¿Cómo valora su primera temporada en la Liga ACB fuera del Real Madrid?

Bueno, ha sido un año bastante duro para mí. Con muchos cambios, tanto de entrenadores como de equipos, pero cuando lo miro todo pienso que ha sido una temporada buena para mi crecimiento como persona y también en el baloncesto. Ahora, con el objetivo ya conseguido, aquí me siento muy bien.

¿Ha sido una especie de curso acelerado con lo vivido en Burgos y después en Murcia?

En Burgos no acabé muy contento porque nadie intentó ayudarme y tampoco sé para qué me ficharon allí. Así que, en cuanto llegó la llamada de Javi Juárez, de Alejandro y del UCAM, estuve muy contento de poder venir aquí y ayudar al equipo al máximo. Todos me recibieron de una manera increíble y solo estoy intentando devolver eso.

¿Estuvo tan cerca de venir en verano al UCAM como parecía?

En cuanto se supo que iba a salir cedido del Madrid, llegaron muchas ofertas y una era del UCAM. Pero la planificación de Burgos en ese momento era muy buena. Era un proyecto muy bueno, así que decidí irme allí, pero ahora me arrepiento.

¿Qué pasó? Porque llegó como un jugador en plena progresión y con minutos al principio...

Mi carácter no me permitía ciertas cosas. Ver que nadie quería ayudarme, que nadie quería apostar por mí o darme confianza, tanto el club como el entrenador, hizo que decidiera irme. Así que la mejor opción era el UCAM, y la verdad es que ha cambiado mi vida. Estaba muy frustrado y hasta tuve momentos en los que llegué a pensar: '¿Para qué necesito esto? Me voy a mi casa en Serbia'. Lo pasé bastante mal.

Entonces, le hacía falta un partido como el del Unicaja.

Mucho. Cuando uno no juega bien, se frustra un poco. Pero sabía que si trabajaba y saltaba con intensidad a la cancha, con la confianza de todo el mundo como la que tengo desde que llegue aquí, me iba a llegar un partido así. Ha sido uno de los partidos más decisivos para lograr la salvación. En la canasta que metí me salió todo el enfado y toda la frustración de algunos meses. Al final me ha ido muy bien, sabía que con trabajo me iba llegar. Tengo 20 años y no estaba preocupado, para nada.

¿Lo pensó cuando le llegó el balón a las manos?

Sito me metió por Rudez, porque en ese momento llevaba siete rebotes ofensivos y estaba yendo a por todas al cien por cien. Cuando vi que Booker fallaba el segundo tiro libre, dije: 'este es mío'. Como el jugador contrario pensaba que iba a entrar más fuerte, me aparté un poco y cuando lo vi caer me quité de encima no sé cómo. Lo he intentado después diez veces y no me sale, pero entró.

¿Qué le dijeron los compañeros al llegar al vestuario?

Todos estábamos muy contentos. Ha sido una temporada muy difícil para todos y lo hemos sacado de una manera increíble. Ganamos en Manresa, en Badalona y luego en casa después de hacer un esfuerzo enorme, así que estaban todos muy contentos.

Sito Alonso dijo que su actuación ese día fue más por trabajo que por talento. ¿Podría ser un resumen de su año?

Sí, cuando en un partido trabajas significa eso. Que juegas al cien por cien, que estás por todos lados, que aunque no tengas protagonismo con el balón sepas ayudar al equipo... y eso fue lo que hice. Acabé con ocho rebotes ofensivos, de los que en la mayoría metí puntos. Con el trabajo en los partidos, y todo el que estoy haciendo detrás, luego viene todo de vuelta.

Dijo hace unas semanas que Sito Alonso le daba confianza...

Tanto Sito Alonso como Javi Juárez, que en sus peores días tuvo la valentía de darme la confianza de venir aquí en lugar de fichar a un norteamericano o cualquier otro jugador. Confió en mí, y estoy contento ahora de poder mostrar que ese fichaje no fue malo. He venido a ayudar, es lo que he intentado todo el rato. Cuando llega Sito, un entrenador de esa talla, solo puedes escuchar, callar y entrenar a tope. Pienso que lo he hecho bien, Sito me ha intentado ayudar en todo momento y cuando te pone en la cancha sabes que tienes su total confianza.

¿Le ha quedado la espina de no estar más tiempo con Juárez?

Bueno, con él estuve dos años en el Madrid y ahora es una relación más de padre e hijo. Le miro igual que a mi padre, y sé que siempre quiso lo mejor para mí. Él intentó traerme en verano, pero por otros temas y otros proyectos, me fui a otro sitio. Ahora me arrepiento y pienso que debería haber venido al UCAM antes, porque creo que hubiera mejorado muchísimo más. Pero nunca es tarde, y aquí estamos.

¿Le gustaría seguir el año que viene en el UCAM?

Aquí he pasado cinco meses muy felices. La verdad es que todo el club, la gente que lo forma, la afición y Sito, que es lo más importante, han confiado mucho en mí. Si pudiera, claro que sería una de mis opciones. Pero en verano se verá todo. Siempre digo que le debo mucho al UCAM y a toda la gente que me trajo aquí, pero de momento solo quiero pensar en el partido del domingo.

Hace justo un año ganó la Euroliga con el Madrid, y ahora ha logrado una permanencia. ¿Qué es más difícil?

Claro, como yo no jugué tanto el año pasado, pienso que ha sido más difícil conseguir la permanencia. En el Madrid hay mucha presión porque un club así tiene que ganar todo al final de año, pero con un equipo tan bueno yo no me preocupaba mucho porque no jugaba. Pero este año aquí sabía que había que dar el cien por cien de cada uno porque el equipo te necesitaba para salir de esta.

¿Hubo algún momento de dudas en el vestuario de poder lograr el objetivo? ¿El día del Gipuzkoa?

Si te digo la verdad, desde que llegué tuve la sensación de que el equipo sabía que si lo hacíamos bien nos íbamos a salvar. La llegada de Sito también dio un cambio más fresco. Entendimos todos cuál era la situación y ganamos partidos como en Manresa o en Badalona, que son equipos de play off bastante buenos. Imagínate ahora sin esas dos victorias, estaríamos fuera. Todo el equipo ha hecho un buen trabajo, después de la derrota ante el Gipuzkoa estábamos hundidos pero fue Sito el que nos levantó y nos dijo que todavía quedaba mucho.

¿Qué pasó ese día?

La preparación del partido fue buena, como siempre. Pero a veces las cosas no salen como piensas y tienes que buscar otras que tampoco salieron. Estuvimos mal en el tiro, en nuestra intensidad, perdimos la identidad del UCAM... No era el día, así que lo dejamos ir y pensamos en el siguiente.

¿Uno de los secretos es el vestuario con jugadores como Rojas?

Personalmente, desde que llegué, tanto con Sadi como todo el equipo, he sentido que confiaban en mí. Eso es otra cosa que no sentía en Burgos. Cuando sabes que tienes a todo el equipo detrás que te dice que tires cuando puedas tirar o que machaques cuando puedas hacer un mate, ayuda mucho. Hay un buen grupo, y lo de las barbacoas hace que nos conozcamos más y que nos guste estar juntos.