Dos días después de que el Cartagena perdiera su segunda oportunidad para ascender a Segunda División, Paco Belmonte, dueño del club albinegro, comunicó a Sergio Jiménez que no contaba con él para su próximo proyecto.

Sergio se había perdido los dos últimos partidos tras ser expulsado en aquél dramático Majadahonda-Cartagena, por lo que no pudo despedirse como él hubiera querido de su afición, aquella que lo había acogido como uno de los grandes valores de la cantera. Tras más de 150 encuentros vistiendo la elástica del club albinegro, Sergio tuvo que recoger las maletas para marcharse a otro sitio donde fuera valorado, tal y como él quería.

Este domingo le toca verse las caras con el que ha sido su club durante tantas temporadas. Lo hará en su nueva casa, en Santo Domingo, con el CD El Ejido.

Sergio Jiménez sigue de cerca todo lo que pasa en el FC Cartagena, por lo que no tiene duda que este equipo está hecho para un único fin. «Al Cartagena hay que exigirle que sea campeón y que ascienda a Segunda División», explica el jugador, que ayer estuvo en Cartagena tratándose con su fisioterapeuta de confianza para descargar algo las piernas.

Dice que era normal que esta semana la tuviera marcada en rojo en su agenda, porque es más especial que el resto de jornadas. Ya ha recibido las llamadas de los medios de comunicación y también de amigos de la ciudad y algún que otro jugador con el que mantiene el contacto. «Es una sensación bonita eso de enfrentarte a tu exequipo», señala el centrocampista nacido hace 25 años en Los Belones. «Espero que los tres puntos se queden en casa y después le deseo toda la suerte del mundo al Cartagena», aclara el jugador para el que tenga dudas de a quien defiende ahora.

Dice que ha olvidado aquel amargor que le supuso el despido del club de toda la vida cuando aún tenía un año más de contrato. Es más, cree que la determinación fue buena para todos. «Son cosas del fútbol. Lo respeto y no tengo nada que reprocharle a Paco Belmonte por aquello», dice Jiménez. «Creo que me ha venido bien para crecer como jugador estar fuera de casa», añade el centrocampista del equipo andaluz. «El fútbol tiene estas cosas y salir de casa supone tener nuevas vivencias y experiencias. No me arrepiento ni mucho menos de haberme ido. Aquí me valoran y me han acogido muy bien. Somos una familia».

Asegura que no le ha costado nada adaptarse a una nueva vida lejos de casa. «Eso es lo que creía yo, que todo iba a ser mucho más difícil, pero me he sorprendido a mi mismo. Estoy perfectamente».

Eso sí, se marchaba de Cartagena sin el paracaídas que los años le habían otorgado en su club. «Ahora me ha tocado resetear, empezar de cero. Es nuevo todo, pero también me ha servido para demostrar que valgo para seguir jugando y además los que dirigen este equipo han confiado en mí».

Reconoce, eso sí, que no se siente tan observado en El Ejido como le sucedía aquí. «En Cartagena nos esperaban en el estadio cada jornada siete u ocho mil espectadores y aquí son alrededor de mil. Hay mucha diferencia. La afición era muy exigente porque el propio club también tenía unas exigencias y una ambición por ascender. Aunque a veces es mejor apoyar cuando las cosas van mal y quizá ahí deberíamos cambiar todos un poco».

Asegura con rotundidad que ha logrado encontrar su sitio en El Ejido. «No me arrepiento ni mucho menos haber elegido esta opción.Sigo siendo la misma persona, el mismo futbolista y con la misma actitud ante la vida».

Cree que, aunque tiene mucho por aprender aún, ha alcanzado un momento en su carrera óptimo. «He crecido como persona y como jugador. No digo que todavía tenga mucho camino por recorrer, pero sí que estoy en esa fase de madurez futbolística».

Parece que tras un arranque con algo de titubeos ha conseguido asentarse en el once inicial del CD El EJido y espera repetir esta semana en casa. «Llegamos con una buena racha y empezamos a recuperar terreno. Hemos conseguido demostrar que podemos ser un equipo sólido», dice para, a continuación, añadir del Cartagena que «este equipo es el mejor de los últimos años y esta temporada tiene la obligación de finalizar campeón de grupo y ascender». Él estuvo a punto, a unos pocos segundos de tocar el cielo.

Ahora en El Ejido busca volver a sentirse valorado como jugador.