Poco se puede comentar más ya de la convulsa temporada que está viviendo el Real Murcia con solo tres meses desde que arrancara la misma. Las consecuencias que sufren ahora jugadores y trabajadores no son nuevas y a los que ahoras las padecen les anteceden otros que estuvieron y se marcharon con ese mismo sabor amargo que produce la desidia y la negligencia de quienes los dirigen.

A cuatro días para la disputa del derbi en Nueva Condomina, tres jugadores del FC Cartagena regresan a la que fue su casa hace unos pocos meses y que abandonaron por la puerta de atrás. Se trata de Elady Zorrilla, Santi Jara y Pedro Orfila. Los dirigentes del club grana no qusieron que ninguno de ellos siguiera -los tres tenían contrato en vigor-. Consideraban que sus fichas eran demasiado altas, por lo que se buscó el acuerdo y la salida de ellos, que habían sido piezas importantes en el equipo que disputó el play off de ascenso a Segunda División.

Orfila, Elady y Santi Jara recalaron finalmente en el equipo albinegro en busca de la tranquilidad que no gozaron en el conjunto murcianista y del éxito de un proyecto que vuelve a insistir en el ascenso como único objetivo.

Ahora que ven con perspectiva todo lo que acontece en la sede de Nueva Condomina, los tres mirarán con estupor y con disgusto en lo que se ha convertido una entidad en la que estuvieron defendiendo sus colores hasta hace bien poco.

El trío de exmurcianistas llegaron como piezas cotizadas para el conjunto cartagenerista, aunque la temporada no ha deparado la misma suerte para todos ellos en el aspecto deportivo.

Santi Jara es el jugador con pasado grana que mejor ha encajado en los planes de Gustavo Munúa, entrenador del FC Cartagena, en este primer tercio de la temporada. El centrocampista ha disputado los doce encuentros de la temporada como titular indiscutible y además ha conseguido estrenar su casillero anotador esta temporada, en la victoria del FC Cartagena ante el Jumilla.

Munúa le ha dado al almanseño la libertad de movimientos en la zona ancha del campo. Aunque Jara arranca desde la derecha, es un media punta con capacidad para asociarse por dentro y que posee una enorme desenvoltura técnica, algo que bien conocen los aficionados granas tras la última campaña en el Real Murcia.

En Nueva Condomina disputó 19 de los 33 encuentros que vistió de grana. Esta vez llegará de albinegro, probablemente con una extraña sensación del que llega a casa pero que no termina de reconocer como suya.

Elady Zorrilla se fue del club murcianista medio año más tarde de haber renovado su contrato que le vinculaba hasta 2020. Los dirigentes decidieron apostar por el jienense tras recibir ofertas de superior categoría. Era una apuesta segura de un jugador que había dado lo mejor y resultó la referencia del ataque murcianista y anotó en varios partidos para darle los tres puntos a los suyos. Tanto es así que despertó el interés de varios clubes de superior categoría y en diciembre, tanto el Mallorca -de Segunda B- como el Córdoba -de Segunda División- lo quisieron aunque nada cuajó salvo su renovación por dos temporadas más. Luego llegó su salida: «Algunas veces las cosas no suceden como uno quiere y esta temporada todo lo vivido ha sido especialmente complicado», decía en su momento Elady en las redes sociales.

Ahora, en el club albinegro se siente un jugador importante en el vestuario, al que le falta protagonismo y la confianza del entrenador. Acumula tres goles, es el segundo máximo realizador del equipo y se ha ganado al público albinegro, a pesar de las dosis de calidad que ofrece siempre en pequeñas porciones. Muchos son los que reclaman la titularidad de Elad que no termina de conseguir.

Esta campaña ha disputado nueve encuentros, cuatro de ellos desde el comienzo. Ha sido decisivo con sus tantos en las victorias ante el Malagueño y el Almería B y este último domingo volvía a ser crucial al evitar un gol en contra y ser objeto de la pena máxima con la que acabó ganando el Cartagena para meterse en play off.

El asturiano Orfila -36 partidos titular el año anterior en el Real Murcia-, ha pasado de serlo en el Cartagena en múltiples posiciones -lateral derecho, izquierdo o central-, a quedar relegado al banquillo en las últimas cuatro jornadas. La competencia en la zaga empieza a ser dura en el Cartagena y Orfila está ahora a la espera de recuperar el terreno perdido.

Los tres jugadores vuelven a la que fue su casa, pero ya se sabe que en el fútbol la memoria es muy corta.