Veinticuatro años tiene de historia el FC Cartagena y un problema latente desde casi el comienzo de su historia. «Cada semana tenemos que hacer el pino para buscar campos, pero eso no es nuestra competencia», esgrime Isidoro García, presidente de la Fundación FC Cartagena.

Pero ¿de qué habla dirigente albinegro? No hay año o temporada que no se le pregunte a la entidad si ha encontrado una vía para solucionar el déficit de instalaciones deportivas y la respuesta es, temporada a temporada, la misma: «No tenemos ofrecimiento alguno del Ayuntamiento ni de nadie para buscar alternativas», explica el director general de la entidad, Manuel Sánchez Breis.

«Somos un club con un déficit en campos de fútbol y necesitamos el apoyo de las instituciones para solucionar este problema», añade el dirigente cartagenerista, que en todo momento evita culpar a los organismos públicos, aunque lanza un mensaje para que sean escuchados.

El primer equipo de la ciudad alterna diferentes opciones semana tras semana. Así, los de Gustavo Munúa se tienen que desplazar, dependiendo de la época del año, a: La Manga Club, San Pedro del Pinatar, Urbanización Mediterráneo, Nueva Cartagena y Pilar de la Horadada, además del estadio Cartagonova. Hasta seis campos de fútbol de césped natural y artificial para preparar los encuentros del fin de semana.

«Después de cuatro años aquí dirigiendo esta entidad, seguimos en las mismas condiciones y eso también nos perjudica a la hora de crecer como club», añade Breis, quien reconoce que con la ciudad deportiva «no tendríamos techo en cuanto a evolución, y por eso pedimos que nos echen un cable».

Por su parte, la situación de las bases es muy similar, pero el problema se engorda cuando a una plantilla de 24 futbolistas se le añaden un grupo de equipos que engloba a 500 jugadores y jugadoras. Compaginar y estructurar todo ese conglomerado de equipos durante los entrenamientos semanales y los partidos de fin de semana se convierte en un auténtico galimatías. Así, hay que buscar plaza en los campos de Ciudad Jardín, Dolorense, La Aljorra o Pozo Estrecho, con el consiguiente inconveniente para niños y padres, en lo que se refiere a traslados de un lado a otro para partidos y trabajo semanal.

A lo largo de estos últimos años han salido a la palestra diferentes opciones en las que ubicar al FC Cartagena con toda su infraestructura deportiva detrás, que, visto lo visto, no es poca.

Una de las que había cobrado más fuerza de un tiempo a esta parte era el de las instalaciones del Mundial 82, en las que juega la EF San Ginés y que hasta hace bien poco estaban siendo gestionadas por la Federación de Fútbol de la Región de Murcia.

Los terrenos de juego siguen siendo de arena, un contratiempo que se pretende solventar con el proyecto de remodelación que iba a presentar el organismo futbolístico autonómico. Ante la falta de una propuesta aceptable, se había tomado la determinación de no renovar la gestión de la instalación a la FFRM y que sea el propio Ayuntamiento el que asuma las competencias e invierta el dinero para mejorar los campos de fútbol. Ésta podría ser la vía más factible para que el FC Cartagena empezara a solucionar esta papeleta que nadie es capaz de solventar.

El asunto, no obstante, parece aún enredado porque la Murciana de fútbol presentó un proyecto y ahora se le ha solicitado más información y documentación para valorarlo desde las diferentes áreas de Gobierno implicadas.

El panorama, lejos de ver la luz, sigue presentando enorme conglomerado de obstáculos y nadie quiere encender la bombilla.