¿Cómo, cuándo y por qué empezó a hacer deporte?

Empecé con tres años. Mi madre nos llevaba a mí y a mi hermana a un pabellón donde había diferentes deportes. Empecé por gimnasia rítmica, pero no me gustó, y posteriormente, como era una niña muy activa, probé con el judo, donde sigo hoy en día.

¿Y practicaban muchas niñas judo o eran las únicas?

Teníamos una compañera que venía bastante, que también fue medalla nacional, pero después se lo dejó y entonces fue cuando tomamos la decisión de venirnos a Madrid hace cuatro años.

¿Siempre se le ha dado bien el judo?

Sí, con 18 años disputé mi primer Campeonato de España Sénior y gané. Internacionalmente he logrado un bronce en una Copa de Europa y también he estado en Europeos y Mundiales, pero sin ningún resultado.

Pero ir a un Mundial en judo ya es superar un gran selectivo.

Así es. Es muy duro. Fíjate que en el judo entrenamos todos los días dos horas de técnica y aparte está el trabajo físico. No es un hobby, es prácticamente una segunda profesión.

¿Y cómo ha llegado hasta la lucha sambo?

Empezó porque nuestro entrenador de Alhama, David, se adentró en la lucha y empezamos a practicarla hace tres años. En sambo llevo muy poco, pero como es una modalidad que se parece mucho al judo, tengo la base. Me cuesta un pelín la parte del suelo, que es lo más complicado, pero el resto bien.

¿Cómo fue seleccionada para ir a los Juegos Europeos de Minsk en lucha?

Fui campeona de España y a partir de ahí la Federación empezó a contar conmigo para el Europeo y el Mundial. La Federación Internacional fue la que me concedió plaza para Minsk.

¿Y esperaba venirse a casa con una medalla o fue una sorpresa?

Realmente tenía muchas ganas de conseguir una medalla, pero planteármelo como tal, no lo había hecho. Compito siempre sin ninguna presión y no pienso en que tengo que lograr un resultado u otro, pero en Minsk, cuando gané el primer combate, tuve muy buenas sensaciones y dije que la medalla no me la podían quitar.

¿Y competir en judo y en lucha a la vez es compatible?

Sí, pero a nivel internacional la Federación Española de Judo te penaliza en caso de que estés en sambo. No es compatible que te convoquen a unos Juegos Europeos por sambo y judo.

¿Esto quiere decir que definitivamente se ha decantado por la lucha?

En este momento sí porque en el sambo tengo más oportunidades de estar en el ránking internacional. No es que sea más fácil, sino más factible. Lo he hecho así porque tampoco tengo demasiado tiempo.

Se fue a Madrid por temas deportivos, no laborales.

La decisión fue por temas deportivos, por el judo.

¿Le costó adaptarse?

La verdad es que el cambio fue fácil. Nos fuimos mi hermana y yo juntas y no hemos tenido ningún problema. Nosotras no vivimos en la capital, sino en Móstoles, que es una zona más tranquila.

Habrá sido más sencillo al irse con su hermana.

Así es, siempre he hecho los viajes acompañada de mi hermana. Cuando compartes una pasión como el deporte con alguien tan cercano, es todo más llevadero, porque en los momentos más difíciles, siempre hay alguien que te comprende.

De su familia habrá tenido siempre apoyo, ¿no?

Siempre me han ayudado a que tuviera una carrera deportiva y han apostado por ello. Nos acompañan a los viajes, incluso fuera de España. Sí que es verdad que mi padre no llega a entenderlo tanto como mi madre porque él sabe que del deporte no se puede vivir hoy en día en España.

Es que hacer deporte a usted le cuesta el dinero.

Exactamente. Económicamente la Federación te ayuda muy poco, por no decir prácticamente nada, y dependes de la economía de tu familia o la propia. Para poder entrar en el ránking tienes que hacer competiciones internacionales, lo que supone mucho tiempo y dinero.

Aún es joven, ¿pero se ve mucho tiempo haciendo esto?

Realmente no. Esta medalla, además, me ha hecho reflexionar y pienso que me quedan cuatro o cinco años rindiendo al máximo. Al no ser la lucha sambo olímpica, no sé si apostarlo todo en este tiempo al judo porque sé que a partir de los treinta es muy complicado conseguir algo.

¿Sufre más lesiones que otros deportistas?

Realmente no. Lesiones no son muchas, aunque la gente pueda pensar lo contrario. Son deportes muy técnicos, donde te enseñan la caída, las luxaciones...

¿Nunca se ha roto un brazo?

Así es. He sufrido esguinces leves en la rodilla o el codo, que son las partes más sensibles. Me rompí un dedo de la mano, pero estuve un mes de baja y enseguida estaba entrenando.

¿Por hacer lucha y judo le han señalado muchas veces de ser poco femenina?

En el instituto ya tuve que soportar todo tipo de comentarios, sobre todo de chicos que no tenían ningún conocimiento del judo, pero he aprendido a convivir con ello y me da un poco igual, no los tengo en cuenta, pero los comentarios siguen estando ahí. Hemos avanzado, pero aún queda muchísimo por recorrer.

¿Y siente que la mujer deportista está hoy en día más valorada?

Sí, el cambio es bastante notable. Ahora veo más noticias en televisión sobre chicas deportistas. Sí que veo cambio, pero queda mucho.

Pero la valoración económica no está al mismo nivel que los hombres.

En los deportes que yo practico no hemos conseguido igualarnos económicamente. Fíjate que en España no conozco a ninguna chica que viva de la lucha, pero chicos sí que hay alguno. Aunque yo me haya retirado dentro de unos años, me gustaría ver que llega la plena igualdad.