Se llama Fousseiny Cissé, mide 1,81 metros y hoy cumple 12 años de edad. Por su envergadura, aunque no tanto por su juego, aún inmaduro puesto que empezó a practicar el baloncesto hace apenas 14 meses, está llamando la atención en el Campeonato de España de Minibásket que se celebra en Cádiz, donde las selecciones murcianas tanto masculina como femenina están brillando y hoy jugarán por el ascenso al grupo Especial.

Cissé nació en Mali pero lleva ya cinco años en España, donde su padre emigró tratando de buscar un futuro mejor para su numerosa familia. Llegó a Madrid, después estuvo un corto período en Elche y desde hace más de dos años vive en Totana, donde el presidente del club local, David Cánovas, supo de un chico muy alto y de corta edad a través del conserje del pabellón que está justo al lado del centro escolar donde estudia Cissé, el Colegio San José. «Cuando me lo comentó el conserje, me fui a hablar con el profesor de Educación Física y en diciembre de 2017 fue la primera vez que vino a un entrenamiento. Ese día no sabía ni coger el balón», recuerda el presidente del modesto Club Baloncesto Totana, una entidad que no solo se ha limitado a cuidar deportivamente al niño, ya que ante la falta de recursos de su familia, varios de sus entrenadores, como Nino, Andrés o José Bartolo, se han encargado personalmente de llevar a Cissé a los entrenamientos de la selección murciana.

El caso de Cissé, quien antes del baloncesto jugó al fútbol y también ha participado en los cross regionales del programa de Deporte en Edad Escolar, tiene muchas similitudes con Edy Tavares, pívot del Real Madrid nacido en Cabo Verde y que reclutó en su día un entrenador del Gran Canaria tras ser alertado por un comerciante alemán. En este caso ha sido el conserje de un pabellón y los técnicos del CB Totana los que han introducido en el baloncesto a un chico con una condiciones atléticas espectaculares para su edad, que tiene varios hermanos, uno de ellos con solo 2 años, nacido en España, y que ya mide 1,10 metros.

Pero no todo son elogios a su asombroso físico los que está recibiendo en el Campeonato de España de Cádiz. La difusión a través de las redes sociales de una fotografía donde daba la mano tras el partido ante La Rioja a un chico de solo 1,50 metros de estatura, incluso ha provocado memes desagradables que han molestado tanto al Club Baloncesto Totana como a la Federación Murciana. «Su documentación es la que es y si hubiera dudas sobre la misma, la Federación no se habría arriesgado a llevarlo al campeonato», dice Cánovas, quien afirma que «todo lo que se está leyendo en las redes sociales no nos está sentando nada bien. Tiene unas condiciones físicas superiores a chicos de su misma edad, pero eso no es culpa ni suya ni nuestra», explica el máximo mandatario del club, quien considera desagradables los comentarios que se están realizando en las redes sociales, algunos de ellos provenientes incluso desde la Región de Murcia.

«Lleva cinco años aquí. Ha participado en los juegos escolares de la Comunidad Autónoma y su edad es la que es», afirma el presidente de la Federación Murciana, Juan Carlos Hernández, quien recuerda que «las selecciones de Cataluña y Canarias tienen varios jugadores de idénticas características y nadie se lleva las manos a la cabeza».

La inmigración ha provocado que en los últimos años surjan en diferentes rincones de la Región deportistas de origen extranjero y que, al igual que otros, pese a no apellidarse García o Martínez, sean murcianos y tengan los mismos derechos. «Nosotros también estamos haciendo una labor de tutores. No solo lo llevamos a los entrenamientos de la selección, también nos preocupamos por su desarrollo académico y desde que está jugando al baloncesto está sacando mejores notas», afirma Cánovas, quien apunta sobre Cissé que «aparte de ser un buen jugador, es una excelente persona».

«Es un niño y ni siquiera es el que mejor estadísticas tiene de nuestro equipo. Por eso no entiendo la polémica suscitada en las redes sociales», puntualiza Hernández, quien anecdóticamente cuenta que «cuando vimos al hermano que tiene que mide ya 1,10 metros le preguntamos cuándo iba a meterlo a jugar con él al baloncesto y nos dijo que era muy pronto porque solo tiene dos años», termina diciendo el lorquino.