El FC Cartagena está en segunda ronda. Los escépticos y los crédulos vivieron un partido para el recuerdo en el Cartagonova, con remontada y pase a la segunda ronda. Elady y Cordero devolvieron la ilusión, la esperanza y el optimismo a las gradas de un abarrotado estadio que no dejó de empujar a los suyos los noventa y pico minutos que duró el encuentro.

La afición necesitaba vivir y saborear de un momento de estos, en los que la balanza cae a favor de los suyos. Han sido muchos los traspié sufridos en momentos importantes en el Cartagonova y aunque sea la primera ronda de la fase de ascenso, el instante se convierte en especial por el hecho de que el Cartagena se sobrepuso, apeló a la épica para sacar adelante una eliminatoria que se antojaba muy, muy complicada.

Aquel gol que marcó Jara, pero que el colegiado dio a Elady, en el partido de ida se convertía en fundamental en la eliminatoria. El 3-1 daba un momento más para la esperanza. Un 2-0 los metía en la segunda eliminatoria, pero es que además de hacerle dos tantos al Castilla, había que hacer un partido repleto de tensión, intensidad, presión, dominio, veteranía, actitud y contundencia. No le faltó al Cartagena ayer ni un ápice de ningunos de esos elementos, que son propios de un equipo de Segunda B que aspira a hacer algo más.

Seguro que la gran mayoría de los aficionados había imaginado un arranque de partido como el que vivió. Intensidad y mucha presión para anotar rápido. Tanto que bastaron poco más de 120 segundos para poner el Cartagonova patas arriba. Perfecto el equipo nada más empezar. Atosigó al Real Madrid Castilla que apenas había logrado dar dos pases seguidos.

Balón robado por Elady, que llega a medio campo, con caída a Óscar Ramírez. Éste mete en interior a Santi Jara y un centro del almanseño al segundo palo lo remata con todo llegando desde atrás Elady para poner el 1-0 y la locura en el Cartagonova.

Cuántas veces habríamos oído esta semana hablar que antes de meter el segundo habría que hacer el primero. No cabía la precipitación, pero es que el Cartagena no quería perder ni un segundo en su reloj. El primer paso se había dado. El camino era larguísimo, pero este grupo de futbolistas parecían tener muy bien interiorizado su partido, aquél que los podía llevar a la siguiente ronda.

El golpe dejó tocado al Real Madrid Castilla, no había casi aterrizado en el terreno de juego para darse cuenta que este FC Cartagena no era aquel enclenque al que sacudieron a su antojo en Valdebebas.

Espoleado por 13.500 espectadores los de Gustavo Munúa habían cambiado la coraza para convertirse en los superhéroes de una afición que necesitaba de un partido memorable como el vivido en la tarde de ayer.

Por cierto, no he hablado todavía del once que propuso el entrenador. Dejó fuera a Aketxe y metió a Rubén Cruz -excelso ayer, como gran parte de sus compañeros-. Sabía el entrenador lo mucho que sufre el Castilla por alto en los balones al área, de ahí que la mejor manera es fijar un hombre alto y listo como Cruz para poner en aprietos continuos a la pareja formada por Alex y Javi Sánchez.

El propio Cruz envió de cabeza un balón pegado al palo en el minuto seis de partido.

Este martilleo de los albinegros dejó el segundo otra vez en un balón al área tras un saque de esquina. El esférico lo remata de cabeza Cruz y Luca Zidane lo repele como puede, pero Cordero, atento y esperando a ver qué caía, se encontró que le llegó el esférico de la mejor manera posible. Solo para tocarlo y mandarlo a la red.

Solo doce minutos y el Cartagena lo tenía todo hecho. Bueno, todo no, porque ahora tocaba saber interpretar lo que habían conseguido. Leer la situación, seguir manteniendo ese nivel de exigencia y evitar que el Castilla anotara para no tener que volver a empezar otra vez.

Los de Manolo Díaz se habían convertido en un juguete roto. A los blancos les gusta el juego rápido por los costados y el balón interior a Cristo y Dani Gómez.

El Cartagena contrarrestó la movilidad del esférico con contundencia, dureza a veces, pero con mucha atención en las ayudas, evitando de esta manera que los jóvenes madridistas pensaran demasiado para manejar el balón con rapidez de medio campo hacia arriba. Los albinegros ahogaron la salida del rival y lo convirtieron en la mínima expresión en su juego.

Un balón colgado al área que acaba envenenándose para que Joao Costa lo mande a córner cuando encaraba la portería es la única aportación ofensiva de los visitantes.

Mientras, el trabajo físico, de desgaste y cobertura era incesante en los albinegros. Moyita pudo hacer el tercero en el minuto 18 tras centro de Rubén Cruz y Elady también lo intentó de chilena en el 31.

En la segunda parte, Díaz sacó toda su artillería, pero el Cartagena se pertrechó a la perfección atrás e incluso pudo hacer el tercero tras estrellar Cordero al larguero el balón.

Nada ni nadie iba a quitarle a este Cartagena este lugar en el sorteo de hoy. Los albinegros brindaron un bonito espectáculo. Rindieron a su mejor nivel y ahí hay pocos que le puedan superar.