los focos del derbi, los granas han vuelto a las andadas. Visitaban este domingo a un Mérida que llevaba sin ganar desde mediados de enero y que en casa solo había sumado tres puntos en un partido. Los emeritenses, que estrenaban entrenador, ven cada vez más lejos la salvación. Pues, de nuevo, el mejor remedio para coger esperanzas fue el Real Murcia, porque los murcianistas cayeron en el Romano.

27 jornadas desde el inicio de Liga, Adrián Hernández ha sido incapaz de solucionar el problema. Motiva el técnico grana a sus jugadores en los partidos en los que no hace falta motivación -FC Cartagena, Córdoba, UCAM...-, pero no consigue que compitan en los partidos en los que hay que coger la iniciativa y mandar en el juego. Tampoco es capaz de introducir variantes que sorprendas a esos conjuntos de la zona baja. Cuando no hay intensidad ni pelea, el Real Murcia es demasiado previsible, y pierde con facilidad.

Está obligado Adrián Hernández a encontrar una solución si no quiere que la temporada se haga demasiado larga y la afición se desespere. Y es que los dos próximos rivales de los granas serán también equipos que no viven su mejor momento. El domingo visitará Nueva Condomina el Don Benito, que, aunque este fin de semana goleaba al Villarrubia, tiene solo tres puntos sobre el play out. Además, los extremeños no ganan a domicilio desde el 8 de diciembre, por lo que, teniendo en cuenta los antecedentes de los murcianistas, el domingo puede ser el día perfecto para el conjunto entrenado por Juan García.

Una semana después tocará visitar al Sanluqueño. Los gaditanos andan el caída libre. Ya solo tienen dos puntos de ventaja sobre la zona de descenso, y es que acumulan cinco derrotas consecutivas. Su última victoria fue el 15 de enero frente al UCAM. Ante los universitarios firmaron su tercer triunfo de forma consecutiva, para después caer por un precipicio -dos empates y cinco derrotas-.