El Real Murcia de Adrián Hernández arrancó ayer el primer banco de pruebas de la pretemporada, y lo cierto es que dejó buenas sensaciones ante un rival de Primera División. El conjunto grana cayó ante el Levante (0-1), pero mostró ante los más de dos mil aficionados que se dieron cita en San Pedro del Pinatar que está poniendo los mimbres para convertirse en un equipo competitivo en la Segunda División B la próxima temporada pese a los límites presupuestarios.

El tanto de Hernani, en el minuto 40, fue lo que desequilibró la balanza. Una internada en el área de Sergio León generó problemas a la defensa murciana y el delantero, ante la salida de Lejárraga, cedió atrás para que el portugués tan solo tuviera que empujar el balón casi a puerta vacía. En la segunda mitad llegaron los numerosos cambios por parte de ambas plantillas. Cierto es que el Real Murcia sufrió en los acercamientos del equipo granota, en los que Tanis evitó el peligro con buenas intervenciones, pero también tuvo la posibilidad de empatar con una acción de Alberto Toril y un remate dentro del área del canterano Víctor Meseguer que se estrelló con el larguero en el minuto 72 de partido.