¿Cómo acabó una chica como usted jugando al fútbol en Galicia?

Llevo toda la vida jugando, desde pequeña, aunque siempre lo había hecho cerca de casa. Empecé en La Campana y después me fui a Lorca. También estuve en Murcia, donde salió mal el proyecto, y a mitad de año me fui al CD Tacón de Madrid. Después estuve en el Oviedo y ahora llevo dos años en Lugo, donde estoy gracias a una compañera, Andrea, que conocía al presidente.

¿Y por qué le dio por jugar al fútbol?

Pues en mi entorno familiar no tenía a nadie que jugara al fútbol. En el colegio me apuntaba a todos los deportes e intentaba siempre ser la mejor. Practiqué muchos hasta que me decanté por el fútbol.

¿Pero qué otros deportes hizo?

Atletismo, baloncesto, voleibol...

Vamos, que hizo deportes más asimilados a la figura femenina, no como el fútbol.

A mis padres no les gustaba que jugara al fútbol, pero a mí me encantaba, me llenaba más, competía, disfrutaba, vivías muchas sensaciones juntas.

Pero sus padres ya lo habrán asimilado.

Bueno, aun así tampoco ahora les gusta, pero es más porque estoy fuera de casa. Les gustaría que estuviera allí, pero ellos ahora respetan mi decisión.

Es que se ha ido a mil kilómetros de casa.

Claro, ellos piensan qué hago por aquí jugando, que estoy lejos de casa, vamos, lo típico de los padres.

¿Y en qué era buena al margen del fútbol?

La verdad es que si me pongo, me pongo, soy muy competitiva y perder no me gusta. Se me daba muy bien el salto de altura y quedé campeona de la Región de Murcia hace muchísimos años.

Pues le daría un disgusto a su entrenador de atletismo cuando le dijo que quería jugar al fútbol.

La verdad es que sí. Lo practicaba en el colegio, pero es que yo siempre estaba liada en todas las actividades.

No era de irse a casa después del colegio.

No, creo que iba a comer a casa y en cuanto podía, salía otra vez a la calle.

¿Siempre ha jugado de portera?

Jugaba de portera y de delantera. En el colegio jugaba en ambas posiciones, dependía de las situaciones. Por ejemplo, si íbamos perdiendo, entonces salía de delantera. Y empecé a ser portera en el Lorca Féminas, donde llegué como delantera, pero me lesioné del cuádriceps y por no estar sentada en una silla, les dije de ponerme de portera porque ahí no tenía que correr y no me molestaba la pierna. Y ya me quedé allí, por una lesión.

¿Ha cambiado mucho el fútbol femenino desde que empezó a jugar en su pueblo?

Ha cambiado mucho y para bien. Si estoy en Lugo es por eso, porque está todo más normalizado, se cobra más€

Ahora se puede sobrevivir.

Sí, no te da para estar ahorrando una cantidad todos los meses, pero sí te dan un suelo, piso y algo más. Al menos lo puedes ir compaginando con los estudios o con un trabajo de media jornada.

¿Y qué hace al margen del fútbol?

Intento trabajar en lo que me sale por aquí, de camarera, también estuve en un almacén y en una gasolinera.

Recuerdo que le hicimos un reportaje en la gasolinera hace muchos años por otro asunto.

Sí, fue por un partido donde me expulsaron, que reclamaron mi expulsión y se ganó el recurso en los juzgados. Entonces Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, puso como ejemplo mi caso porque le pasó lo mismo con Chéryshev. Recuerdo que se formó un buen lío.

¿Cómo llegó al fútbol playa?

Empecé en 2012 porque empezó a convocarme la selección murciana. Entonces solo había un campeonato, pero ahora hay ya muchos torneos, como la liga, la copa y algunos más.

¿Es muy diferente ser portera de fútbol y de fútbol playa?

A la hora de parar es lo mismo, pero en el fútbol playa disfrutas más porque puedes salir con el pie, tienes margen para marcar goles, chutar, ayudar a tus compañeras. Además, el terreno es diferente y también las caídas.

Vamos, que en el fútbol playa puede desarrollarse como portera y delantera.

La verdad es que sí. No es que era una jugadora con mucha técnica, sino más bien rápida y fuerte. Manejo de balón tengo poco, soy de correr y golpear.

Y ahora campeona de los Juegos de la Arena.

Sí, ya llevamos año trabajando con la selección. De hecho, yo llevo desde que se formó en 2016. En Salou, en mayo, nos clasificamos después de ser segundas. Nos metimos de casualidad porque no nos acompañaron los resultados en los primeros partidos, pero en los últimos logramos los puntos que necesitábamos y nos metimos.

Pues ganaron sin ser las favoritas.

Como nos quedamos segundas y nos costó tanto, no íbamos como favoritas, era Rusia. Nosotras habíamos trabajado bastante y ensayado cosas diferentes. La verdad es que nos salió todo y fuimos campeonas.

¿Tuvieron tiempo para conocer el país?

Nosotras íbamos del hotel al campo porque en la calle no podías estar, el calor era inhumano, insoportable. Un día jugamos a las cuatro de la tarde y fue terrorífico. Al margen del sol, el problema era el calor, que no podías ni respirar, y nos aconsejaban que no estuviéramos fuera del hotel, donde el aire acondicionado estaba muy fuerte y provocaba unos cambios de temperatura brutales.

Es decir, ha estado en Qatar pero no sabe cómo es.

No, como máximo salimos a un centro comercial que estaba dos calles más allá del hotel, pero aquello es muy caro, todo de lujo€ Hay que tener mucho dinero para ir.

¿Se extrañaban de que jugaran al fútbol?

La verdad es que nosotras estuvimos muy bien y nos sorprendió que éramos súper famosas, con mucha gente fuera del estadio esperando para hacerse una foto con nosotras. Luego estaban las chicas del balonmano, que jugaban en top y con bikini, y había mujeres grabándolas, sorprendidas de cómo podían jugar así. Pero vamos, no hemos tenido ningún problema.

Está a punto de cumplir 30 años. ¿Hasta cuándo?

No me voy a retirar hasta que pueda jugar, pero en el momento que vea que no puedo, lo dejaré. Por tengo muchas ganas y estoy muy bien físicamente.

Lo malo es que cotizan poco a la Seguridad Social.

Claro, cotizas lo que tú puedes trabajar por fuera y el contrato que tengas. Mientras tanto, estoy viviendo un sueño, hasta que dure.

Sus compañeras de Primera División van a la huelga. ¿A ustedes les afecta?

No, nosotras no tenemos esa suerte. En la liga Reto Iberdrola, donde yo juego, hay muy pocas fichas profesionales, que es lo que cuenta para la huelga. A mí, por desgracia, no me afecta.

¿Y cómo es ese club para el que juega?

Es un club humilde, que pertenece a un pueblecito de Lugo que se llama Fiol. El presidente es peluquero y tiene una empresa. No es como el Oviedo, donde estuve, o el Málaga. Se puede decir que es como el Lorca Féminas o el Alhama.

Usted participó en ese calendario del Lorca Féminas que se hizo famoso. ¿Lo volvería a hacer hoy?

Si lo tengo que hacer, lo haría otra vez, no tendría ningún problema, pero no sé si haría falta. En esa época no lo veía mal porque era para sacar dinero para el club y estar mejor. No lo veo mal si es como una ayuda, cada uno puede colaborar como quiera.

Ya, pero es triste que ustedes sí lo tengan que hacer y los hombres no.

Pues ya ves tú, siempre hay más dinero para los hombres que para las mujeres, aunque ahora está empezando a cambiar.

Pero ahora el fútbol femenino está viviendo un buen momento. ¿Cree que le ha pillado un poco mayor?

Sí, con mi edad a mí ya poco me queda. Ahora se están viendo cosas buenas para el futuro, pero que creo que no me van a pillar, pero lo importante es que ha empezado despegar.

¿Y le compensa estar tan lejos de casa cuando aquí hay equipos en la Región, como el Alhama, que juega en la misma categoría?

Es que yo me lo he tomado como una experiencia nueva para salir de casa y conocer otros lugares y otra gente. Sí que me han llamado para que vuelta, tengo a mis amigas allí y quieren que esté en Murcia, pero también tengo que pensar que dentro de unos años no voy a poder hacerlo. Por eso, ahora que puedo, estoy disfrutando de esta ocasión.