¿Qué hace un jumillano en Australia, vender vinos?

Me gustaría, pero esa no fue la primera idea. Llegué para aprender inglés por cuatros meses y después de casi siete años todavía sigo aquí, aprendiendo inglés.

¿Y a qué se dedica allí?

Al arbitraje de enero a septiembre u octubre, y cuando no estamos con la temporada, tengo unos amigos que tienen unas compañías y les ayudo a trabajar un poco.

¿De qué ha trabajado en Australia?

Como mucha gente dice, no se me caen los anillos al tener que hacer cualquier trabajo. Aquí me ha tocado desde trabajar en un café hasta limpiar oficinas.

¿Ya era árbitro en España, no?

Sí, empecé cuando tenía 14 o 15 años y la última temporada que pasé en España pité en Tercera División.

¿Y por qué árbitro?

Pues no es una historia muy normal. Un día llegué de clase y mi madre me dijo que había salido un curso de la Federación, que si quería hacerme árbitro. Tuve que ir a Yecla un par de meses para hacerlo. Mi madre fue la que me impulsó a hacer el curso.

Una madre impulsando a su hijo a meterse en un mundo donde le iban a decir de todo.

Así es, de todo menos bonico, pero la verdad es que ahora llevo casi quince años. Hice siete en España y llevo para otros siete aquí.

Y le han dado el premio al mejor asistente.

Sí, así es. Como Australia es muy grande, la segunda división es como la Segunda B de España porque la tienen que dividir en cuatro grupos. Ahora estoy tratando de conseguir el ascenso a corto plazo.

¿Allí se puede hacer de auxiliar y de árbitro?

Se hace un poco de todo. Como hay muchos partidos, a lo mejor te toca en el primero hacer de linier y en el segundo de árbitro principal o viceversa.

¿Y pagan bien?

Ahora están implantado en la Primera División que cuatro de los diez árbitros principales sean profesionales. Están empezando a profesionalizarlos, pero en el nivel que yo estoy, como hay veces que vamos a los colegios porque aquí el fútbol es una asignatura, tengo semanas donde pito de lunes a domingo, todos los días.

Vamos, que le da para vivir.

De enero a septiembre sí, el resto de meses me tengo que buscar la vida. Ahora estoy trabajando en un concesionario de coches de un amigo.

¿No le ha dado la tentación de volver a España?

Siempre quieres volver, pero ahora mismo me queda un año más de visado aquí y estamos tratando mi mujer y yo de fijar la residencia. Si no lo conseguimos, nos tocaría buscar un plan B.

¿Qué nivel tiene el fútbol en Australia?

La Primera División es como una Segunda en España. El problema aquí es que no hay ascensos ni descensos, pero ahora van a crear la segunda categoría para que haya más nivel. Tienen un tope salarial, por lo que la liga nunca llegará al nivel de la española. Pero en Australia se juega más al fútbol que en España. Hay colegios con cinco o seis campos de césped natural, como pasa con cada club.

El nivel de vida tiene que ser superior a España.

Aquí se pagan muchos impuestos, pero se ven reflejados dónde van. Para que te hagas una idea, un jugador entre alevines y juveniles tiene que pagar de 3.000 a 5.000 euros cada temporada. Por eso los clubes pueden mantener las instalaciones y, encima, el Gobierno saca subvenciones todos los años para arreglar los campos.

Pero el fútbol no es allí el deporte rey.

No es el deporte que más se sigue, pero sí es el más se practica. Los padres prefieren que los niños jueguen al fútbol y no al rugby.

¿Qué percepción tienen allí del futbolista español?

Se tiene muy buena percepción. En el equipo de mi ciudad jugó Corona y el año pasado también estuvo Álex López, que estuvo en el Celta, el Valladolid y Sporting de Gijón. Creo que en Perth está Rubén Castro. El futbolista español está muy valorado aquí.

¿Los árbitros son respetados?

En todos los partidos, da igual que el equipo gane o pierda y que el árbitro haya estado mejor o peor, el 75% de los jugadores viene a darte gracias. Eso casi nunca se ve en España.

¿Y la educación de los padres, cómo es?

Aquí tenemos la autoridad de parar un partido si escuchamos algún insulto. Si ocurre eso, paramos, llamados al delegado de campo y le decimos que tiene que echar a esa persona. Si no lo hace, nos vamos del campo. Tanto en las competiciones de colegios como de clubes es así. Cuando se da esa situación, la persona casi siempre se acaba marchando. Y también instalan pancartas en los campos diciendo 'el árbitro es una persona normal', 'ven a disfrutar del partido' y algunos lemas más.

¿Aquí en España llegó a tener algún problema?

Bueno, aquellos días magníficos donde pitábamos en campos de tierra€ Alguna vez me ha pasado. La única vez que me trataron de pegar no se me olvidará, fue en Calasparra. Tenía 16 años y pitaba un partido de Primera Autonómica. A los 15 minutos tuve que suspender el partido porque salieron detrás de mí, pero tuve la suerte de que la puerta del vestuario estaba abierta.

¿En Australia no le ha pasado nunca?

No, aquí nunca.

¿Usted también jugó al fútbol?

Sí, jugué en el Fútbol Base Jumilla y después en la Escuela Municipal Jumilla. Mi último año estuve en Liga Nacional Juvenil.

¿De qué jugaba?

De interior izquierdo o lateral, depende.

¿Y qué tal jugador era?

¿Tú te acuerdas de Chumi, que jugaba en el Jumilla? Él decía que tenía más proyección como futbolista que como árbitro, pero decidí cambiar al arbitraje porque con dieciséis años conseguía el dinero necesario para salir a los recreativos con los amigos.