En un encuentro que congregó a unas quince mil personas solo hubo que lamentar un incidente realmente reseñable, ya que en la llegada del autocar del Cartagena, una persona que todavía no ha sido identificada lanzó una piedra sobre la luna delantera del autobús, que no causó ningún daño personal, pero que rompió los cristales delanteros del vehículo.

Fue la única nota negativa de un encuentro que llevó la rivalidad directamente a la grada dedicándose cánticos de todo tipo entre unos y otros, pero en el que solo hubo que reseñar el incidente de una piedra que los propios dirigentes del Cartagena quisieron quitarle hierro al asunto explicando que «no representan a la afición del Murcia».

De hecho, los dirigentes del Cartagena tuvieron que inventarse otro plan y cambiar de autocar para que los jugadores pudieran regresar en otro autocar sin desperfectos y más teniendo en cuenta que estaba lloviendo.