El grupo IV de Segunda División B está brindando alguna que otra sorpresa este curso, ya sea en forma de revelación -véase el Yeclano- o de decepción -como es el caso del Recreativo de Huelva o el propio UCAM Murcia-. Pero el Talavera, conjunto que visitó en el mediodía de ayer La Condomina, no impresionó para bien ante el conjunto universitario: está en la zona baja de la tabla por méritos propios.

Es por ello que el UCAM que dirige Miguel Rivera se vio obligado a ganar dicho encuentro, y a hacerlo de forma cómoda casi por inercia. La diferencia de calidad entre ambas plantillas se manifestó con apenas disputarse unos instantes de juego. Los universitarios aprovechaban las facilidades y cada una de las grietas defensivas de los manchegos en cuanto se mostraban acertados en el pase. Y con ese guion, era una cuestión de tiempo que hasta el UCAM, un equipo con una evidente falta de puntería, concluyera el choque ganando con cierta comodidad.

El Talavera se mostró demasiado condescendiente y descolocado en fase defensiva y sin ideas en la elaboración. En el primer tiempo, el UCAM fue muy efectivo en la recuperación, manteniendo la posesión ante la imposibilidad en ciertas fases del choque para llegar hasta el área.

Si bien De Vicente, irregular ayer en su actuación, y un Barbosa que sigue creciendo en banda izquierda provocaban los primeros dolores de cabeza para la zaga visitante, así como la intervención del meta Óscar Santiago, la nota negativa del encuentro para los universitariso la volvió a ofrecer el atacante David Mayoral. Voluntarioso y deseoso de agradar, la ansiedad por marcar volvió a hacer mella al jugador, que en el minuto 20 pecó de individualista con el empate campeando en el marcador. A los veinte minutos de juego, eligió disparar a puerta con su compañero Barbosa totalmente solo y dispuesto para marcar a placer.

Más allá de esa mala toma de decisiones, su potencia y su arrancada hicieron estragos en una defensa talaverana que sufrió en exceso con cada envío hacia su espalda. Así llegaron las mejores ocasiones, aunque el primer tanto fue fruto de una jugada a balón parado.

En el 36', Viti colgó un saque de esquina hacia el primer palo que cabeceó de forma precisa y potente Chavero y que Óscar Santiago repelió a duras penas. El rechace, repleto de sangre, fue olido y posteriormente cazado por un Aketxe que no entiende de crisis goleadores.

Casi sin tiempo para la reacción visitante, el UCAM Murcia asestó un segundo golpe letal consecutivo que dejaba el encuentro encarrilado y visto para la sentencia en la segunda mitad. De nuevo Viti fue protagonista en el servicio, ofreciendo un pase al espacio desde la izquierda para la internada de Barbosa. El ex del Barakaldo superó en el mano a mano con un potente disparo cruzado a Óscar Santiago, lo que permitió al UCAM llegar al descanso con una tranquilidad a la que no estaba acostumbrado este curso.

Sin embargo, la entrada del delantero Pablo Aguilera, ex del Real Murcia, reactivó al Talavera y encajonó a un UCAM que, a partir de transiciones rápidas, mantuvo sus opciones en ataque. El propio Aguilera y Samu Corral a punto estuvieron de recortar distancias, en especial con un testarazo del primero y una volea que se estampó contra el lateral de la red por parte del segundo.

El UCAM intentaba controlar el encuentro tras bajar varias marchas el ritmo del partido, y esa tranquilidad a veces se convertía en relajación. El Talavera, con poco, intimidó, pero al no materializar ninguna de sus ocasiones no consiguió meter el verdadero miedo en el cuerpo a los universitarios.

Aketxe vería como se le anulaba un segundo gol por fuera de juego, aunque Higón y Gurdiel probaron también en sendas buenas llegadas a un Óscar Santiago que acabaría siendo el protagonista destacado del Talavera.

Pese a los cambios de Rivera, Perales o Manu Justo desperdiciaron una oportunidad para agradar con algo más de tiempo tanto a técnicos como a aficionados. La inercia del equipo, no obstante, sigue siendo positiva: ya son cinco semanas consecutivas sin perder, incluidas dos victorias, y la posibilidad de seguir creciendo a partir de encuentros solventados con victorias más plácidas. La próxima semana toca visita a otro rival de la zona baja, un Villarrobledo al que, por inercia, también estarán olbigados a ganar.