No les faltó razón a los responsables de comunicación del UCAM Murcia cuando diseñaron el cartel del partido que medía ayer a los universitarios frente al líder, el FC Cartagena. 'Un monstruo viene a vernos', rezaba el lema del cartel. Y no decepcionó el conjunto albinegro, que a base de presión, contención, grandes combinaciones y mucha eficacia goleadora asaltó La Condomina (1-3), el feudo del UCAM, donde los universitarios conectaban ya has siete victorias consecutivas.

Hubo muchos aspectos que fueron clave en el partido, pero la mayor diferencia la marcó Elady Zorrilla, un extremo que llegó casi de rebote el pasado verano y que sigue demostrando a Munúa que es el líder en el césped del equipo.

El UCAM, precisamente, intentó conseguir la victoria como equipo, fiel a un estilo que ayer quedó maniatado durante el primer tiempo y que ofreció grandes minutos de juego tras el descanso, cuando el doble pivote formado por Arranz y Britos se liberó y consiguió imponer su ley en la medular. Pero hasta ese momento, el Cartagena no pudo hacer una mejor lectura de lo que el encuentro iba a exigirle. Consiguió reconocer las necesidades al vuelo, y sobre todo, aplicar en el juego lo que el partido fue demandando con el paso de los minutos.

El primer tiempo tuvo alternativas, sí, pero a los de Munúa les costó mucho menos neutralizar el juego de su rival que al conjunto universitario hacer lo propio. La presión desde el inicio, aprovechando la frescura que da de sí la primera mitad, fue sencillamente perfecta. El Cartagena demostró estar especialmente trabajado en el juego sin balón. Acumulando hombres en campo contrario, todas las zonas quedaban cubiertas de forma ordenada y compacta para recuperar la pelota en escasos instantes.

A partir de ahí, daba igual que el Cartagena estuviera más o menos lúcido en la elaboración: salía en tropel comandado por jugadores de calidad y no necesitaba nada más para llegar hasta el área.

Al UCAM le costó horrores asentarse sobre el campo. De hecho, cada vez que superaba la medular conseguía llevar cierto peligro, en especial por la izquierda, donde Migue y Kilian Grant rayaron a buen nivel.

Los primeros minutos mostraron la predisposición del FC Cartagena. Recuperar rápido y llegar al área con más velocidad aún. Así como Aketxe gozó de las dos primeras llegadas del duelo. El trabajo del delantero vasco fue inconmensurable, aportando siempre en todas sus intervenciones en el juego.

Sin embargo, la primera ocasión clara del partido tendría color azulón. Collantes condujo por la derecha y, cuando llegó a la frontal, soltó un latigazo potentea media altura que se marchó muy cerca del poste. Replicó el Cartagena con otra oportunidad más clara aún, ya que el disparo colocado de Santi Jara desde la frontal, que iba directo a la escuadra, obligó a Germán a estirarse y lucirse con una buena palomita.

El Cartagena tuvo ese aviso claro y sacó el machete para asestar dos golpes prácticamente consecutivos que dejaron al UCAM buscando la medalla. En el minuto 27, Moyita adelantó a los albinegros tras culminar una jugada sensacional, de superior categoría. Jesús Álvaro arrancó por la izquierda, apoyándose en Elady. El jienense la colgó con calidad, con el exterior de la bota, hacia el área. Apareció Aketxe para matarla con el pecho, y con ese toque, asistió a un Moyita que no tuvo más que acomodar la pelota y definir con comodidad hacia el palo largo.

Pero ahí no se detuvo la vorágine. Tan solo cuatro minutos después, en el 31', el Cartagena tiró de balón parado para asestar el que podía ser un golpe definitivo. Santi Jara la puso desde la izquierda hacia el segundo palo. El efecto bombeado de la pelota propició que el balón cayera con plomo para que Elady reventase la pelota hacia la línea de gol y el central Antonio López no tuviera más que empujar a la red.

No obstante, pese a ese doble puñetazo sobre la mesa de los albinegros, el partido mantuvo el nivel esperado, con un UCAM que no se rindió y que solo entonces, aprovechando la relajación del Cartagena, consiguió poner en aprietos al conjunto albinegro. Justo antes del descanso, los visitantes pudieron llevarse un disgusto en forma de gol en propia puerta. Migue García la colgó desde la izquierda y Antonio López a punto estuvo de pasar de héroe a villano, ya que intentando despejar, remató al palo de cabeza.

En la segunda mitad, el UCAM mantuvo el ritmo con el que concluyó la primera. La mejoría quedó patente gracias a un genial Toni Arranz, eje entre la defensa y el ataque y una brújula perfecta para guiar a los suyos en fase ofensiva.

Luis Fernández tuvo otra oportunidad clamorosa. En el 51', recibió en tres cuartos de campo, condujo lo justo, y desde unos 25 metros soltó un zapatazo que se estampó tras botar en la madera. El UCAM siguió dando muestras de su dominio, llegando al área con continuidad. Kilian Grant vería como se le anularía un tanto por fuera de juego. Pero ese no sería más que un aviso claro de lo que estaba a punto de llegar, ya que el propio Kilian aprovechó en el minuto 66 un despeje del meta Joao Costa para recortar distancias en el marcador.

Pero cuando más abierto estaba el partido, y más descontrolado, algo que solo podía complicar las cosas para el Cartagena, Titi se encargó de condicionar a su equipo con la peor de las apariciones. Protestó una falta, el colegiado no señaló nada, y terminó por perder los nervios para ser expulsado con roja directa. El Cartagena vio los mares abiertos tras esa circunstancia. No tuvo más que manejar la posesión con calma para asestar el golpe de gracia a un equipo que estaba arriesgando demasiado. Fito Miranda, en el 85', cortó un mal pase de Galas y sirvió para Elady. Dentro del área, el jienense recortó a Javi Fernández y batió por alto a Germán para rubricar una actuación de diez.

El Cartagena mostró su cara más fiable. Llegó, vio y venció como lo hacen los equipos candidatos a todo. Ayer no hizo más que demostrar su condición.