Sito Alonso aseguró en su llegada a Murcia la pasada semana que no tenía una receta mágica para cambiar rápidamente la difícil situación por la que atraviesa el UCAM en la Liga ACB. Pero el nuevo entrenador universitario sí que prometió trabajo y más trabajo. Y lo cierto es que, en apenas unos días de entrenamientos, el equipo mostró una mejor cara que en las últimas semanas. No sirvió para llevarse una victoria que era muy necesaria ante el Obradoiro (91-79), pero fue un punto de partida para el importante encuentro de la próxima semana frente al Cafés Candelas Breogán en la lucha por salir de los puestos de descenso antes del parón por las ventanas FIBA y la Copa del Rey.

El conjunto murciano subió su intensidad en la pista desde el salto inicial y eso le permitió potenciar alguna de sus virtudes llevando el partido al terreno físico. No obstante, también le jugó algunas malas pasadas como la cantidad de faltas -con Soko y Kloof amenazados por la eliminación muy pronto- y las visitas de su rival al tiro libre. En un encuentro marcado por el acierto de ambos equipos desde el perímetro, el UCAM fue capaz de recuperar su fortaleza mental hasta los últimos minutos. Y es que el Obradoiro se marchó varias veces en el marcador, y los de Sito Alonso siempre respondieron. Hasta en el tramo decisivo, cuando los triples de Simons y David Navarro sentaron como un jarro de agua fría a poco más de cinco minutos del final y después de que los universitarios hiciesen lo más difícil al volver a empatar el partido en el inicio del último cuarto.

Sito Alonso buscó atacar al Obradoiro desde el inicio elevando las líneas de presión, intentando defender lo más lejos del aro y apostando por rotaciones rápidas para mantener un ritmo constante. Pero esa subida de tensión también provocó varios desajustes defensivos o alguna que otra precipitación en un ataque que circuló con mayor rapidez el balón y del que se vieron beneficiados los tiradores. El entrenador madrileño dejó claro su confianza en poder recuperar todas las virtudes del UCAM, por lo que apostó tanto por Askia Booker y como Milton Doyle desde el inicio (con 14 puntos cada uno al término del partido), y ambos, como el resto de la plantilla, respondieron sobre la pista. Aunque no fue suficiente para superar a un Obradoiro que, pese a la mejoría universitaria, logró cocinar el triunfo ante la imposiblidad visitante de frenar a los pilares más importantes en el juego del cuadro gallego -Nacho Llovet, Sabat y Vasileiadis-.

Y eso que al inicio, el Obradoiro tan solo pudo atacar al UCAM desde el perímetro con cuatro triples consecutivos, aunque los universitarios supieron encontrar huecos en la defensa rival (12-12). En el tramo final del primer cuarto se redujo el ritmo de anotación y fue donde el equipo gallego encontró petróleo en la pintura sacando canastas con tiro adicional o acudiendo al tiro libre. Sito Alonso movió rápido el banquillo con las rotaciones para mantener la intensidad en defensa y el Obradoiro finalizó este periodo por delante con un triple de Vasileiadis que respondió a otro de Sadiel Rojas desde la esquina (23-20).

En el segundo cuarto se complicaron las cosas para el UCAM Murcia. Primero porque el Obradoiro sumó un parcial de 7-0 de salida para contar con diez puntos de ventaja (30-20) aprovechando los desajustes en defensa de su rival, y después porque las faltas empezaron a mermar la rotación al tener Kloof y Soko tres infracciones en el ecuador de este periodo. Sin embargo, cuando todo el mundo se temía lo peor, con Hlianson haciendo daño en la zona aprovechando los errores, Askia Booker tomó las riendas del equipo en ataque.

El base lideró un parcial de 2-10 con diez puntos consecutivos y plasmó en una jugada las ganas que tiene el UCAM de poder reconducir el rumbo al pelear contra el propio Rojas un rebote, salir al perímetro y anotar un triple que empataba de nuevo el partido (41-41). Aunque, cuando el UCAM tenía posesión para intentar marcharse al descanso por delante, tiró por tierra todo lo conseguido en dos errores de concentración tras un triple de Urtasun. Spires elevó la distancia a cuatro puntos desde el tiro libre y un error en el saque de fondo a falta de un segundo regaló otra posesión al Obradoiro. Los de Moncho Fernández no desaprovecharon la oportunidad y Vasileiadis anotó un triple en la esquina desde la bocina ante la defensa de Rudez y Urtasun para colocar el 48-41 al descanso.

En la segunda parte continuó el duelo desde el perímetro por parte de ambos equipos. Tanto el UCAM como el Obradoiro se sintieron más cómodos atacando desde lejos el aro y los universitarios se acercaron varias veces en el marcador después de pasar de nuevo apuros (53-48). Las cuatro faltas de Soko y Rudez mermaron todavía más el juego interior, lo que permitió a los locales contar otra vez con una ventaja de diez puntos (58-48). No obstante, pese a los obstáculos, el equipo murciano tampoco se vino abajo y consiguió aguantar el ritmo anotador del Obradoiro. Con la entrada de Mitrovic, el equipo subió todavía más la intensidad atrás y apareció Oleson en los momentos más importantes para recortar la ventaja. Un triple del escolta junto a una asistencia a la contra para Urtasun, rebajaron la distancia hasta los cuatro puntos (62-58) y el UCAM respondió con Mitrovic a otro triple de Sabat (65-61).

Una canasta de Oleson a la contra y otro triple de Doyle permitió al equipo murciano empatar el partido a falta de ocho minutos para el final (67-67). El UCAM aprovechó su intensidad en defensa y su acierto al contragolpe para igualar el encuentro, sin embargo, cuando parecía que ya había hecho lo más difícil, llegó un último arreón del Obradoiro que le permitió sentenciar el partido.

Los triples consecutivos, de Simons y David Navarro, tras dos ataques fallidos del UCAM, dieron alas a los gallegos para el resto del encuentro y superó la barrera de los diez puntos de nuevo con un parcial de 10-2 (80-69). El equipo de Sito Alonso intentó mantenerse en el partido, pero las visitas al tiro libre de su rival y los fallos en ataque gracias a un fantástico Llovet en las dos canastas dieron el triunfo a los locales (91-79). Lo que provocó que el UCAM encadenase ocho derrotas consecutivas esta temporada en la ACB, una cifra que no se veía desde la campaña 2013-2014.