Lo que parecía un mal arranque liguero se ha convertido en una crisis en toda regla. Solo diez puntos sumados en diez jornadas han hecho saltar todas las alarmas en un UCAM Murcia confeccionado para luchar por el billete de play off.

A diferencia de campañas anteriores, donde los universitarios acusaban las segundas vueltas, en esta ocasión los problemas han llegado a las primeras de cambio. Y de momento, pese a que la directiva decidió 'cortar la cabeza' de Rubén Albés por la vía rápida, de momento, el equipo tampoco ha reaccionado con Miguel Rivera en el banquillo.

Lleva tres encuentros el andaluz al frente de la plantilla y solo ha sumado una victoria, la lograda hace una semana ante el Badajoz en La Condomina. Un gol de Manu Justo en el minuto 90 no solo daba los tres puntos al UCAM sino que además parecía ser el punto de inflexión que todo el mundo esperaba. Sin embargo, solo siete días después, los azulones eran protagonistas de un tremendo batacazo, cayendo por 3-0 frente al Sevilla Atlético.

Cuando las plantillas comenzaban a coger cuerpo en verano, el UCAM recibía todo tipo de elogios. Los fichajes de jugadores como Hugo Álvarez, Aketxe, Manu Justo, Higón, Rafa de Vicente, Vicente Romero, entre otros, colocaban a los universitarios en el grupo de favoritos para pelear por estar arriba.

Aunque en las cuatro primeras jornadas solo se sumaron dos puntos, nadie dudaba en hablar de un mal inicio que acabaría cuando llegase la primera victoria. El primer triunfo llegó el 21 de septiembre. Los goles de Higón y De Vicente ante el Granada B permitían que los tres puntos se quedasen en La Condomina. Pero ese primer paso no tuvo continuidad. Se empató a cero en el campo del Villarrubia, mismo resultado que se dio en el derbi frente al Real Murcia.

Tras el choque ante los granas, el UCAM tenía 7 puntos tras siete jornadas disputadas. Aunque parecía pronto para hacer análisis amplios, la directiva del club universitario no se lo pensó dos veces. Descontentos con el trabajo de Rubén Albés, que no estaba dando los resultados esperados, José Luis Mendoza y sus colaboradores decidieron no tener paciencia y dar un golpe de timón, destituyendo al gallego y confiando en Miguel Rivera, un perfil totalmente opuesto al elegido en verano.

Tres partidos después de la llegada del andaluz, la reacción no se ha visto, haciendo que las miradas pasen del banquillo a la plantilla. El domingo, en Sevilla, los universitarios encajaban una deshonrosa derrota. La defensa, una línea que se salvaba de la quema, no tuvo su mejor día. A ello hay que añadir que tras el gol de Pana en el minuto 17, los azulones se descompusieron, bajaron los brazos y fueron incapaces de competir, hasta el punto de encajar tres goles en 68 minutos.

Si los tropiezos de las primeras jornadas parecían un pequeño bache que se acabaría superando, el fracaso en Sevilla deja muy tocado a un equipo que durante la mayor parte de lo que va de competición ha realizado un juego nefasto, ofreciendo malas sensaciones. Parecía que la victoria ante el Badajoz cambiaría la dinámica y sería el punto de partida de la etapa de Miguel Rivera, pero nada de eso ha sucedido de momento. La defensa, que daba un respiro entre tanto problema, naufragó en Sevilla y la delantera, pese al potencial de nombres como Aketxe, Perales y Justo, tiene unos números decepcionantes. Solo seis goles en diez jornadas dejan al UCAM en el último puesto del Grupo IV en cuanto a tantos anotados se refiere.

Se está acostumbrando el equipo universitario a dormir en la zona baja de la tabla -esta semana ocupan puestos de play out- y cada la competición avanza rápido y no da respiro. El domingo recibirán en La Condomina a un Cádiz B que llega en alza tras encadenar tres victorias consecutivas.