¿Cuándo se vinculó al mundo del deporte?

Cuando tenía 6 o 7 años, mi padre, que es profesor de Educación Física, decidió llevarme a una carrera popular en Llano de Brujas. Recuerdo que todas las chicas iban con la ropa de atletismo y yo solo con la camiseta de la carrera. Sorprendentemente, obtuve mi primer trofeo, que aún guardo en mi habitación, y plantó una semilla del deporte en mí.

¿Y siguió compitiendo?

Sí, pero no de una forma planificada, me gustaba correr por mi cuenta. Pero a raíz de estudiar en la UCAM, me apunté en pruebas universitarias que también gané. Y un día me fui a ver el Triatlón de Fuente Álamo, que no conocía por entonces, vi a otras chicas correr y me di cuenta que yo quería ser como ellas. Fue un cambio en mí porque busqué a mi primer entrenador, me compré una bici y empecé a nadar, que por entonces no sabía. Eso fue hace solo tres años.

Ganar pruebas se le dio bien desde el principio.

Bueno, yo iba a las pruebas con la ilusión de acabar, quedara como quedara, porque para mí es ganador tanto el primero como el último. El hecho de nunca rendirse es un éxito. Cada uno tiene sus objetivos, sus retos, y cuando empecé solo era terminar. He evolucionado y me siento orgullosa.

¿Se había planteado alguna vez ser campeona de algo?

Para ser campeona siempre hay que creer en ello y pensarlo, pero ganar el Regional de duatlón no me lo esperaba. Detrás hay mucho trabajo y sacrificio. Mis entrenadores, Guillaume Le Mouhaer y Rubén Gambín, siempre están ahí apoyándome, pero el trabajo es cierto que es mío.

¿Cómo se organiza para preparar la oposición, que requiere más de una jornada de trabajo, y entrenar?

Me voy planificando como puedo. Está claro que lo principal es mi vida profesional, porque quiero ser profesora de Educación Física. Me voy adaptando los horarios de estudio y buscando un hueco al final del día para entrenar. Es cierto que se sacrifican muchas cosas, pero el triatlón es para mí un estilo de vida, vivo con ello. Mi club, el Bitec Tri Impulso, siempre me ha apoyado, es como una gran familia, muy social. Y a todas las chicas, mayores o jóvenes, que quieran empezar en esto, digo que no importan los tiempos, solo hace falta querer disfrutar en un ambiente sano.

¿A qué ha tenido que renunciar por el deporte?

No sigo una dieta, pero los días de competición hay que comer pasta. Tengo la suerte de que la genética me ayuda y porque me puedo dar mis caprichos. No creo que haya renunciado a nada porque hacer deporte me da felicidad.

¿Y cómo sufraga los gastos que conlleva el triatlón?

Tengo un patrocinador, Urbuntu Comunicación, que me ayuda en las inscripciones de las competiciones, pero la vinculación va más allá de lo puramente económico, porque sigo su filosofía de empresa y valores. Es cierto que esto es muy caro y no sé cuánto me cuesta, pero mi club me ha becado, no tengo que pagar las cuotas, y me ayuda en los viajes.

¿Trabajó durante una época como modelo?

Bueno, algo así. Me gustaba el mundo del modelaje e hice algunos trabajos, pero nada profesional, solo algunas sesiones de fotos, pero cambié ese mundo por el deporte.

¿A qué se ha dedicado para ganarse la vida?

Hasta ahora he estado centrada en los estudios porque quiero ser profesora. La enseñanza y el deporte están muy relacionados y sueño con poder estar en una clase para inculcar los valores del esfuerzo, superación y compañerismo.

¿Se ha planteado hacer un Ironman?

Todavía no, yo compito para ser mejor yo misma, encontrar mi mejor versión. En el futuro solo me planteo estar en algunos campeonatos nacionales y llevar el nombre de Murcia alto. Mi hermana siempre me dice una frase que me encanta, que es 'el horizonte no es más que la línea de salida', y yo creo que no hay límites.

Por el hecho de ser mujer, ¿ha encontrado alguna vez trabas o escuchado comentarios?

Con los años ha existido una gran evolución, pero queda mucho. Hace unos días compartí un vídeo en Facebook de la primera mujer que echaron de una maratón, que resume las injusticias que hemos sufrido. El deporte femenino no está a la altura del masculino, se habla mucho más de ellos que de nosotras, aunque la lucha y el esfuerzo son iguales. Fíjate que hoy en día he participado en pruebas que a la primera chica no le han puesto cinta en la llegada y ni la nombran por megafonía, mientras que al chico le aplaude todo el mundo. Eso no puede ser, tiene que cambiar ya.

¿Nota que cada día hay más mujeres en el triatlón?

Sí, es algo que me encanta. Veo un montón de niñas y mujeres mayores que se enganchan al deporte. En las careras populares también son cada día más. Admiro a esas mujeres trabajadoras, amas de casa y madres que compiten.

Pero el triatlón requiere un esfuerzo extra.

Al ser un deporte tan completo, que me encanta por las tres disciplinas, requiere mucho más trabajo. Es difícil de llevar, pero es mi pasión. También me gusta hacer las carreras populares en la ciudad de Murcia, que tienen algo especial por correr por el centro, y no solo por el calor.

¿En su habitación caben más trofeos?

Valoro un montón todos los trofeos que tengo porque detrás de cada uno hay una historia. Recuerdo perfectamente todos y lo que lleva cada uno dentro. Es cierto que tengo la habitación llena, pero aún quedan huecos.