El año 2019 está a punto de finalizar. Y 2020 traerá unos Juegos Olímpicos, que se disputarán en Tokio el próximo verano. Un buen número de deportistas de la Región tienen marcado en rojo esa cita. Uno de ellos ya tiene el pasaporte, el molinense afincado en La Rioja Camilo Raúl Santiago Jiménez, un atleta que ha irrumpido en la prueba maratón con tanta fuerza, que en solo cuatro años ha pasado de ser un corredor popular a tener el billete para participar en los Juegos.

El pasado 1 de diciembre, en la Maratón de Valencia, logró esa marca con la que sueña cualquier maratoniano. Con 2 horas, 10 minutos y 2 segundos, logró la mínima para Tokio. «Fue un carrerón», afirma Santiago a La Opinión mientras atiende a su hijo, mientras que explica qué le falta para ser olímpico: «Ahora mismo tengo la plaza, pero hay que esperar al Maratón de Sevilla el 26 de febrero. El ganador de allí tendrá plaza fija junto a Dani Mateo y yo, pero al final todo será a criterio del seleccionador nacional entre los atletas que consigamos la mínima», afirma el molinense, que antes de ser atleta jugó al fútbol en equipos de Tercera División de La Rioja, donde se afincó cuando tenía 10 años por el trabajo de su padre, que era representante de Golosinas Fini.

Santiago, que este mismo año logró 2 horas y 14 minutos en Hamburgo, sabía que tenía en sus piernas una marca mucho mejor. De hecho, se quedó a punto de bajar de las 2 horas y 10 minutos. «La verdad es que esperaba lograr esa marca porque lo he trabajado. Esto no se consigue con un entrenamiento, lleva muchos meses detrás. La marca que hice en la media maratón de Valencia un mes antes (1h.01:46) también me dejó a las claras que las cosas estaban yendo bien y que la preparación era buena», afirma. Incluso cree que podría haber mejorado aún más esa espectacular marca: «Sinceramente creo que podía haber bajado de la barrera de las 2 horas y 10 minutos, pero una veces uno no corre todo lo que el cuerpo puede. El maratón es muy singular, es único por las características que tiene, y siempre es más fácil que sea a peor que a mejor, que te pasen casa malas durante la prueba», dice.

El murciano ya no volverá a correr una maratón hasta los Juegos de Tokio. Ahora su objetivo «es el Campeonato de España de media maratón en febrero, donde intentaré proclamarme campeón. Ya no voy a correr más maratones y depende de lo que pase en febrero, veré qué hago. Si finalmente no me incluyen en el equipo para los Juegos, haré un maratón en abril en Londres, y si no, me dedicaré exclusivamente a preparar Tokio. Además, también haré el Mundial de media maratón, donde tenemos una selección para luchar por las medallas», explica sobre sus futuros proyectos.

Camilo Santiago ha terminando asimilando todo lo que ocurrió en Valencia, pero le costó «dos días, en los que estuve sin prácticamente dormir dando vueltas a la cabeza por todo lo que viví y digiriendo lo que puede pasar a partir de ahora, que aún es más importante. Estar en los Juegos Olímpicos era un sueño, una utopía, algo muy difícil de conseguir, sobre todo para una persona tan normal y sencilla, que viene de la calle. Es como estar jugando en el pabellón Serrerías un domingo y unos años después encontrarte en la élite», explica.

A Camilo Santiago, sin embargo, no le gusta nada que el COI haya decidido trasladar la prueba de maratón y también las de marcha a Sapporo por el clima: «Es un sinsentido. Es como si los Juegos se celebran en San Sebastián y el maratón se disputa en Cádiz. No tiene ninguna lógica, no te dan la oportunidad de entrar en el estadio olímpico. Para mí es una cagada y os va a privar vivir el ambiente de la villa olímpica y todo lo que envuelve a unos Juegos, que les hace muy especial», terminó diciendo.