El actual consejo de administración del Real Murcia se ha marcado un objetivo casi inamovible. Cuando llegue el 30 de junio y concluya la temporada, el equipo de trabajo que dirige José María Almela quiere que todos los jugadores y el cuerpo técnico estén al día en sus cobros, a expensas de lo que pase en el capítulo deportivo. Sin embargo, las ocho salidas de la plantilla grana en el mercado de invierno y solo los fichajes de Parras, Miguel Díaz y Jeisson han terminado por crear cierta confusión entre una afición que suspira por recuperar cuanto antes su hueco en el fútbol profesional, pero que cada semana que pasa ve con más incertidumbre un futuro deportivo que en estos momentos está cogido con alfileres por la situación económica de la centenaria entidad.

Según ha podido conocer esta redacción, la idea de Pedro Cordero era la de haber incorporado a tres o cuatro futbolistas para que el entrenador grana tuviera más opciones donde elegir, pero los límites presupuestarios del nuevo consejo han impedido que el cartaganero pueda 'pelear' por algunos de los futbolistas más codiciados de la división de bronce. Por eso que Cordero está muy centrado en que llegue cuanto antes un central para que puedan tener descanso tanto Hugo Álvarez como Charlie Dean. La situación del club y las ofertas a la baja están complicando alguna operación de última hora que parecía casi cerrada y que al final tendrá que esperar un poco más, a pesar de que el Murcia necesita de manera urgente un defensa central y otro delantero.

Uno de los grandes problemas que está encontrando la secretaría técnica grana es que los propios representantes se están mostrando reacios a escuchar propuestas del Murcia por la cantidad de promesas incumplidas con la familia Gálvez al frente del club, algo que el propio Cordero y el nuevo consejo se tienen que encargar de que se acabe, es decir, que todo el que fiche por el Murcia sepa que va a cobrar lo firmado el 30 de junio como muy tarde. El problema también en líneas generales es que un defensa central polivalente y un delantero que tenga gol son las dos posiciones más demandadas por todos los clubes en esta categoría, lo que podría provocar que el Murcia tuviera que mirar al mercado extranjero con vistas a reforzar una plantilla que se ha quedado muy debilitada.

Ocho salidas en el mercado de invierno y solo tres fichajes con la llegada de Parras, Miguel Díaz y el peruano Jeisson han convertido al Murcia en un equipo con una plantilla muy corta que se está viendo resentida por la falta de efectivos en algunas demarcaciones. Por eso el encuentro ante el El Ejido del próximo fin de semana en Nueva Condomina y la visita una semana después al campo del San Fernando se han convertido en una especie de dos exámenes finales que los granas deben de aprobar para seguir siendo candidatos a entrar en la parte alta de la clasificación.

La salida del central Dani Pérez al Marbella, tal vez precipitada, ha dejado a Manolo Herrero sin recambios para el centro de la zaga y solo puede tirar del mediocentro Armando para ocupar uno de estos puestos cuando fallan bien Hugo Álvarez y Charlie Dean.

Esta semana se espera el posible regreso de José Luis Miñano al centro del campo tras unas molestias la semana pasada y poco a poco será Herrero el que tendrá que ingeniárselas para que el equipo que disponga cada domingo tenga la presión necesaria como para saber que al Murcia, en Segunda B, no le vale otra cosa que el ascenso.