El Fútbol Club Cartagena está en la siguiente ronda. Lo ha hecho el equipo albinegro. A los dos minutos Elady adelantaba a los locales y, en el once, Cordero ponía el 2-0 que se necesitaba para que los pupilos de Gustavo Munúa estén en la siguiente ronda. Hércules, Ponferradina o Logroñés, los posibles rivales.

Desde el primer minuto, el Cartagena dejó clara sus intenciones. Tenían que dejarlo todo sobre el terreno de juego y así lo hicieron. Pronto se adelantarían los albinegros. Abrir la lata era una de las claves y, en el minuto 2, Elady sacaba al futbolista travieso que lleva dentro y marcaba el primer tanto. En ese momento, éxtasis entre las más de 12.500 personas que estaban en el Cartagonova quedándose afónicas para dar un aliento de ánimo a los locales. Tras el tanto del de La Puerta del Segura, los menos creyentes empezaron a pensar que era posible y, los que habían estado convencidos toda la semana de que una remontada era posible entrarían en la locura. Pero esto no sería nada con lo que estaba por venir. A los 11 minutos, Cordero enganchaba un balón suelto tras un rechace de Luca Zidane y pondría el necesario 2-0. A partir de ese momento, la fiesta en el estadio sería de las que se van a recordar en años.

En el 18', Moyita tendría la oportunidad de sumar otro gol para su equipo pero en esta ocasión su remate se marcharía desviado. Tras esto, el Real Madrid Castilla también hablaba. Los blancos, hoy de rojo, se hicieron con el balón y dominaron más el fútbol de posesión. El Cartagena, con un juego muy intenso, frenaba los ataques del filial madridista. Cordero, que en la ida estuvo desaparecido, tiraba de rabia para alzarse como uno de los nombres propios del partido, no solo por el gol sino por haberse hecho el jefe del centro del campo albiengro. En la primera mitad, al los de Munúa solo se les exigía una cosa: correr. Los futbolistas lo hicieron y cumplieron con su parte del trato.

En la segunda mitad, Manolo Díaz, entrenador del Castilla, introducía en el campo a Seaone. El cuadro visitante tenía la posesión, así hacía daño al Cartagena, y su entrenador quería potenciar ese estilo de juego. Dani Gómez, su referencia en ataque, era el sacrificado. Su lugar en punta lo ocuparía De Frutos, que fue un dolor de cabeza para la defensa cartagenerista hace una semana. La igualdad en el segundo acto era evidente, incluso en intensidad. Porque, a pesar de todo, los jóvenes del Real Madrid tampoco se quedaron cortos en faltas.

La oportunidad más clara en los definitivos 45 minutos la tuvo Cordero que, solo en el borde del área pequeña, mandaba el balón al larguero. El Castilla seguía teniendo más balón pero no se acercaba a la portería defendida por Joao Costa. La defensa albinegra achicaba la pelota y, por los dominios del guardameta portugués, no había peligro. Hasta el final, agonía para la afición local porque el final no llegaba nunca. Aguantaba bien el equipo de Munúa y, finalmente, se consiguió la tan mencionada remontada. No busquen a los mejores, todos los que han jugado han estado imperiales.