El Cádiz B comenzó la Liga en el Grupo IV sumando tres puntos. Y lo hizo gracias al Real Murcia. En aquella primera jornada disputada en el mes de agosto, la defensa murcianista hizo aguas para permitir a los gaditanos que remontaran un partido que tenían cuesta arriba después del gol inicial de Juanma Bravo.

Desde aquel día han pasado unos cinco meses. Justo una vuelta del campeonato del Grupo IV. El miércoles, los de Adrián Hernández volvían a enfrentarse a los amarillos. Y, durante muchos minutos, los aficionados murcianistas parecían estar viviendo un 'déjà vu'. Tras el 1-0 de Peque, el conjunto murciano se empeñó en facilitar la victoria a su rival. Un grave error de Edu Luna, que se choca con Armando, provocó el empate de Nieto, y antes del descanso los de Juan Manuel Pavón no supieron aprovechar los continuos regalos de Tanis para ponerse por delante en el marcador.

Por enésima vez, el Real Murcia tembló bajo los palos. Y ante el Cádiz B no estaba Lejárraga en la portería. El madrileño, muy cuestionado por sus actuaciones y marcado por el error que costó el gol de la victoria del Yeclano en Nueva Condomina, acabó 2019 en el banquillo y empezó 2020 en el mismo sitio.

Con el cambio, Adrián Hernández intentó cambiar la dinámica negativa y, a su vez, aprovechar el buen momento anímico de un Tanis que fue protagonista de la victoria en los penaltis en la final de la Copa Federación. Pero en solo tres partidos, los nubarrones han vuelto a instalarse de lleno encima de la portería del Real Murcia.

El meta de San Sebastián, como ya le ocurriese en la primera vuelta, ha desaprovechado su oportunidad por la vía rápida, volviendo a poner a su entrenador en el alambre, ya que en estos momentos ni Lejárraga, titular de la jornada 2 a la 17, ni Tanis dan garantías a un equipo que disputados 20 encuentros continúa enseñando sus debilidades defensivas partido tras partido. Aunque el miércoles se lograba dar la vuelta al marcador y conseguir un triunfo que otorga mucha tranquilidad, el Real Murcia tiene un problema y gordo con el rendimiento en una posición que cada semana pone a temblar a la grada.

Ni la regularidad ha permitido que se mejore, y es que Lejárraga, después de jugar 1.350 minutos, no consiguió despejar las dudas que había sobre él. Ahora Tanis tampoco ha aprovechado su oportunidad. El de San Sebastián, al que Julio Algar prefirió dejar en la plantilla en verano, empezó la Liga como titular, pero después de dos partidos jugados, Adrián Hernández cambiaba de opinión rápidamente intentando buscar un remedio que no ha encontrado.

A diferencia de temporadas anteriores, donde el Real Murcia ha presumido de porteros, en esta ocasión los granas, después de gastar dos fichas sénior en ese puesto, tienen los dos metas más flojos que se recuerden en los últimos años. No son los únicos culpables, porque la defensa en demasiadas ocasiones no ayuda, pero sí los resposables de que cada balón que llegue al área esté más cerca de ir a gol que de marcharse fuera.

Viendo los regalos de Lejárraga y Tanis en lo que va de campaña, la afición recuerda que el pasado verano el club despidió, teniéndole que pagar su contrato, a Simón Ballester. El meta murciano, criado en la cantera grana, no tenía sitio. Ni Julio Algar ni Adrián Hernández le respaldaron. Su condición de jugador de la tierra, tan importante para fichar a otros, tampoco valió. Después de estar todo el verano haciendo la pretemporada, pero sin tener minutos, hizo las maletas y se fue al paro. Ahí sigue. El guardameta, que ha jugado 70 partidos en Segunda B y que fue clave en la reacción del Real Murcia en la temporada 16-17 para meterse en el play off, se quedó por detrás de Tanis y de Lejárraga, sin embargo ahora muchos lamentan que el murciano no tuviese sitio en esta plantilla.