El FC Cartagena tuvo ayer uno de sus mejores días en el aspecto deportivo, con la victoria en casa del Marbella por dos a cero y por el tropiezo de sus antecesores, Melilla y UCAM Murcia, que pincharon en sus respectivos compromisos ligueros.

El bloque albinegro ha mostrado durante toda la primera vuelta una solvencia a domicilio a prueba de bombas. Solo hubo un lunar con la derrota hace quince días en El Ejido, pero lo demás se puede tildar de sobresaliente. El equipo entrenado por Gustavo Munúa ha puntuado en ocho de los nueve campos donde ha jugado, con cinco victorias y tres empates. Estos 18 puntos suponen más del 50% de los que acumula en estos momentos, que son 33.

El Cartagena ganó ofreciendo capacidad y contundencia y mandó un mensaje a sus oponentes. Es un equipo que ha ido de menos a más y que está dispuesto a dar caza al liderato cuando le llegue la oportunidad.

Ayer, en Marbella, ganó gracias a dos goles que se fraguaron en los primeros cinco minutos de partido. Elady y Aketxe fueron los protagonistas de ambos. En el primero no se había alcanzado el segundo 45 de partido cuando Aketxe recogía un balón en el círculo central, se giraba sobre sí mismo y servía un excelente pase a Elady. El jinenense galopó con velocidad sorteando a un defensa y ante la salida de Wilfred mandó el balón al fondo de las mallas raso y pegado al poste.

No podía empezar mejor el encuentro. La primera acción y el primer gol sin cumplirse el primer minuto de partido. A más de uno cogió despistado el tanto de Elady, pero es que Aketxe estaba ya con la caña preparada para hacer el suyo. Éste llegó cuando no se había cumplido ni el minuto cinco de partido. En la banda derecha se fraguó esta vez. Moyita cedía a Orfila, una de las novedades en el once ayer. El lateral diestro centraba medido a la cabeza del goleador vasco, que se adelantó a los dos defensores para anotar con la testa el segundo gol del Cartagena.

Nadie salía de su asombro, más aún los aficionados del Marbella, que habían visto tirado por tierra todas sus ilusiones de victoria en dos chispazos secos que dejaron helado a más de uno.

El resultado, impropio en un primer cuarto de hora de cualquier partido, supuso que el Marbella tuviera que irse hacia arriba, pero lo hizo de forma atropellada, con lanzamientos largos, buscando a sus hombres altos, especialmente a Montero.

No le valía otra cosa al equipo andaluz que tratar de meter el susto al rival, acortar distancias y activar de nuevo un partido que se había decantado para el Cartagena demasiado pronto.

Sin embargo, los albinegros tuvieron el temple y la madurez suficiente para no achicarse con el juego duro y de choque al que se enfrentaban con los futbolistas locales.

Eso sí, alguien salió mal parado. En este caso fue Vitolo, que recibió un fuerte codazo de Montero en el minuto 12 de partido. Se marchó a ser atendido, pero los facultativos observaron que el canario tenía rotos los huesos de la nariz. Así que Vitolo se marchó al hospital y Cordero, ayer en el banquillo, tuvo que relevarlo al cumplirse el cuarto de hora de partido.

El Marbella no llegaba más que a balón parado, pero además sus intervenciones eran anuladas por fuera de juego, por lo que Joao Costa apenas tuvo que intervenir en la primera parte.

Añón lo intentó en el minuto 28 con un libre directo que detuvo Joao Costa sin dificultad.

Ante la falta de resultados, el Marbella fue bajando el pie del acelerador. El Cartagena, con el paso de los minutos, logró quitarse esa presión que aplicó el Marbella tras los dos goles encajados. Alargó el campo y empezó a jugar algo más cómodo.

Tampoco generó demasiado peligro a Wilfred en la primera parte. Solo un libre directo que tocó la defensa, por parte de Santi Jara, supuso un acercamiento con cierto peligro del equipo albinegro.

En la segunda parte el Cartagena no notó tanto la presión del Marbella en la salida tras los vestuarios. Controló mejor, tocó más el balón y evitó sustos innecesarios.

Elady lo intentó en el minuto 52 con una galopada en solitario que le plantó delante del portero local, pero una bota en el último instante de un defensor evitó el disparo del goleador ayer y el esférico se marchó a línea de fondo.

El técnico marbellí hizo todos sus cambios en el primer cuarto de hora, buscando más hombres arriba con la entrada de N'Diaye por la izquierda y de Juanma por la derecha.

Munúa dio entrada, por su parte a Fito Miranda y Rubén Cruz en la segunda parte.

A falta de veinte minutos para el final del encuentro el equipo local puso cerco a la portería de Joao Costa. No tenía más remedio que buscar de una u otra manera el gol que le pusiera en el partido. Juanma la tuvo en el minuto 71 para acortar distancias. Un balón cedido atrás que enganchó el jugador local para disparar y Joao Costa, siempre atento, atajaba sin dificultad. Añón, por su parte, lo intentó en un par de ocasiones con dos disparos de libre directo desde la frontal del área. El especialista del Marbella no acertó con ninguno.

A poco más de diez minutos para el final lo intentó Julio Gracia con una gran acción individual. Se marchó con solvencia de dos oponentes y encaró al cancerbero. Su duro disparo con la izquierda lo repelía Wilfred en lo que estuvo a punto de ser el tercer tanto del Cartagena.

La décima victoria de la temporada corrobora que este Cartagena ha cogido velocidad de crucero y quiere más a falta de dos partidos para la conclusión de la primera vuelta del campeonato liguero.