Aunque el capítulo deportivo en el Real Murcia es mejor dejarlo a un lado tras dos derrotas muy dolorosas ante Cartagena y UCAM, los nuevos consejeros del Real Murcia, además de una gran respuesta en la ampliación de capital junto a la solidaridad de todo el murcianismo, van a recibir un regalo que se conoció la semana pasada aunque ayer se hizo oficial. El contrato que el fallecido expresidente Jesús Samper firmó en junio de 2014 para traspasar a Kike García al Middlesbrough inglés le va a reportar en un breve periodo de tiempo un millón de euros a la centenaria entidad, más los intereses que se han generado durante este tiempo.

La realidad es que el millón de euros que va a ingresarse en las maltrechas arcas del club llega gracias a una cláusula que el desaparecido expresidente introdujo en el acuerdo con la entidad británica. Si el club inglés ascendía a la Premier League, el Murcia tenía que recibir un premio de un millón de euros por un futbolista que se marchó de la entidad grana anotando 23 goles en Segunda División, justo el verano de 2014, cuando la LFP condenó de forma injusta al club grana a la Segunda B y que provocó la marcha de la mayoría de jugadores.

Kike García cumplió su primera temporada con Middlesbrough de la mano de Aitor Karanka en el banquillo, aunque el equipo perteneciente a la Región de Teesside no logró dar el salto a la máxima categoría del fútbol inglés. El curso siguiente, en la 2015-2016, la entidad inglesa decide traspasar al delantero al Eibar, de la Primera española, pero el conquense no pudo jugar hasta la siguiente campaña porque su fichaje se cerró fuera del plazo administrativo. En sus 18 meses en la Championship, segunda categoría del fútbol inglés, el atacante disputó 75 partidos, en los que marcó 16 goles.

El futbolista, petición de Aitor Karanka para llegar al 'Boro', anotó 12 goles en su primera campaña en Inglaterra, incluidos tantos en su debut, frente al Birmingham, en agosto de 2014, y ante el todopoderoso Manchester City en la Copa de Inglaterra (FA Cup).

Unos meses después del traspaso de Kike, el Boro consigue dar el salto a la Premier League, motivo más que suficiente para que los servicios jurídicos del Murcia, con Samper fallecido hacía unos meses, le exigiera al Middlesbrough el millón de euros que el abogado madrileño dejó firmado en un contrato con unas cláusulas adicionales que incluían además otras variables económicas de las que hoy se van a beneficiar los nuevos gestores de una entidad que no está siendo tan trasparente como presumieron sus actuales ocupantes.

En el contrato existía otra cláusula mediante la que el Murcia se aseguraba un 15% de la operación en caso de que el conjunto inglés vendiera al jugador por más dinero del que le pagó al Murcia, unos 2,5 millones de euros. Como el traspaso al Eibar se cierra por una cifra similar, al Murcia se le escapó uno de los premios estipulados en el contrato de compra venta.

El verano siguiente al fallecimiento de Samper, un consejo de urgencia en el que el abogado murciano Guillermo Martínez Abarca, como presidente, y el periodista Víctor Alonso, como gerente, cogieron al toro por los cuernos para salvar al club, se encargaron de reclamarle a la entidad inglesa el millón de euros. Sin embargo, la negativa del Middlesbrough alegando que el ascenso a Primera llegó cuando Kike ya pertenecía al Eibar, fue excusa suficiente para no pagar y para que el consejo de administración del Murcia tuviera que recurrir a la FIFA. El propio Víctor Alonso llegó a darle la posibilidad al Boro de que con un ingreso de 500.000 euros la deuda quedaría saldada, pero los ingleses se cerraron en banda y no aceptaron la propuesta.

Ahora, tres años y medio después de todo el lío, la FIFA ha tenido que tomar cartas en el asunto y ayer dictaminó que el Middlesbrough inglés deberá abonar a la entidad un millón de euros por una de las cláusulas establecidas en el contrato de Kike , una noticia y una cantidad que unida a la ampliación de capital y a la venta de material solidario puede empezar a arrojar algo de luz para cuadrar la temporada.

Y si se trata del penúltimo regalo del desaparecido expresidente, es porque el último 'favor' de Samper podría aparecer en cualquier momento. No es ningún secreto que el actual jugador del Villarreal y canterano del Real Murcia, Juanjo Trigueros, está en la agenda del todopoderoso FC Barcelona. Si el centrocampista saliera traspasado, el Murcia también se dejó garantizado un buen pellizco. El problema es que el penúltimo presidente, Víctor Gálvez, recibió unos 100.000 euros por parte del Villarreal y los peor pensados creen que el oriolano 'regaló' prácticamente el derecho sobre Trigueros por esa cantidad. El problema es que ni Víctor Gálvez, ni Toni Hernández, el anterior director deportivo, nunca explicaron en qué consistió el sospechoso acuerdo entre el consejo del oriolano y la familia Roig que tanto puede afectar al Murcia.