Casi en el ecuador de la temporada llega la primera 'crisis' del UCAM Murcia de Munitis. El segundo tropiezo consecutivo fuera de casa se convierte en el primer síntoma de que los equipos ya comienzan a leerle la matrícula al equipo universitario. El buen ritmo de resultados se veía frenado hace dos semanas en Badajoz con la primera derrota de la temporada lejos de La Condomina. Pero hacerlo también en Ibiza, y sin ser capaz de mostrar alternativas en el juego para así castigar al rival, comienza a hacer plausible la necesidad de mostrar variantes que brinden el efecto deseado.

Será por ello que el Badajoz no tuvo problemas para neutralizar al UCAM, y que el Ibiza, juntando sus líneas y reduciendo al mínimo las posibilidades de movilidad de los atacantes universitarios, preparó un guion que rubricó de forma perfecta, que pudo entonar sin problemas y que desembocó en un cómodo 2-0 para olvidar la goleada encajada en Cartagena siete días antes.

El UCAM no fue el UCAM de la semana anterior, el que ganó al Real Murcia con superioridad. No estuvo Isi Ros por sanción, al que su equipo echó de menos, ni tampoco la brega del canterano Camacho, que a día de hoy sigue siendo más efectiva que la presencia de un Kilian Grant que no termina de arrancar. Solo Titi pareció entender ayer lo que pedía el partido. El atacante de Los Dolores fue el único atacante que entendió lo que requería el partido: disfrutó de alguna oportunidad de gol, y fue fruto de su ahínco y su capacidad de desborde que el UCAM dispuso de ciertas llegadas al área.

Pero el practicismo del Ibiza tuvo mucho más peso en el partido. El equipo de Munitis sufrió sin la posesión y careció de profundidad y movilidad cuando atacó en estático. Arranz y Britos no fueron suficiente para un ataque adormilado, sin ganas y sin ritmo y que solo en el ecuador del primer tiempo ofreció algunas muestras de lo que es capaz de hacer.

Y es que por mucho que el UCAM Murcia disfrutó de la pelota en la primera mitad, el Ibiza de Palop demostró que con su sencillo manual puede ser capaz de despegar en el grupo IV, especialmente en su estadio, con su superficie de césped artificial. La calidad de sus hombres ofensivos, Chavero, Javi Serra, Cirio o Rodado sirve para resolver partidos, aunque el trabajo o los automatismos ofensivos brillen por su ausencia.

Dos zarpazos necesitaron los isleños para solventar la visita del segundo clasificado y mejor visitante del grupo IV. Pero tardaron en soltarse la melena, ya que el Ibiza no incomodó en la primera mitad del partido y se limitó exclusivamente a defenderse.

Titi y Manu Onwu fueron los primeros en probar suerte para el UCAM. Los de Munitis tenían el partido controlado, como a ellos les gusta, pero la ausencia de espacios dificultaba la llegada de las ocasiones.

No fue hasta el minuto 14 que llegó la jugada en la que, precisamente, más espacios existieron. Migue García puso un balón larguísimo desde el perfil izquierdo del campo universitario hacia el espacio que Titi cazó al vuelo. El chacal de Los Dolores se comió el espacio para destrozar en velocidad a Gonzalo, y con un toque de cabeza, adelantó la pelota para dejarla franca y disparar con la zurda: entre el meta Lucas y el poste, se frustró la ocasión de gol.

La línea del partido estaba clara. El UCAM maduraba las jugadas en Can Misses con criterio y pausa, pero seguía pecando de indolencia en los últimos metros. Y el Ibiza, que se comportó como un león dormido en la primera media hora de juego, no necesitó nada más que una llegada en el primer tiempo para inaugurar el marcador.

En el minuto 32, Cirio retrasó para que el lateral zurdo Javi García centrase de forma perfecta hacia el área. La potencia y el efecto de su envío fueron perfectos, ya que Rodado, que apareció libre de marca en el corazón del área, solo tuvo que poner la cabeza para empujar la pelota a la red y superar a Germán Parreño.

Pese a ese traspié en forma de gol, la línea del partido continuó siendo idéntica. El UCAM se quedó la pelota, el Ibiza contuvo, y resistió para dar posteriormente el golpe de gracia al conjunto universitario.

Sin embargo, tras el descanso, las alternativas en el juego comenzaron a llegar. Cirio y Javi Serra gozaron de dos llegadas al área que no entrañaron excesivo peligro, mientras que Titi, que aprovechó dentro del área un error de la zaga para disparar a puerta, vio como Lucas detenía una nueva oportunidad de gol.

El partido se interrumpía demasiado en la segunda mitad por 'faltitas' que, además, el colegiado Carrero Romera sancionó con cartulinas amarillas demasiado rigurosas. De hecho, fruto de esas decisiones, Manu Onwu, Britos y Toni Arranz vieron su quinta tarjeta y cumplirán un partido de sanción la próxima semana frente a El Ejido.

Pero el Ibiza, al igual que en los sesenta minutos precedentes, se sintió especialmente cómodo en esa línea. En un contragolpe, a los sesenta y seis minutos, puso un buen pase desde la derecha el lateral Fobi, Robador la dejó de cara para la llegada de Chavero, y este recortó sobre Carlos Moreno para disparar cruzado, tocar la base del palo e introducir la pelota en la portería. La ley del 'ex' se cumplió para el UCAM, ya que Chavero apareció para hacer gala de su clase y dejar el partido visto para sentencia.

Y es que los universitarios no solo no reaccionaron, sino que pudieron traerse algún tanto más para Murcia en su saco. Solo a partir de ese segundo tanto se gustó el conjunto que dirige Andrés Palop, ante un UCAM abatido y que se partió en dos mitades.

En el minuto 78, el Ibiza pudo incluso aumentar la renta y endosar una pequeña goleada al equipo de Munitis. Javi Serra apareció por la derecha, y en una jugada similar a la del segundo tanto, la sirvió a la frontal del área pequeña para que Rodado solo tuviera que empujarla. Sin embargo, el '9' ibicenco hizo lo difícil, que no fue otra cosa que estrellarla en el muñeco con toda la portería para él.

El UCAM se dedicó a colgar balones a la desesperada, pero sin mucho sentido y con poca claridad, ya que ninguna ocasión más sería contabilizada en el marcador visitante. Todos esos envíos fueron siempre bien solventados por el meta Lucas, que estuvo especialmente seguro y que tuvo poco trabajo, en líneas generales, salvo por los acercamientos de Titi.

Hubo tiempo para más, ya que el capitán del Ibiza, el cartagenero Luis Verdú, sería expulsado por doble amarilla en los instantes finales del choque.

Sin embargo, fue la única noticia negativa para un Ibiza que sumaría seguramente su victoria más plácida del curso ante un UCAM especialmente 'blandito'. A Munitis le tocará esta semana leer la cartilla a un equipo que ni jugó como acostumbra, ni supo amoldarse al planteamiento rácano de su rival.