El UCAM Murcia, pese a la llegada del nuevo año, no cambió la cara lejos de La Condomina. El 2019 arrancó para los universitarios con un empate sin goles en Talavera (0-0), en un terreno de juego en mal estado y ante un rival que mereció mejor fortuna, ya que se le vio superior durante los noventa minutos en cuanto a lectura del juego y a número de ocasiones de gol.

Y es que el UCAM se encuentra en una fase de la temporada en la que la tranquilidad que concede estar en lo más alto de la clasificación permite afrontar de otra manera los malos momentos de juego que se experimentan a lo largo del curso. Sin embargo, el conjuno universitario no está sabiendo reinventarse cuando los contrincantes se muestran más aguerridos y encerrados, o cuando el estado de los terrenos de juego no acompaña para desenvolver el juego de toque al que se acostumbra.

Los cuatro últimos encuentros fuera de casa manifiestan dichos condicionantes, ya que el UCAM ha sido incapaz de marcar y de crear peligro a sus rivales, provocando así tres derrotas y el empate en la tarde de ayer. Ni puntos ni goles para un equipo en el que La Condomina se convierte ahora en su 'clavo ardiendo', y una situación que propicia que esta tarde los universitarios puedan abandonar el liderato si el FC Cartagena supera al Linense.

Pocas excusas, más allá del patatal helado en el que se jugó, puede poner el equipo murciano para no haber sumado los tres puntos. Con la única baja del central Amaya, hombres como Ismael no entraron en la convocatoria, el centrocampista Javi Rey no disputó ni un solo minuto pese a que Arranz y Britos vieron la cartulina amarilla en la primera mitad y se vieron más condicionados y el delantero Manu Onwu volvió a dar otra de cal, ya que pasó totalmente desapercibido sobre el césped de El Prado.

No logró encontrar, otro fin de semana más, el camino hacia el área rival debido a la falta de precision y al buen modelo defensivo que supo proyectar esta vez el técnico del Talavera, Fran Alcoy. Aguerrido e incómodo, el conjunto manchego tuvo más desparpajo con la pelota en los pies, bien sostenido por la pareja de medios Reguera y Rodellar y con hombres habilidosos en la zona ofensiva como Oca y el delantero Laerte, quien fue un quebradero de cabeza para la zaga universitaria con sus regates y gambeteos.

El UCAM no conseguía encontrar el camino hacia el área con la combinación, por lo que optó en el primer tiempo por intentar buscar la espalda de una defensa que tampoco así flaqueó. Tampoco acumulando jugadores en campo contrario logró obtener superioridades, ya que el trabajo sin balón y las buenas salidas al contragolpe del Talavera ocasionaban un mayor dolor de cabeza a los universitarios.

El atacante Alberto Oca, máximo goleador de los locales junto al exgrana Abel Molinero, ambos con cuatro tantos, se convirtió en el jugador más incisivo del Talavera. Gozó hasta de tres ocasiones en el primer tiempo, dos de ellas en remate acrobático que no encontraron puerta. En la tercera, eso sí, apareció Germán Parreño, meta del UCAM que en la tarde de ayer se mostró especialmente seguro en todas sus intervenciones. En el minuto 26, Rodellar filtró la pelota al área con un toque sutil que dejó solo a Oca ante el portero universitario. Salió con todo Germán, achicando el espacio y taponando el disparo a la media vuelta del delantero.

El UCAM se encontraba en claras dificultades en el ecuador del primer tiempo. Sin llegar al área, con los laterales contenidos y sin una buena circulación de balón, los propios jugadores no encontraron alternativas para digerir la posesión de la que gozaban.

Solo a través del balón parado consiguió sumar el conjunto universitario su primer acercamiento del partido. Fue a los treinta y siete minutos, por medio de Javi Fernández, que llegó esa ocasión inicial. Collantes colgó la falta lateral hacia el punto de penalti, y el central de la cantera, más solo de lo que él mismo esperaba, cabeceó por encima del travesaño.

El partido, antes del descanso, se descontroló, ya que ninguno de los dos equipos gozaba de la tranquilidad suficiente para dominar el juego. Y sería el precedente del segundo tiempo, ya que tras el hemisferio, las ocasiones se sucedieron con más continuidad, aunque de nuevo tendrían un mayor color local.

Al minuto de reanudarse el encuentro, Alberto Oca daría otro nuevo aviso con su zurda. Salió en tromba hacia el área y, desde la frontal, golpeó potente a media altura pelando el poste izquierdo de la portería de Germán.

Contestó rápidamente Isi Ros, aunque de forma mucho más tímida, ante un Gianni que no se puso nervioso en el mano a mano. Sin embargo, justo un minuto después, Adán Gurdiel protagonizó la mejor ocasión de gol del UCAM en todo el partido. Galopó por la derecha y se sacó un latigazo por alto desde unos 25 metros que el propio Gianni se encargó de despejar con una gran estirada.

Esa vorágine de oportunidades se calmaría, pero no lo hizo el ritmo del partido, propiciado por el mal estado del césped. Era un continuo intercambio de golpes entre uno y otro, con llegadas que las defensas conseguían desbaratar sin muchos problemas.

Sin embargo, a la hora de partido, se produjo una jugada rocambolesca por culpa del trío arbitral. Una supuesta mano que no fue de Migue García la señaló el asistente como penalti, aunque el colegiado principal Escriche Guzmán la decretaría fuera.

El paso de los minutos, y el poco acierto de Munitis a la hora de efectuar los cambios, volvió a dilucidar la dificultad para combinar de forma precisa. El Talavera siguió incomodando, e incluso disfrutaría de otra oportunidad clamorosa. Oca colgó desde la derecha con rosca y Espinar, en el primer palo, empaló de volea topándose con el inspirado Germán.

El UCAM, pese a llegar a las inmediaciones del área rival, siguió mostrándose inoperante en ataque. Al igual que en sus últimas salidas. Los números y las sensaciones así lo atestiguan, al igual que el conformismo por sumar un punto ante un equipo que no gana en su estadio desde octubre. Recuperar las sensaciones y encontrar la alternativa ante guiones inesperados, o reforzar la plantilla, serán las próximas tareas.