Todos sabemos que el mundo del fútbol da para todo tipo de chascarrillos. Los amigos o los compañeros de trabajo los usan para gastarse unos a otros bromas de mejor o peor gusto cuando pierden o ganan sus respectivos equipos. Decía ayer un aficionado albinegro en las redes sociales, que las bromas se las gasta uno a un amigo, que de otra manera no se puede entender.

Pues bien, no lo tuvieron que ver así los camareros de un bar murciano llamado El Jumillano, que incluyeron en la factura de unos aficionados albinegros una tapa llamada 'Minuto 97'.

La pesada broma no sentó nada bien a estos seguidores, pertenecientes a la Peña Azor del equipo cartagenerista, que han mostrado su malestar enseñando la factura en las redes sociales, situación que ha generado, por tanto una cascada de comentarios de todo tipo acerca de dicho restaurante.

Hay que remontarse aquel minuto 97 del partido que impedía al Cartagena ascender el pasado mes de junio en Majadahonda para entender esta atípico aperitivo. En ese instante, un jugador del Cartagena se anotó un gol en propia puerta y se desvanecieron las esperanzas de miles de aficionados que casi habían descorchado el cava para festejarlo. A todo seguidor que se le recuerde aquel momento le entra un escalofrío por el cuerpo, por lo cerca que estuvo y la forma tan cruel que acabó todo.

Los seguidores a los que se les gasta dicha broma insisten en que todo parecía torcido aquel almuerzo, con una comida cargada de 'pimentón espolvoreado (difícil de ver pero fácil de detectar en boca'. Tras pedir la cuenta, se ven el 'aperitivo' del Minuto 97. 'Claro, eso también fue accidental no?', dicen los seguidores que se citaron en la comida. 'Como buenos cartageneros, pagamos la deuda justa, no sin antes recordarle al jefe ultra que cuidara su bilis', añaden dichos seguidores.

Los propietarios del local han pedido disculpas por ese mal chiste y les han invitado de nuevo a que degusten gratis nuevas viandas. Eso sí, los chascarrillos, para otro momento y entre amigos.