Como en el resto del equipo, el FC Cartagena dio carpetazo a la portería a finales de la pasada campaña, tras el fracaso en la fase de ascenso con dos intentos y ningún éxito. El club ha hecho una profunda renovación de arriba hasta abajo en el plantel y la portería volvía a ser uno de sus asuntos pendientes.

Hace dos campañas el club albinegro, con el visto bueno del entonces entrenador Alberto Monteagudo, decidió prescindir de Limones -cuatro temporadas y más de 140 partidos en Liga- para traer a otro portero experimentado como Pau Torres. A pesar del buen año del cancerbero, lo dirigentes tampoco se sintieron cómodos con el catalán, de ahí que volvieran a empezar con la llegada de otros dos guardametas.

Mario Fernández (30 años), daba toda la pinta de ser el titular ante Joao Costa (22 años). Lo que parecía una transición tranquila entre Pau y Mario se ha convertido en una interesante lucha bajo palos entre un cancerbero veterano y un aspirante que formado en las bases del Oporto ha encontrado en el Cartagena una gran oportunidad para darse a conocer en el fútbol español. El año pasado estuvo en un club de la Segunda División de Portugal, el Gil Vicente.

En esta lucha por la titularidad hay una tercera pata que no hay que olvidar: Gustavo Munúa. El técnico uruguayo lo ha sido todo en el mundo del fútbol -internacional con su país en 12 ocasiones- como portero, por lo que si hay alguien en este club que conozca a la perfección lo que siente un meta cuando es suplente y se tiene que ganar la titularidad, es el preparador albinegro.

Una lesión por el camino

Mario Fernández empezó como titular en la competición liguera mientras que el preparador decidió que los partidos de Copa los disputase Joao Costa.

De esta manera, el santanderino ha disputado las siete primeras jornadas al completo y 30 minutos de la octava -8 goles recibidos-, pero una inoportuna lesión en el encuentro ante el Melilla -una artritis traumática en la rodilla- le obligó a abandonar el partido contra el Melilla. El mes de recuperación le hizo perder la condición de titular y le relega, de esta manera, al banquillo.

El portero había demostrado solvencia bajo palos. Más experimentado, el cancerbero del Cartagena estaba dando seguridad en esa posición, tan inestable en los últimos años, y empezaba a ganar confianza, al igual que su equipo evolucionaba.

A Joao Costa lo habíamos podido ver en la competición copera. Tiene un físico muy parecido a su compañero, pero le falta la experiencia de él. La solventa el jugador nacido en Barcelos con atrevimiento y una gran habilidad en los balones a ras del suelo. El pasado domingo evitó en varias intervenciones que su equipo encajara algún gol más, demostrando que si está ocupando la portería del Cartagena en estos momentos no es por casualidad.

Así pues, ha disputado 60 minutos de la jornada octava frente al Melilla y siete jornadas más, con un balance de cuatro goles recibidos en este periodo.

Es indudable que Joao ha contribuido de manera muy positiva a que su equipo haya resurgido de sus cenizas y se encuentre en la tercera posición de la tabla clasificatoria.

También lo es el hecho de que el Cartagena haya mejorado de forma ostensible en el capítulo defensivo en las últimas jornadas, lo que supone que el portero lo ha tenido también un poco más fácil que su compañero Mario para salir airoso de los encuentros.

Las rotaciones

Munúa, partidario durante este primer tercio de la competición de rotar semana tras semana a sus jugadores, ha conseguido mantener enchufados a gran parte de sus jugadores gracias a la competencia que ha podido aplicar en los entrenamientos y la recompensa que obtienen en los encuentros. El técnico asegura que tiene muchas opciones sobre el tablero para combinar y que el equipo no pierde competitividad cuando modifica el once de una semana a otra. También ha logrado que en la portería los dos porteros estén en el mismo nivel y con eso trata de beneficiar al equipo, que gana en calidad partido a partido.