Rubén Albés llega al UCAM Murcia tras dirigir en los tres últimos cursos a filiales, aunque antes también tuvo experiencias en Segunda B. ¿Dónde surge la figura del Albés entrenador? ¿Fue jugador?

Siempre he amado el fútbol. He jugado en Tercera y en Segunda B, pero llega un momento en el que sentía que como futbolista no iba a progresar, y además se juntó con otros factores. Una lesión de pubis que arrastré durante mucho tiempo, que me ayudó a tomar esa decisión, y también la incomprensión que tenía muchas veces con decisiones de entrenadores con las que no estaba de acuerdo. En el momento en el que empiezas a dudar de los místers que tienes enfrente, porque crees que las cosas se deben hacer de otra manera, pues decides arriesgar y me fui de casa. Tuve la suerte de poder entrenar en las categorías inferiores del Valencia, y a partir de ahí, acumulando diferentes retos.

¿En qué posición jugaba?

Era mediapunta, extremo izquierda, futbolista que teóricamente tenía calidad, tenía mucha voluntad también, pero no tenía gol. Si los jugadores de arriba no tienen gol, es complicado que progresen en el fútbol.

Y esas desavenencias con los entrenadores, ¿llegan por su forma de ver el fútbol o porque no era lo suficientemente maduro para acatar órdenes?

No no, hablamos de un entendimiento de ver el fútbol, no problemas con el míster. Cuando uno siente que le exigen comportamientos que no comprende y que piensa que deben ser diferentes, empiezas a dudar de todo. Yo tenía la formación de licenciado en Actividad Física y del Deporte, además de estar estudiando los niveles de entrenador, y creo que entendía mejor el juego de lo que jugaba, y eso era un problema. Mi cabeza pensaba unas cosas y mi físico me permitía hacer otras. Pero que conste que me habría encantado poder estar en el rol del futbolista, una de las profesiones más bonitas que pueden existir.

Tiene 34 años y, por tanto, acumula más de diez en los banquillos. ¿Su juventud es un hándicap o un punto a favor ante entrenadores 'vieja escuela'?

La experiencia no te la da el número de temporadas o de partidos que llevas en una categoría. El proceso de reflexionar de lo que pasa, sobre todo después de los partidos, se convierte en experiencia porque hay capacidad de mejora. Creo que ya llevo bastantes partidos en Segunda B, y entrenando un año tras otro, algo que creo que no es fácil. La juventud te permite tener un punto más de pasión, la pasión intacta de una persona joven que creo que es perfecta para entrenar en un equipo como el UCAM. No tengo la experiencia que pueden tener otros, pero pienso que tengo otras capacidades que me permiten estar aquí.

¿Es el del UCAM el proyecto más ambicioso al que se ha enfrentado hasta ahora?

Cada reto tiene su parte ilusionante, y creo que aquí se quiere crecer, generar un sentimiento desde hace años que se está consiguiendo poco a poco, que el mundo del fútbol respeta más al UCAM como club y que hace que su masa social crezca. Es un reto importante, se me propuso la renovación en Vigo pero decidí venir aquí, podemos hacer cosas bonitas de la mano del club. Para mí habría sido mucho más sencillo quedarme en casa, donde era valorado y respetado. Este club está en crecimiento y quiero unirme a ello.

¿Siente, entonces, una mayor presión por buscar objetivos ambiciosos que ayudar a formar jugadores en filiales?

Personalmente, tengo un defecto o una virtud, según como se vea. Más presión de la que yo me meto a mí mismo, no me va a meter ningún club, afición o directiva. El auto-exigirse es clave para rendir, que nadie externo tenga que exigirnos más de lo que estamos haciendo. Me presionaba en Valladolid, en Vigo, en Elda, y lo hago aquí, independientemente del club.

Más allá de conocimientos tácticos, ¿qué aportará Rubén Albés a su plantilla?

Pasión, hambre, reflexión sobre lo que nos pase. Intentaré sacar, sobre todo, las virtudes de nuestros futbolistas, respetando su naturaleza para que ellos puedan ser mejores. Y las debilidades que todos tenemos, minimizarlas al máximo para poder construir una identidad fuerte como equipo. Los equipos que son capaces de ganar partidos tienen un ADN y una identidad importante, potenciando las virtudes de los jugadores en un contexto que les favorezca.

A elegir, ¿prefiere jugadores con bagaje en la categoría, o gente que venga sin minutos de Segunda?

No me importa la procedencia, porque eso sería muy reduccionista, ni tampoco la edad. Me importa que tengan hambre y talento. Si el futbolista estaba la temporada pasada en Segunda, y tiene hambre y talento, bienvenido será, o si estaba en Tercera, si lleva tres temporadas seguidas en Segunda B? Creo que son dos elementos fundamentales. El hambre, para ser capaces de ilusionarse y de contagiar esas ganas de mejorar en el día a día, y el talento, porque lógicamente marca la diferencia, ya sea ofensivo, defensivo o lo que sea.

En cuanto a la gestión de la plantilla, ¿prefiere un 'once tipo' con rotación corta, o explo tar a todo su equipo?

Pienso que lo importante es que los buenos estén en el campo. Es cierto que los momentos de la temporada y los estados de forma hacen que en unos momentos, los buenos sean unos u otros. No creo en el inmovilismo en la alineación, pero tampoco creo en las revoluciones. Creo en la evolución, sobre un equipo, una matriz, y a partir de ahí iremos modificando, ya sea por el tipo de partido, para aspirar a la victoria.

La mayoría de los primeros fi chajes proceden del grupo I, al igual que usted, ¿qué se puede esperar de ellos en el grupo IV?

Hay un factor importante, que es el mercado. El grupo IV es, presupuestariamente, es muy potente, y a nivel contractual existen contratos muy altos. Y el grupo I tiene mucho nivel futbolístico, de hecho se ha demostrado este año con dos ascensos y una salvación en el play out, pero económicamente no tiene unos valores tan altos. Es un nicho de mercado que permite incorporar a buenos futbolistas con cantidades asumibles para nosotros. Lógicamente estamos abiertos a incorporar de todos los grupos, queremos buenos jugadores a los que podamos acceder y nos den ese nivel alto durante la temporada.

Respecto a la plantilla del año pasado, continúan cuatro jugadores. ¿Seguirá Toni Arranz?

La realidad, no he hablado con él. El club le planteó la renovación pero las relaciones se distanciaron entre ambas partes. Pensamos que es un buen futbolista pero el mercado se mueve y debemos tomar decisiones.

No sé si le gustaría contar con jugadores del pasado curso, como Migue García o Kilian Grant, que siguen sin equipo.

Claro que me habría gustado, pero por unas circunstancias u otras, no va a ser así. Creo que no hay que pensar en lo que pudo ser y no fue, pensar en ese futuro y en incorporar gente que nos aporte cosas.

Han renovado a Galas, un jugador que puede actuar de central o lateral. ¿Qué planes tiene para él?

Dualidad de posiciones. Tiene capacidad para defender los dos puestos y veremos qué necesidades puede cubrir. Es un jugador que, si está a su nivel y le respetan las lesiones, es importante.

Los entrenadores más jóvenes apuestan por conceptos mucho más analíticos, por jugar siempre bien, olvidando quizá la esencia del fútbol, que es ganar de la manera que sea. ¿Qué opina de esto?

Es que lo importante es ganar. Todo lo demás da igual. Si de algo hemos carecido los entrenadores durante mucho tiempo, es de respetar a los compañeros de profesión. Por supuesto que, si puedo elegir, quiero ganar y conectar con la gente, siendo estéticos, para que la gente se divierta. Y si no, quiero ganar, y que la gente se divierta un poco menos, o empatar, y que la gente se divierta. Por ganar y por celebrar un gol, independientemente de como sea, todos estamos en el mundo del fútbol. Ese es mi objetivo.

Hablando de objetivos, ¿la directiva le impone alguno?

Tenemos que ambicionar, en el día a día, al afrontar cada partido. Con ocho futbolistas en plantilla, hablar de lo que podemos conseguir es equivocarnos. Tampoco sabemos qué plantillas van a tener los rivales. Solo sabemos que el nivel del grupo IV va a ser muy duro, por los equipos que hay, por los fondos de inversión que entran en los clubes. Necesitamos tiempo para cerrar nuestra plantilla y ver las de los rivales. Nosotros ambicionamos ganar partidos, pero ahora mismo es que no hay factores de comparación.

¿Teme que se den malos resultados en pretemporada que cuestionen su trabajo?

Los resultados en pretemporada son la mayor mentira del fútbol. Hay muchísimos casos de equipos que acaban haciendo una gran temporada. Sirve para conocer lo que somos, generar conductas de lo que queremos llegar a ser, y detectar las virtudes y defectos de nuestro equipo. Cuando llega la primera jornada, entonces sí nos enfrentamos a la realidad competitiva, los puntos en juego. Le doy muy poco valor a los resultados en pretemporada, ya sea para bien o para mal. Esto es como los entrenamientos libres de la Fórmula 1: hasta que no llegue la clasificación? Solo sirve para probar cosas.

En su presentación dijo que quería jugadores que sepan adaptarse a los distintos perfiles de la categoría.

No exactamente. Una de las grandes virtudes que debe tener un equipo es la flexibilidad y la plasticidad para adaptar, sobre la identidad que queremos construir, matices que nos permitan adaptarnos a los diferentes rivales: el que juega con dos puntas, al que defiende muy alto o bajo? La posibilidad de ser plásticos nos dará más opciones de ganar los partidos. Necesitamos ese entendimiento por parte del futbolista.

¿Es precursor de imponer su idea y su esquema, o se adapta a lo que tiene?

Yo entreno para mis futbolistas. Para potenciar su naturaleza, para que se sientan cómodos en el campo, saquen lo mejor que tienen dentro. Mi ego nunca puede estar por encima de los futbolistas, entreno para dotarles de conductas que les potencien. Ellos son los protagonistas y los que nos hacen ganar los partidos. Deben comprometerse emocionalmente con lo que hacen y ver que eso les beneficie. Si eso se da, el equipo funciona.

El UCAM, por cuestión de lesiones, explotó al filial el año pasado. ¿Cuál es su concepción de la cantera?

Lo primero es respetar mucho a la cantera. Somos un primer equipo, pero el trabajo que se hace desde abajo es realmente importante que se valore, y lo digo yo que he estado en el otro lado. En la cantera hay futbolistas interesantes, y son ellos los que tienen que derribar la puerta. Nosotros dejamos esa puerta entreabierta para que ellos puedan empujarla. Creo que no hay que regalar nada, necesitamos futbolistas de cantera que den ese paso hacia delante y lleguen con garantías al primer equipo. Si un futbolista llega, queremos que sea porque se lo ha ganado y no por necesidades de lesiones o sanciones. Esa no es la realidad. La realidad es decir que el jugador de la cantera está mejor que el del primer equipo, y ponerlo.