ElPozo logró remontar un duelo que tenía muy difícil para vencer al Ribera Navarra por 2-1 en un partido en el que los navarros fueron mejores, en líneas generales y por número de ocasiones, que un conjunto murciano que tarda mucho en arrancar sus partidos. No obstante, al final los de Giustozzi lograron imponerse para sellar un triunfo con mucho suspense en sus minutos finales y donde el brasileño Felipe Valerio fue expulsado, dejando en inferioridad a los locales.

El primer tiempo fue algo soso. La primera amenaza, la de verdad, fue de los visitantes con un zurdazo de Lucas Trípodi que se estrelló en el palo. Todo lo acontecido antes no había sido más que la disposición de las piezas sobre el tablero y observar los movimientos del contrario para actuar. El cuadro de Giustozzi, que debía reponerse de la dura derrota sufrida en la Copa del Rey ante el Jimbee y que ha dejado a los de la capital del Segura sin otro título, iniciaba su marcha despacio. Así, cuatro minutos tardó la escuadra murciana en poner a prueba a Gus, meta visitante. Aunque había sido un aviso serio, fue de las pocas ocasiones que se vivieron hasta el ecuador del primer acto. Ribera Navarra, más vertical, no lograba imponer su pegaba aunque había generado más peligro que su rival; ElPozo, por su parte, apostaba por retener el balón, cuidarlo y mimarlo y tratar de llevarlo a la meta contraria previo paso por un sendero con más recorrido.

Desde ese punto hasta que los jugadores tomaron el túnel de vestuarios en el descanso, aumentó el ritmo en el duelo. Las ocasiones seguían siendo escasas pero al menos ya se veía otro planteamiento más ofensivo por parte de ambas escuadras. El conjunto navarro, muy concentrado, había puesto a prueba a un Espíndola que ama vivir fuera de su área. Paradynski también dispuso de una ocasión que el meta de Ribera sacó de milagro y que, de haber entrado, habría cambiado la cara al duelo. Y es que era el gol lo que faltaba, era el punto de inflexión que haría saltar todo por los aires. Entonces, ese tanto llegó. Fue para aquellos que más habían apostado por marcar, es decir, los visitantes. En el último minuto, David Pazos batió al meta local con un disparo raso, fuerte y ajustado. Era lo justo y, con ese resultado, ElPozo salía de la pista.

El segundo acto también tuvo un comienzo algo frío aunque el duelo fue entrando en calor según pasaban los minutos. La balanza de oportunidades de gol se inclinaba a favor de ElPozo, aunque no eran demasiado claras, y el Ribera Navarra usaba los contragolpes para intentar aumentar su distancia en el marcador. Habida cuenta de que los de Giustozzi se habían ido a vivir al campo contrario, pillarlos descolocados no era una quimera. Y, fruto de la insistencia por parte de los locales, finalmente el gol hizo acto de presencia por medio de Andresito quien, tras una pared, recorrió la banda para batir a Gus con la diestra.

El gol del empate abrió el duelo y ambos conjuntos se lanzaron a por el gol. Aumentaron las revoluciones, se perdió el miedo a las llegadas y los jugadores cogieron confianza. Fue un intercambio de golpes en el que cualquiera pudo haber encajado. En banda, Pato maldecía por las ocasiones falladas por los suyos, muy claras en algunos casos. Restando menos de diez minutos para la conclusión, hubo otro acelerón.

Ya se jugaba a un ritmo endiablado y ahí ElPozo se encontró por fin consigo mismo y consiguió el gol, tras un córner botado por Darío que pilló despistados a los jugadores visitantes pero no a Paradynski, quien apareció en el segundo palo para empujar el balón al fondo de la red.

Todo parecía ya encauzado hacia el triunfo pero la historia se complicó al ser expulsado con roja directa Felipe Valerio tras detener, con la mano, un balón que entraba ya en la portería. El penalti no logró materializarlo David, dando un respiro y un punto de vida extra para los locales, que aguantaron el tipo con tres jugadores de pista por la roja al Valerio para llevarse un duelo que tenían muy complicado y en el que los navarros merecieron algo mejor.