No había sido el mercado de invierno un caladero para el Real Murcia desde la llegada de Jesús Samper al club grana en 1998. Aunque el madrileño había aprovechado enero para reforzar al equipo en sus primeras temporadas, posteriormente, al ver la falta de resultados de los fichajes, decidió limitar la llegada de incorporaciones. Desde la campaña 2008-2009, hubo más años sin fichajes que con fichajes. Solo se firmó en la 12-13 -llegó Toribio y se recuperó al meta Fernando- y en la 14-15, cuando se apostó por Carlos Álvarez y Álvaro Rey. Las dificultades económicas del club, agravadas con su descenso a Segunda B, no ayudaban tampoco.

Sin embargo, con la muerte del madrileño y la entrada de Raúl Moro en el accionariado se abrió una nueva puerta. Deseado Flores hizo en enero de 2017 más refuerzos invernales que en las diez campañas anteriores. Hasta once jugadores llegaron a una plantilla entrenada por Paco García en ese instante. David Sánchez, Josema, Sergi Guardiola, Alberto López, Borja Gómez, Rayco, Víctor Curto, Álvaro Romero, Elady, Pablo Aguilera y Juanjo fueron los fichajes granas en ese mes de enero de locura.

Desde esa fecha, los murcianistas siempre han acudido al mercado invernal, aunque nunca de una forma tan extrema. En enero de 2018 se firmó a Chrisantus, Charlie Dean, Molo, Carlos Martínez, Pallardó y Ongenda. Y hace un año, cuando primaron las bajas sobre los fichajes, se cerraron las incorporaciones de Miguel Díaz, Jeisson -que abandonaría el club antes de acabar el curso-, Diego Parras y en abril llegaría Henrique.

Con la entrada de 2020, el Real Murcia deberá decidir si refuerza su plantilla. De momento el único movimiento ha sido la salida de Kevin, quien hace unos días rescindía su contrato al no tener minutos.