¿Cómo y cuándo empezó a correr?

De niña nunca hice deporte y después fui fumadora, de un paquete diario, hasta que con 23 años sufrí un accidente laboral, me corté un trozo de dedo de la mano derecha y me hicieron injerto. Al principio no pegaba por estar la sangre sucia por culpa de la nicotina y entonces me prometí a mí misma, porque soy muy cabezona, que si lograba superar eso, me dejaba el tabaco.

¿Y le costó dejarlo?

Muchísimo porque a mí me gustaba fumar, no me molestaba el tabaco, me encantaba el café y el cigarro. Pero al año siguiente de sufrir el accidente, me casé y con 26 años tuve a mi primer hijo. En el embarazo cogí cerca de 30 kilos de peso y entonces me apunté a un gimnasio. Empecé en una cinta andadora, pero después me lancé a la calle a correr hasta que me apunté a la primera carrera de mi pueblo, en 2009, de 7,5 kilómetros, y cuando acabé me llevé la sorpresa de que me llamaron a podio.

¿Qué evolución tuvo entonces?

Me metí en el club de Las Torres de Cotillas, tuve un entrenador personal durante un año y me eduqué, pero me lo dejé porque los entrenadores personales están muy bien, pero es muy exigente cuando llevas una carga de casa, hijos y trabajo. Me levantaba a las seis de la mañana para entrenar porque a las siete me iba a trabajar y la gente de mi pueblo se echaba las manos a la cabeza.

Y encima es mujer, llamaría más la atención.

Claro, esa es otra, pero han ido pasando los años y ya me conocen por 'Vanesa la que corre', me he quedado con eso. Hay chicas que salen a correr por perder peso, pero no para competir como yo. Ahora corro con el Puertas Lorca, donde estoy encantada. Incluso me metí con ellos hace dos años a hacer la Liga de Cross y ya he sido subcampeona y campeona regional de Máster 35.

Vamos, que también le da al cross.

Sí, me gusta muchísimo porque te pone muy fuerte para la temporada, pero tienes que estar muy preparado porque te destroza el cuerpo físicamente.

Se corre por salud, pero el cuerpo se pone al límite.

Así es. No sé si recuerdas que hace tres años sufrimos un temporal en diciembre increíble y coincidió con el Cross de Yecla, que no se anuló porque era competición nacional. Allí corrimos con el agua hasta las rodillas y heladas, a cero grados. La semana siguiente el cuerpo estaba como si tuviera gripe y tenía que trabajar, la casa...

¿Qué tal las medias maratones?

Nunca me he puesto como meta las medias maratones, siempre las he hecho para ayudar a alguna amiga a que la termine o con mi ex marido. Yo no he bajado de 1 hora y 36 minutos, que no es mal tiempo, pero la hice muy suave, sin exigirme. Pero ahora sí quiero ir más allá.

Pero por lo que dice, le gusta competir.

Sí, soy muy competitiva, voy siempre con el cuchillo en la boca. Yo no voy ni a la foto ni a hacerme selfies a la salida. Mira, este año he renunciado a hacer la Liga Corre por Murcia porque quería prepararme bien para la temporada de cross. También miro mucho la gente que participa, si tiene un alto nivel o no porque me gusta superarme. Ahora selecciono las carreras que hago.

¿Le mueve también hacer pruebas más largas?

Sí, me encantaría también hacer un maratón, pero voy a empezar a hacer medias. Iré a Santa Pola y también quiero salir fuera, a Barcelona y San Sebastián, al margen de seguir en la Liga de Cross, pero es que para preparar una maratón necesitas de cuatro a seis meses.

Por lo que veo, con 38 años y dos hijos no piensa parar, sino todo lo contrario.

¡Qué va, si ahora es cuando empiezo! Mi hijo mayor va para 13 años y el otro tiene 7, ya son autónomos, ahora es cuando puedo entrenar más. Aparte, estoy planteando meterme en el triatlón con el Bitec Tri Impulso porque los fines de semana también salgo en bicicleta, pero me tira un pelín para atrás que no tengo buena técnica nadando. Como soy muy competitiva, tengo que tenerlo todo muy controlado antes de presentarme a nada.

Vamos, que la veo metiendo a sus hijos a correr.

Lo estoy intentado, pero al grande lo apunté a Nonduermas hace dos años y terminó diciéndome que no lo volviera a engañar más porque acabó que se ahogaba. Y el chico lo veo más competitivo, ha salido más a mí.

¿Qué recuerda más, su primer triunfo o esa carrera en la que lo ha pasado fatal?

La peor carrera fue en Valladolises, que acabé malísima, pero mi mayor triunfo, quizás también porque me encanta el ejército, la Guardia Civil y la Policía, fue en la Base Aérea de Alcantarilla de este año. De hecho voy a hacer ahora el acceso a la Universidad para opositar a la Policía. Esa carrera es espectacular y encima gané por delante de Beatriz Ríos, que es una máquina, de las mejores junto a Wafiya y Merino. Ver la calle Mayor llena, con la gente diciendo mi nombre, fue especial.

¿Y cómo vive los momentos previos a las carreras?

Siempre nerviosa, como si fuera la primera. Tengo compañeras del club que van muy relajadas y, sin embargo, yo tengo hasta que ir al aseo tres veces, pero cuando acabo, tengo una sensación de bienestar grande, inmensa. Lo paso muy mal para acabar en la gloria.

¿Tuvo trabas por ser mujer para hacer deporte?

Qué va, he hecho siempre lo que he querido. Voy a mi aire, estoy educada y sé qué entrenar para cada distancia. Voy mucho a la pista de Alhama a entrenar entre semana porque hay gimnasio. Sé lo que tengo que trabajar y también descansar, que es muy importante.

Lo que se nota ahora es que hay muchas más mujeres en las carreras, aunque siguen siendo minoría.

¿Pero sabes por qué es? Algunas por vergüenza, pero sobre todo porque tienes que estar muy fuerte mentalmente. Todo el mundo no está preparado para salir a entrenar antes de irse a trabajar a las seis de la mañana. Y la mujer, en sí, tiene mayor desgaste, más obligaciones. O te apasiona o lo odias. Quien lo hace solo por estética, al final lo deja. No corro porque me lo diga el vecino, lo hago por mis sensaciones y porque me apasiona, y espero ser como Milagros, del Puertas Lorca, que con 72 años sigue y empezó en 1969.