ElPozo Murcia se ha anotado la victoria ante el Ribera Navarra por 2-1 en un duelo muy igualado y que se decidió en unos minutos finales no aptos para cardíacos. Pato, mito de ElPozo y entrenador del cuadro navarro, todavía se estará preguntando cómo es posible que los suyos, con la de ocasiones de que dispusieron, no cuenten este encuentro con un triunfo.Todo lo contrario que Giustozzi, que tenía un examen muy difícil y que sale airoso de un partido trampa que casi se le atraganta.

El primer tiempo fue algo soso. El conjunto entrenado por Pato se mostró más vertical y concienciado en ataque que ElPozo, muy frío y que funcionaba a arreones. Los de Giustozzi parecían no haberse sobrepuesto a la derrota ante el Jimbee que los ha dejado fuera de la Copa del Rey, un nuevo título que se escapa esta campaña. y tardaron mucho en demostrar que lo que les corre por las venas es sangre. Pausados y cómodos tocando en mitad de pista, los de la capital del Segura parecía que preferían no arriesgar en ataque por si descuidaban la retaguardia. El Ribera Navarra, en cambio, no parecía tener miedo de enfilar la meta defendida por un Espíndola que tuvo mucho trabajo en ese primer acto. Y, aunque pasado el ecuador de este periodo la escuadra murciana se entonó y regaló buenas combinaciones y alguna que otra oportunidad de inaugurar el marcador, el gol llegaría para los navarros en el último minuto y tras un saque de esquina botado por Lucas Trípodi hacia la frontal del área que cogió David Pazos para batir al meta de ElPozo con un disparo raso, fuerte y ajustado. Era lo justo.

El segundo fue totalmente distinto. Era como si los dos equipos hubieran guardado sus mejroes cartas para jugarlas al final de la partida. Los dos equipos salieron con más mordiente aunque fue ElPozo el que más enseñó los dientes hasta que logró igualar el duelo con un tanto de Andresito en el que el cordobés, tras una pared, recorrió a banda para batir a Gus con la diestra, su pierna menos mala. El empate condujo a la locura y fue ahí precisamente donde ElPozo se encontró consigo mismo. Los de Giustozzi fueron gustándose en sus jugadas hasta que, tras varias amenazas, lograron adelantarse en el encuentro tras un córner botado por Darío que pilló a toda la defensa navarra despistada pero no a Paradynski, quien apareció en el segundo palo para conducir el balón al fondo de la portería.

Todo parecía encauzado hacia la victoria de los locales cuando llegó el susto. Felipe Valerio fue expulsado por parar con el brazo dentro del área un balón que ya entraba. El penalti no logró materializarlo David para contrariedad de un Pato que no conseguía entender como sus pupilos, con la de ocasiones que habían tenido, no tenían más goles en su casillero. ElPozo sacó el carácter y aguantó las embestidas navarras teniendo solo a tres jugadores de pista -por la expulsión de Valerio- e incluso pudo aumentar su ventaja en unos momentos de heroicidad que levantaron a la grada haciendo que el Palacio vibrara como en las mejores ocasiones. Finalmente, ningún gol volvió a subir al marcador y el encuentro terminó con una victoria balsámica para un conjunto murciano que, según las palabras de su técnicos, es ahora cuando empezará a coger velocidad.