La idea de Adrián Hernández era comenzar la pretemporada sin lastre. El técnico murcianista esperaba que cuando se iniciasen los entrenamientos, ya se hubiesen resuelto los contratos de aquellos jugadores que no entran en los planes de la entidad. Sin embargo, los granas afrontan su segunda semana de trabajo sin soltar lastre. La incapacidad de Julio Algar para solucionar las situaciones de futbolistas como Charlie Dean, Simón Ballester, Cebriá, Armando o Víctor Curto afectan a la planificación deportiva del entrenador grana. De hecho, aunque el primer día se les puso a entrenar en solitario como medida de presión, el club no le quedó otra que recapacitar e incluirles en el grupo para evitar problemas legales.

Cada caso es diferente, pero en Nueva Condomina no consiguen encontrar una salida ni para los más fáciles ni para los más difíciles. De momento, Hernández tiene que contar en el día a día con dos porteros que sabe que van a salir de la plantilla al no tener sitio -Simón Ballester y Cebriá-, y con un Charlie Dean que ya ha insistido en varias ocasiones que no se va a marchar de vacío en Nueva Condomina, y es que el defensa quiere una compensación económica para romper el contrato que firmó el pasado verano. En el mismo caso que el central se encuentra Hugo Álvarez, aunque el gallego ha preferido alargar sus vacaciones a la espera de poner fin a su vinculación con los murcianistas. Álvarez, que renunció a ofertas de Segunda para incorporarse al club hace un año, no está dispuesto perder dinero, y por ello exige que el club le pague una parte de lo que tiene firmado.

La pelota está ahora en el tejado del club murcianista, que no puede permitirse pagar los contratos de ambos futbolistas, pero que, como tampoco quiere compensarles económicamente para que se marchen, no le queda otra que asumir lo que está firmado.

Hace dos meses que acabó la temporada 2018-2019, y Julio Algar no ha avanzado ni un paso en las salidas de los dos centrales, que encima están muy molestos por el trato recibido desde el club. La decisión del director deportivo de mantener en la plantilla a Chumbi con un sueldo de 55.000 euros, según lo publicado por distintos medios y que incumple el límite salarial establecido inicialmente en 40.000 euros, ha enrevesado más los ánimos de los que no cuentan, y es que a ellos apenas les han ofrecido 25.000 euros para renovar, tal y como confirmó en propio Charlie Dean.

No son el del gallego y el del inglés los dos únicos casos complicados. En una situación parecida está Armando Ortiz. En el club ya comunicaron hace muchas semanas al centrocampista murciano que, pese a tener contrato en vigor, tenía que aceptar otra rebaja de sueldo para poder tener una plaza en la plantilla. Y la respuesta del futbolista ha sido clara hasta el momento, no va a hacer más concesiones. Algo que, a día de hoy, sigue defendiendo.

Con Hugo Álvarez con vacaciones extras, Dean y Armando si están entrenando con el grupo. Adrián Hernández también tiene que contar en el día a día con otros dos jugadores que saben que no van a continuar de ninguna forma. Los metas Simón Ballester y Cebriá se han quedado sin sitio tras el fichaje de Lejárraga y la renovación a la baja de Tanis. El guardameta murciano tendrá que buscar una salida por tercer verano consecutivo después de sus cesiones al Lorca Deportiva y al Jumilla, mientras que el valenciano fue un refuerzo invernal para el filial al que Pedro Cordero, pese a saber el overbooking en la portería que ya existía, prometió que en verano formaría parte de la primera plantilla.

En tierra de nadie está ahora mismo Víctor Curto. El delantero no acaba de tener asegurada su continuidad. Ya se bajó el sueldo la pasada campaña, cobrando actualmente 35.000 euros, pero al catalán le han vuelto a pedir otro esfuerzo desde las oficinas, pero de momento las negociaciones siguen sin cerrarse.

Domi, cedido al Santa Eulalia

Por otro lado, el centrocampista del filial Domi, que el pasado curso debutaba con el primer equipo, ha sido cedido al Santa Eulalia. El jugador murciano, que antes de marcharse ha renovado su contrato por dos temporadas, intentará tener minutos en Segunda B. Su salida no ha sido fácil, y es que Julio Algar le había comunicado que su sitio estaba en Tercera División, cerrándole las puertas de la plantilla de Adrián Hernández así como rechazando cualquier posibilidad de marcharse cedido. La incapacidad del director deportivo para sacar a Hugo Álvarez y a Charlie Dean ha estado cerca de pasarle factura al canterano. Y es que Domi comparte representante con el gallego y el inglés. Esa coincidencia había provocado que Algar, molesto por que Joaquín Vigueras no cede en las negociaciones, quisiese castigar al canterano, dejándolo en Tercera. Finalmente, y tras la intervención del consejo de administración, se cerraba la cesión del futbolista murciano al Santa Eulalia.