No fue el día. Al UCAM Murcia no le salió nada en Marbella y acabó sonrojado. Se mostró como un equipo sin alma, tácticamente muy inferior a su rival. Si tomamos como referencia los dos partidos que ha dirigido Sergio Aracil hasta el momento, han sido la noche y el día. Contra el Linense se pudo ver un equipo que luchaba, que tenía la posesión, que generaba ocasiones de gol y sobre todo, un equipo con actitud. Un conjunto que buscó el premio hasta el final y encontró el premio.

En Marbella vimos la cara B de este equipo. Mostró todo lo contrario ante un rival que estuvo cómodo durante todo el encuentro. La defensa volvió a tener problemas serios y no fue solvente. El centro del campo, fue constantemente superado. Y en la delantera, ni Aketxe ni Mayoral pudieron incomodar a Wilfred. El único que se salva de la quema fue el guardameta Iricibar, que a pesar de encajar cuatro tantos, evitó una goleada mucho mayor con intervenciones de mucho mérito.

Sergio Aracil salió con el mismo once y con la misma idea que contra el Linense. Intentó dominar al Marbella a través de la posesión del esférico y en los primeros minutos lo consiguió. Los universitarios tuvieron el control de la bola en los primeros compases pero no fueron capaz de crear peligro a un conjunto que se sentía muy cómodo sobre el terreno de juego.

Aunque lo intentó, poco le duró la posesión y el conjunto marbellí se rehizo y le fue quitando el control de la pelota. A todo esto, el partido seguía sin ocasiones. Solamente un córner que casi se convierte en gol olímpico de Elías inquietó a Iricibar. Alrededor de la veintena de minutos, Manel Martínez, exjugador del Real Murcia, generó la primera ocasión clara del partido. Con un gran disparo lejano casi supera al meta universitario.

Solamente un minuto después del primer aviso de Manel, el delantero catalán no perdonó a la segunda. Juanmi Callejón enhebró un pase entre líneas que desarmó a toda la defensa del UCAM y Manel, con una gran vaselina superó a Iricibar para adelantar al Marbella en el marcador.

A partir de ahí, el resto de la primera parte fue un monólogo local. Los universitarios no supieron reaccionar a la presión del Marbella y apenas podían controlar el esférico. Los marbellíes se encontraban muy cómodos sobre el terreno de juego y aunque no crearon mucho peligro, sí que llegaban con más frecuencia a los dominios de Iricibar. Solo una ocasión aislada de Aketxe hizo que Wilfred tuviera un poco de trabajo.

En el segundo tiempo, la actitud del equipo parecía otra. El UCAM fue capaz de tener la posesión y tuvo un par de ocasiones gracias a un córner y una falta lejana. La mentalidad parecía que había cambiado pero la sensación era de que el Marbella estaba muy cómodo atrás esperando agazapado para matar el partido. Efectivamente, en un córner en el minuto 53, el Marbella hizo el segundo por mediación de Saúl González. La puso Elías y remató solo en el área pequeña ante la pasividad de la zaga universitaria. Fue el principio del fin. El gol resultó un mazazo para los visitantes.

Se le apagó la sonrisa al UCAM después del segundo gol y mostró por momentos la misma pasividad que en muchos de los partidos de la primera vuelta. El equipo volvió a mostrar problemas en el repliegue defensivo y a punto estuvieron de sentenciar los marbellíes tras un contragolpe que neutralizó Iricibar con una parada de escándalo. Siguió llegando con facilidad el conjunto de David Cubillo y tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe. Otro córner desde la izquierda, calcado al del segundo gol, supuso el tercero. De nuevo Manel Martínez le ganó la partida a Hugo Álvarez y puso el segundo en su cuenta particular y le dio la estocada final al partido.

Después del tercero del Marbella, con los tres puntos ya decididos, Aracil se mostró activo y pidió actitud a sus jugadores para terminar el partido con dignidad. Los andaluces bajaron la intensidad pero se seguían mostrando cómodos ante la poca capacidad de generar ocasiones de los universitarios. Aketxe, el máximo goleador del equipo, tampoco estuvo fino en Marbella y ya encadena seis partidos ligueros sin marcar, concretamente desde el 14 de diciembre contra el Cartagena.

Ya con los dos equipos esperando el final, Elías se encargó de acrecentar la renta y de poner el cuarto gol en la cuenta local después de un gran pase de Mustafa. Fue una versión totalmente diferente a la que mostraron la jornada pasada de los de Aracil, que tras un buen partido contra el Linense, han vuelto a mostrar las carencias existentes en la plantilla y ve como su oportunidad de ser el técnico a todos los efectos del equipo, se puede esfumar después del desastre en Marbella.