No soy a los que le cuesta reconocer que mi previsión de partido se parece bien poco a lo que vimos ayer del FC Cartagena en el Cartagonova. Pocos partidos puedo recordar de este equipo esta temporada en los que se haya dejado el alma como el de ayer. Pero es que si había un encuentro en el que emplear todo este arsenal de cualidades era, sin lugar a dudas, en el disputado ante el Real Madrid Castilla. La afición pudo disfrutar de una de esas citadas con demasiado uso 'noche mágica', pero es que la necesitaba a rabiar.

Este público, cerca del lleno en el Cartagonova, sí que creía, y vaya que sí. No dejó de animar mucho tiempo antes de que el balón echara a rodar. Lo del recibimiento a su equipo nada más llegar al Cartagonova volvía a ser espectacular. Más de media hora bajo un intenso sol para espolear a sus jugadores, que aterrizaban casi en volandas en el Cartagonova una hora y media antes de comenzar el partido. Algunos, como el caso de Elady, llegaron enchufadísimos ante este subidón de adrenalina. Al jienense le aguantó hasta el final y además, le sirvió para que, en poco más de dos minutos, anotara el primer tanto de los albinegros.

Pues sí, el público disfrutó de lo lindo, casi como nunca lo había hecho en el Cartagonova. Y es que las victorias, cuando llegan aderezadas con esta salsa mágica convertida en forma de remontada, las saborean mucho más.

El subidón de moral que supone para los jugadores, pero, sobre todo para la afición, es sobresaliente. Además, el partido ha venido adornado durante toda la semana con mucha expectación en las redes sociales, una gran afluencia de aficionados para retirar su localidad y un gran movimiento por parte de la Federación de Peñas, que ha hecho un trabajo sobresaliente para alentar a sus seguidores.

El equipo acabó sorprendido por la respuesta de los aficionados -casi lleno con 13-500 espectadores-, pero, sobre todo, con el aliento demostrado en todos y cada uno de los minutos que se disputaron sobre el verde del Cartagonova. El bloque albinegro derrochó eso que tanto agradece la parroquia local, actitud e intensidad. Aún cuando se andaba con la mosca detrás de la oreja por si el Castilla anotaba y se iba todo al traste, el FC Cartagena obsequió con un enorme esfuerzo físico a sus seguidores y cuando lo das todo nada se puede reprochar.

Cientos de personas saltaron al terreno de juego para festejar el pase a la segunda ronda, pero, sobre todo, para liberar tensiones, dejar atrás esos encuentros que dejaron en el camino el objetivo y pensar en el futuro con mucha más positividad.

A la conclusión del encuentro aún quedaban un buen número de personas en la puerta de salida de los futbolistas para vitorearlos por la gesta. Saben que aún no se ha conseguido nada, que quedan cuatro duros partidos para lograr el ascenso, pero nadie les va a quitar el encuentro vivido en el Cartagonova ante un Real Madrid Castilla que casi había vapuleado a los albinegros una semana antes y que ahora se tenía que marchar con el rabo entre las piernas porque su aportación al choque fue más bien testimonial.

La fiesta también continuó en el vestuario. Los jugadores han cambiado el chip y eso les ha hecho crecer moralmente. Si el fútbol es un estado de ánimo, no hay que dudar que estos jugadores se encuentran con la expectativas por las nubes.

Ahora el equipo deberá esperar al sorteo que se celebra esta tarde en la sede de la Real Federación Española de Fútbol, donde se conocerá el siguiente combate que deben disputar los pupilos de Gustavo Munúa.

Dentro de la emotividad de lo sucedido antes, durante y después en el Cartagonova, hay que recordar también el minuto de silencio guardado por público y jugadores, que se convirtió en un atronador aplauso, para la figura del José Antonio Reyes, jugador del Real Madrid, Atlético, Arsenal, Sevilla, Córdoba y Extremadura, que fallecía el pasado sábado en un accidente de tráfico. El público no se olvidó ni mucho menos de una de las figuras futbolísticas más importantes que ha dado el fútbol español en los últimos años.