La mejoría del Cartagena ha llegado fruto de una readaptación del equipo en todos los aspectos. Quizá donde más hincapié se haga es en el aspecto ofensivo. Los 27 tantos anotados han catapultado sin lugar a dudas a este equipo para estar entre los cuatro primeros clasificados.

Sin embargo, es en defensa donde el entrenador ha encontrado a un cuarteto de jugadores fijos. Es una zaga a prueba de bombas, ya que los que ocupan la titularidad apenas lo hacen, en la mayoría de los casos, casi desde el comienzo de la temporada.

En la actualidad solo hay seis jugadores que sobrepasen los mil minutos disputados entre Liga y Copa del Rey y cuatro de ellos son Óscar Ramírez, Jesús Álvaro, Moisés y Ayala.

El Cartagena era un auténtico flan en las primeras jornadas. Recordemos que el bloque albinegro perdió sus dos primeros partidos en casa y tres de los cuatro jugados en su campo desde agosto hasta octubre, lo que originó un enorme sobresalto en el seno del equipo. Los problemas defensivos se habían convertido en un tema recurrente para justificar la mala situación del bloque entrenado por Munúa.

Robles, Orfila y Mata

El técnico modificó en estas primeras jornadas la zaga con la entrada de Robles, Orfila o incluso Luis Mata, pero finalmente se decantó por los cuatro antes señalados, que han sido una constante en el esquema albinegro casi desde finales de septiembre hasta el momento.

Jesús Álvaro ha disputado catorce de los dieciséis encuentros de Liga disputados; Ayala lo ha hecho en trece oportunidades; Moisés ha jugado doce partidos desde el comienzo y Ramírez nueve. Este último estuvo cuatro jornadas, desde la quinta hasta la octava, sin jugar ni un solo minuto y en alguna oportunidad en la grada, pero el preparador volvía a darle la titularidad en la novena jornada, ante el Sevilla Atlético y desde entonces solo se ha perdido el derbi frente al Real Murcia.

El entrenador ha convertido la línea defensiva en la más regular de todo el campeonato, ya que en el resto de posiciones el técnico ha variado semana sí y semana también los jugadores amoldándose al estilo, campo y necesidades de su equipo.

Por contra, con la defensa ha querido mantener la posición de todos y cada uno de ellos.

Desde que el Cartagena conseguía ganar su primer encuentro de liga allá por la jornada quinta e iniciaba el despegue en la clasificación -nueve victorias, un empate y dos derrotas-, el bloque albinegro ha pasado de recibir 1,25 tantos por partido -cinco goles en cuatro partidos- a reducir casi en un 40% esta fatídica estadística y pasar a encajar 7 tantos en doce jornadas.

La media estadística ha descendido, de esta manera, en más de medio tanto por partido.