El entrenador del Valencia Basket, Jaume Ponsarnau, aseguró que no sabe si se juega el cargo en los encuentros que su equipo juega mañana ante el Panathinaikos y el domingo ante el UCAM Murcia en el Palacio de los Deportes (20.00 horas) y señaló que está centrado en hacer evolucionar al equipo. «Yo qué sé. Engañaría si digo que no me importa pero mi preocupación y mi camino es ayudar al equipo a ser competitivo a mejorar las cosas, eso es lo que tengo a la cabeza», dijo ayer el catalán.

El entrenador reconoció que en la confección de la plantilla probablemente se hayan quedado cortos en el aspecto físico, pese a tener 14 jugadores, pero lo ha explicado por las circunstancias del mercado.

«Es cierto que probablemente a nivel de potencial físico de jugadores nos hemos quedado cortos pero el mercado nos dio lo que nos dio y las posibilidades eran las que eran, por eso hicimos la plantilla de catorce», señaló.

Ponsarnau admitió que no han logrado aún «aprovecharla del todo» pero cree que lo harán cuando todos los jugadores alcancen su mejor versión.

Asimismo, el base belga Sam Van Rossom se reincorporó ayer a los entrenamientos tras haber estado fuera del equipo diez días por unas molestias en la rodilla izquierda que aún mantiene pero que no le descartan ni para el partido de mañana como el domingo. «Él tiene la duda de cómo se va a encontrar en la realidad del cinco contra cinco. Ha tenido molestias que son lógicas en la recuperación y el tema es detectar cuándo no condicionan su juego y lo que nos puede aportar», señaló el técnico Jaume Ponsarnau.

«Hay más posibilidades de que pueda jugar el viernes y aún más el domingo», señaló Ponsarnau, quien advirtió que debe «ser coherente y si por lo que vemos aún no podemos contar con él habrá que esperar al próximo encuentro».

Van Rossom se retiró del encuentro ante el San Pablo Burgos al sentir dolor en una articulación de la que ha tenido que ser operado en dos ocasiones, en febrero de 2016 y en junio de 2017, y que le ha tenido varios meses sin jugar.