A las siete de la mañana suena el despertador en la residencia del UCAM Murcia CB, conocida como 'La Barraca'. Es hora de levantarse, desayunar fuerte y subir a la furgoneta que tiene como destino el Palacio de los Deportes. Tres jugadores del segundo equipo del filial se acercan a la pista auxiliar. En ella esperan tres técnicos y un preparador físico. Se trata de uno de los dos grupos de tecnificación de la cantera universitaria que dirige personalmente Sito Alonso y que integran Kadhim Fall, Ismael Corraliza y Ojars Berzins -los dos primeros entrenan a diario con la primera plantilla-.

Manu Marín, preparador físico del equipo de ACB, coordina el calentamiento atenta mirada del propio Sito y de sus ayudantes, Alberto Miranda y Lucas Pérez. Por delante, más de una hora de entrenamiento dos días a la semana, donde no solo se trabaja la técnica individual, también la capacidad de tomar buenas decisiones.

Otro grupo de tecnificación está formado por otros nueve canteranos. En este caso, desde edad cadete hasta senior. «Es un privilegio tener esta posibilidad de entrenar con un técnico de un equipo ACB. Pienso que nos viene muy bien a todos, porque realmente es muy bueno y nos está haciendo mejorar. Te prepara para algo que quizás pueda suceder en el futuro», dice el cartagenero Carlos Hurtado, júnior de primer año que recientemente ha sido convocado por la selección española sub-17. Todos los días sale de clase en Cartagena y se monta directamente en el de sus padres para llegar a tiempo al entreno de tecnificación. Durante el mismo, mientras trata de ejecutar a la perfección un ejercicio impuesto por el entrenador, tiene que contestar a la siguiente pregunta: «¡Carlos! ¿Quién inventó el submarino?» a la vez que bota el balón pasando un bloqueo contesta. Toca esprintar al otro lado de la cancha y llegar a defender. Se escucha una nueva pregunta «¡Carlos! ¿De dónde era Isaac Peral?». Se escucha la respuesta: «Es de Cartagena, de ¡Cartagena!». Después del entrenamiento de tecnificación, una hora de descanso para preparar el siguiente entrenamiento con su equipo. Entre ambos, aprovecha para estudiar en una da las salas que el club tiene habilitadas en el Palacio de los Deportes.

Sito Alonso para constantemente el juego, incide en cada detalle y repite por encima de todas la palabra 'pensar'. «Se trata de crear a partir del conocimiento del juego y de la enseñanza de su propia duda, que sean capaces ellos de pensar y tomar decisiones. No que siempre sea el entrenador el protagonista principal de lo que está pasando. Creo más en eso que en la mecanización de las cosas como un robot», advierte el técnico universitario.

A lo largo de los meses, la mejora asciende a un ritmo muy alto. Así lo reconoce el entrenador madrileño. «Es espectacular. Hay ejercicios que hacemos ahora que sería impensable hace unos meses. Han cogido muy bien la dinámica y cómo son las personas que estamos trabajando con ellos. Por eso, no vienen relajados para hacer un ejercicio, sino que vienen mentalizados y atentos por lo que pude pasar. Además, saben muchos más detalles que a principio de temporada y eso es muy importante».

La colaboración con sus ayudantes es fundamental. Durante la sucesión de diferentes ejercicios, Alberto Miranda y Lucas Pérez, modifican individualmente los errores que van acumulando los jugadores del grupo. Cuando finaliza la sesión toca hablar, memorizar movimientos, discutir sensaciones y hacer balance del trabajo realizado.

Además de la supervisión en su técnica individual y en la toma de decisiones, cada uno de los jugadores tiene un plan físico específico que coordina el preparador físico de la primera plantilla. Manu Marín realiza entre dos y tres sesiones de gimnasio semanales para potenciar las carencias físicas con las que cuenta cada miembro, como la musculatura, la coordinación y la pisada, entre otras.

Esta forma de trabajar totalmente profesional tiene el objetivo de que el propio jugador vea más cerca la posibilidad de llegar al conjunto que milita en ACB.