Los deseos de poner fin a la vinculación del Real Murcia con Grupo Floridablanca no son nuevos. El actual consejo de administración grana es el último en intentarlo, pero anteriormente tanto Víctor Gálvez como Jesús Samper ya buscaron la fórmula para cambiar de empresa de la limpieza. El pasado mes de junio, el oriolano dio un paso al frente y acabó de golpe con el contrato firmado con la sociedad de Miguel Martínez. De hecho, en junio, Comcamar, que también se dedica a esas tareas, utilizaba sus redes sociales para anunciar que había estado trabajando en el recinto murcianista. Sin embargo, fue un visto y no visto. Según informan distintas fuentes a este diario, Miguel Martínez no tardó ni un segundo en presentarse en las oficinas de Nueva Condomina para exigir explicaciones a Gálvez, consiguiendo que el alicantino diese marcha atrás y respetara el contrato con Grupo Floridablanca, aunque desde ese momento nadie ha acudido a limpiar el estadio grana ni las instalaciones de Cobatillas.

Los mismos problemas se encontró Víctor Alonso. El director general del club grana en los últimos años de Jesús Samper también quiso cambiar de empresa de la limpieza ante el descontento que había con los trabajos realizados por la empresa de Martínez. En ese momento, el que fuera presidente de las peñas utilizó las mismas presiones que ahora, insistiendo una y otra vez que en caso de cambio, la nueva concesionaria debería subrogar a sus trabajadores. Alonso no logró romper el contrato pero sí rebajar al máximo los costes del mismo.

Con la llegada de Raúl Moro, del que Miguel Martínez fue consejero, el murciano logró que se le subieran de nuevo las cantidades económicas fijadas en el contrato.