Probablemente los aficionados del UCAM Murcia CF culpen en gran medida al árbitro del encuentro del empate que el propio conjunto universitario cosechó ayer en su visita al Don Benito. Pero hubo dos condicionantes mayores en el partido que provocaron que el resultado final no fuera el de una clara goleada de color visitante.

El acierto del guardameta del Don Benito, Sebas Gil, contrastó con la falta de puntería mostrada ayer por la delantera del UCAM Murcia, en especial de un Manu Onwu que afrontaba el partido repleto de moral tras firmar un gran doblete ante el Granada B y que ayer se estrelló hasta en cinco ocasiones con el meta de los extremeños.

Es innegable que a los errores de los universitarios se le unieron los del colegiado Román Román, quien no anuló el gol que permitió al Don Benito adelantarse en el marcador y que pudo perdonar la expulsión al citado Sebas Gil tras una dura entrada fuera del área al atacante Kilian Grant.

No obstante, el partido fue un constante ejercicio de supervivencia para el Don Benito, que sufrió en defensa lo indecible, y de asedio por parte del UCAM, especialmente en el segundo tiempo. Hasta once oportunidades tuvo el conjunto murciano para deshacer la igualdad en el marcador, marcador que supo a gloria a un Don Benito que jugó con un futbolista menos durante más de veinte minutos.

En el primer tiempo, el conjunto extremeño no solo resistió las primeras acometidas del UCAM, sino que se adelantó en el marcador y neutralizó el juego combinativo de los universitarios con una buena presión y robándole el balón durante muchos minutos.

Ya desde los instantes iniciales se prevía un encuentro cargado de oportunidades de gol. Onwu mandó fuera la primera llegada a los dos minutos de partido, y el local David Agudo pudo romper la igualada inicial si hubiera sabido aprovechar un error garrafal del central universitario Cristian Galas. Agudo se quedó totalmente solo ante el meta Germán, quien aguantó bien la posición y atajó con solvencia un mano a mano clamoroso.

Tras ese susto, el UCAM arrolló la portería de Sebas Gil en apenas quince minutos: Onwu cabeceó fuera, pelando la base del poste, un gran centro desde la derecha de Gurdiel; Luis Fernández mandó fuera por poco un buen remate a bote pronto desde la frontal; Collantes estrelló en la madera un potente disparo que buscaba el palo corto; y de nuevo Collantes veía como Sebas Gil intervenía por primera vez para atajar dentro del área su lanzamiento.

Quien perdona lo paga, y el UCAM pecó de ello a los 29 minutos de juego. Pepe Bernal colgó una falta larguísima hacia el segundo palo, donde Trinidad la tocó hacia la olla para que apareciera Mario Gómez sin oposición de la zaga para empujar el balón a la red. Sin embargo, el tanto no debió subir al marcador, ya que las imágenes de televisión fueron claras: el local Manolo estorbó al meta Germán colocándose delante de él y obstruyendo su posible intervención.

El UCAM se vino abajo tras el tanto, una pájara que le duraría hasta justo antes del descanso, momento en el que Manu Onwu volvería a toparse con Sebas Gil en un nuevo mano a mano tras una gran entrega de Collantes.

En la segunda mitad, el propio Collantes dejó su puesto a Kilian Grant, quien reactivó el ataque con su verticalidad. La fragilidad defensiva del Don Benito fue más manifiesta tras la reanudación, ya que redujo la presión varios niveles tras un claro bajón físico.

El UCAM salió con una marcha recobrada tras el descanso. El asedio fue más constante e igual de claro en la calidad de las oportunidades. En el 53', Sebas Gil firmó la que sería su mejor parada en el encuentro. Onwu se internó en el área por el costado derecho, y con un lanzamiento potente hacia el palo corto, se topó con la manopla felina del guardameta extremeño.

El partido se descontrolaba ante la falta de eficacia del UCAM. Sin embargo, Onwu, que habría firmado una actuación sobresaliente de no ser por su falta de pólvora, se inventó una genialidad en forma de taconazo dentro del área que dejó solo a Colinas para que fusilara con todo en el 69'. Sin embargo, el autor del tanto local, Mario Gómez, le arrolló, vio la segunda amarilla, y dejó a su equipo con un jugador menos. Penalti y expulsión.

Luis Fernández fue el encargado de materializar desde los once metros, y esa sería la única oportunidad que tuvieron los universitarios de superar al portero rival. El Don Benito centró al 100% sus esfuerzos en defensa. Colinas mandaría al limbo un contragolpe perfecto, y Sebas Gil se encargó de terminar de desquiciar a un Onwu que lo intentó todo pero que volvería a irse de vacío: sacó el pie izquierdo en lo que podría considerarse como una parada de fútbol-sala.

En resumen, el UCAM vio pasar una oportunidad perfecta para aprovechar el pinchazo del FC Cartagena y volver al liderato. Justo antes, precisamente, del derbi regional de la próxima semana en La Condomina. El buen fútbol, que no la puntería, aguarda en el estadio murciano.